¿Qué ha sido ese ruido?
Estoy agotado de gritar, soy un bulto que habla solo, me expreso como si alguien pudiera escucharme.
La oscuridad aquí es absoluta. Puedo sentir la presión de la tierra sobre mí, el aire cada vez más fino, y el pánico sigue aumentando en mi pecho. Todavía me cuesta creer que esto esté ocurriendo. Imagino que todo empezó con un diagnóstico erróneo, un médico declarándome muerto y mi devastada familia aceptando la noticia sin rechistar. Ahora aquí estoy, enterrado, vivo, luchando por cada aliento.
Mi tiempo se desvanece en la penumbra. No sé cuánto tiempo ha pasado desde que me sepultaron, pero cada segundo parece una eternidad. Desde que descubrí que estaba en esta caja fría y estrecha, intento mantener la calma, recordando las palabras de Lorena, mi novia, que siempre me dice "Nunca pierdas la esperanza". No estoy tan seguro de poder salvarme, ya estoy muerto para todos los que están en la superficie.
Ahora mi memoria es muy clara, el día del accidente fue un caos. Volvía a casa después de un largo día de trabajo cuando un coche se cruzó en mi camino. El impacto fue brutal. Recuerdo vagamente las sirenas de la ambulancia y las voces de los paramédicos. Luego todo se volvió negro. Cuando desperté, estaba en un hospital, rodeado de máquinas y tubos. Oí a los médicos hablar sobre mi estado de salud, sufrí un paro cardiaco y mi corazón dejó de latir por un momento. Lo que no sabían era que mi cuerpo había entrado en un coma profundo, tan profundo que me dieron por muerto.
Imagino a mi familia desolada por la noticia, a mis hermanos organizando rápidamente el funeral para llevarme al cementerio y no prolongar el sufrimiento de mis padres con el velatorio. A Lorena, devastada, negándose a creer que he fallecido con la esperanza en el pecho, algo en su interior, diciéndole que todo es un error. Siempre ha tenido una conexión especial conmigo, una intuición que nunca ha podido ignorar. Y mientras yo estoy en este ataúd, ella tal vez continúa inquieta, decidida a investigar lo sucedido.
¿Qué ha sido ese ruido? Es extraño, por un momento me ha parecido oír un sonido. Sí, es débil, pero inconfundible: algo golpea encima de mí. Mierda, mi corazón se acelera. «¡Será posible!», no, no puede ser. Dios, tengo mucho miedo, siento que, debido a la mezcla de consuelo y desesperación, uso más aire del que debería.
Ayúdenme, sáquenme de aquí. Golpeo con todas mis fuerzas, con la expectativa de que puedan oírme. Mis golpes son una súplica silenciosa, una llamada de auxilio.
Estoy completamente seguro de que el sonido es una pala golpeando el suelo, es más fuerte y está más cerca. Sin embargo, vuelvo a perder la esperanza, creo que solo están cavando para enterrar a otro desgraciado en el puesto de arriba o quizá al lado, no lo sé. Me siento confuso, triste y no me queda aire. Siento que pierdo el conocimiento, los ojos se me cierran lentamente y no puedo evitarlo.
¿Qué es esto? Mi cuerpo se estremece, oigo ecos lejanos, ruidos distorsionados. Una luz que hace que mis ojos intenten abrirse y cerrarse de nuevo a la fuerza. ¿Estoy en el cielo? Porque admiro un ángel, veo el rostro vago de mi novia Lorena, está frente a mí con lágrimas en los ojos y una expresión de determinación que nunca antes vi. Así que después de todo morí, y mi memoria me engaña. Cierro los ojos, mejor espero que todo pase. «¡Alexander, estoy aquí!», exclama una voz conocida. ¡Qué horrible deliro!
«¡Alexander, amor!» Abrí los ojos y la vi, esta vez su imagen es menos borrosa y de repente sentí sus brazos rodeándome, sin decir una palabra. No hacía falta decir nada, lo único que necesitaba, a pesar de lo débil que me siento, era esto, su presencia, su calor, saber que todo irá bien.
Ella siempre sintió viva nuestra conexión y eso la trajo de vuelta a mí. Sin Lorena yo no estaría a salvo.
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