Greetings to everyone in the Top Family community. Today I'm joining today to participate in the Observa Piensa Escribe contest. I take this opportunity to invite @wilfredocav and @aliciarodriguez, to join via the link I'll be leaving down here at the end of the post. That said, let's get started.
My grandmother Hilda was raised in Tinaquillo. There she lived her childhood and youth under a matriarchal upbringing imparted by my great-grandmother Josefa. The latter had a strong character, tough and willful but necessary to be able to take a "place" in that society a bit complex (not very empathetic and unfair) for women who, like her, had been left alone in charge of their children. However, many of my relatives testify that behind that barrier she was a very delicate and sweet woman. She was also a faithful devotee (that is also where her strength came from). This would be reflected later on when her health deteriorated and she was left to take care of her children. Grandmother was left in charge.
Saludos a todos en la comunidad de Top Family. El día de hoy me uno por aquí para participar en el concurso de Observa Piensa Escribe. Aprovecho la oportunidad para invitar a @wilfredocav y @aliciarodriguez, para que se unan a través del enlace que estaré dejando aquí abajo al final de la publicación. Dicho esto, comencemos.
Mi abuela Hilda fue criada en Tinaquillo. Allí vivió su niñez y juventud bajo una crianza matriarcal impartida por mi bisabuela Josefa. Esta última poseía un carácter fuerte, aguerrido y voluntarioso pero necesario para poder hacerse de un "puesto/lugar" en aquella sociedad un poco compleja (poco empática e injusta) para mujeres qué, cómo ella, habían quedado solas a cargo de sus hijos. Sin embargo, muchos parientes míos atestiguan que detrás de esa barrera ella era una mujer muy delicada y dulce. Además de una fiel devota (de ahí venía también su fuerza). Cuestión que se vería reflejada más adelante cuando su salud se vió mermada y quedó al cuido de sus hijos. Abuela quedó a cargo.
Josefa knew very well about working in the fields, which made her an expert in herbalism (as well as other knowledge) and so she passed on that inheritance to my grandmother Hilda. My grandmother had all the energy of a young man; from very early in the morning she was ready to start her work. She knew how to do everything: raise animals (she sold eggs and chicken dams), cook (desserts and typical Venezuelan dishes), about gardening (medicinal, food and ornamental plants), she knitted and sewed very well and in spite of only having finished elementary school (as she herself used to say), she had an enviable mental agility (bold in mathematics, history and logic). It should be noted that she was of course my source of admiration.
That is how we came to the blessed onoto plant. My grandmother had one and I remember that it gave her a lot of work to do because it was not easy for it to grow and bear fruit. It came to her as a gift from one of her many friends. A small bush that looked quite rickety, but for my grandmother Hilda, it had all the possibilities. She always watered it, cared for it and kept it in good condition, but it never bore fruit. My uncle laughed a little at the fact and she was furious. But as a matter of experience, patience and love, time proved my grandmother right because after a year and a half or two years, it began to bear fruit. It was a very happy time because my grandmother took the seeds directly from her garden to prepare her meals. With all this I understand a little more my old ladies, who gave their all in every project. The sacrifice, the dedication and the love behind everything. Like with the onoto bush. Without more to say, thank you very much for stopping by. A big hug.
Josefa conocía muy bien sobre el trabajo en el campo, lo que la hizo una experta en herbolaria (así cómo otros saberes) y así transmitió esa herencia a mi abuela Hilda. Mi abuela tenía toda la energía de un joven; desde bien temprano en la madrugada ella se disponía a empezar sus labores. Sabía hacer de todo: criar animales (vendía los huevos y las presas de gallinas), cocinar (postres y platillos típicos venezolanos), sobre jardinería (plantas medicinales, alimenticias y ornamentales), tejía y cosía muy bien y a pesar de solo haber terminado la primaria (cómo ella misma solía decir), tenía una agilidad mental envidiable (audaz para las matemáticas, la historia y la lógica). Cabe destacar que por supuesto ella era mi fuente de admiración.
Es así cómo llegamos a la dichosa planta de onoto. Mi abuela tenía una y recuerdo que le dió bastante trabajo que hacer pues no fue fácil que creciera y diera el fruto. Le llegó cómo un regalo de una de sus muchas amistades. Un pequeño arbusto que lucía bastante raquítico, pero que para mí abuela Hilda, tenía todas las posibilidades. Ella siempre lo regaba, lo cuidaba y mantenía en buen estado pero nada que daba frutos. Mi tío se reía un poco del hecho y ella enfurecía. Pero cómo cosa de la experiencia, la paciencia y el amor, el tiempo le dió la razón a mi abuela pues luego de 1 año y medio o 2 años, comenzó a dar frutos. Fue una época muy feliz porque mi abuela cogía directamente de su jardín las semillas para preparar sus comidas. Con todo esto comprendo un poco más a mis viejitas, quiénes daban todo de si en cada proyecto. El sacrificio, la entrega y el amor detrás de todo. Cómo con la mata de onoto. Sin más que decir, muchísimas gracias por pasar por aquí. Un fuerte abrazo.
