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At first, when we read this, we may react by answering: "I don't have to give an account to anyone, only to God" but let's ask the Lord to give us the ability to find a friend of faith to love and to encourage and challenge us on the path, in life.
But you, why do you judge your brother? Or you, why do you despise your brother? For we will all appear before the judgment seat of Christ. 11 For it is written:
As I live, says the Lord, every knee will bow to me,
and every tongue will confess to God.
So then each of us will give an account of himself to God.
Romans 14:10-12
Getting involved in a relationship in which we have to give an account, even if it seems strange, becomes a great blessing, a gift. In the word of God we find many examples and we must consider some of the most outstanding ones: let us remember that in the beginning Jesus Christ gives an account to his father.
28 Jesus therefore said to them, When you have lifted up the Son of Man, then you will know that I am he, and that I do nothing of myself, but just as the Father taught me, so I speak.
John 8:28
24 Therefore as the church is subject to Christ, so also let the wives be to their own husbands in everything.
Ephesians 5:24
And when they had come, they called the church together, and recounted how great things God had done with them, and how he had opened the door of faith to the Gentiles.
Acts 14:27
In the previous texts there are also examples of how the church is subject to the Lord Jesus Christ himself, the apostle Paul also felt an enormous debt to the church of Antioch. When we have a person with whom we trust and can share our experiences, especially our failures, successes, weaknesses and dreams, we benefit greatly in many ways.
When we are accountable to someone, we have a tendency to develop more responsibility and in this way we strive to avoid making bad decisions since all our actions are intended to keep us humble and sincere, on the right path.
This person to whom we are accountable can be a counselor, and he can easily observe what our weaknesses are and from that position he can help us to guide us, encourage us or correct us if necessary. If we do not yet have this person to whom we are accountable, we must look for him and for this we must use the criterion that he is a believer who seeks God's guidance through his Holy Spirit, and in the case that we are the ones who want to advise or be accountable to someone, this person has to have enough courage to confront us.
I am sure that after this reflection, if you really want to take the next step in spiritual growth, you will want to look for a person here to give an account of you. Where can I find one? The first place, I believe, is in the church where you attend or in your group of friends. The first step is to place this request in prayer before God. Every day, ask God to send you a spiritual advisor and, above all, ask God to help you become an advisor to others. Do you accept the challenge?
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En primera instancia a leer esto podemos reaccionar respondiendo: " yo no lo tengo que rendir cuentas a nadie sólo a Dios" pero pidamos al señor que nos de la capacidad de encontrar un amigo de la fe a quien amar y que nos anime y nos desafía en el camino, en la vida.
Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. 11 Porque escrito está:
Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla,
Y toda lengua confesará a Dios.
De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
Romanos 14:10-12
Involucrarnos en una relación en la que tengamos que rendir cuentas aunque parezca raro, llega a ser una gran bendición un regalo. En la palabra de Dios encontramos muchos ejemplos y debemos considerar algunos de los más destacados: recordemos que en un principio Jesucristo le rinde cuentas a su padre.
28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.
Juan 8:28
24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
Efesios 5:24
Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.
Hechos 14:27
En los textos anteriores también los ejemplo de cómo la iglesia se encuentra sujeta al mismo señor Jesucristo, el apóstol Pablo también sentía una enorme deuda con la iglesia de Antioquía. Cuando tenemos una persona con quien confiamos y podemos compartir nuestras experiencias, sobre todo nuestros fracasos, éxitos, debilidades y sueños, nos beneficiamos grandemente de muchas maneras.
Cuando nosotros estamos sujeto a rendir cuentas a alguien, tenemos una tendencia a desarrollar más su responsabilidad y de esta forma nos esforzamos por evitar tomar malas decisiones ya que todas nuestras acciones pretendemos que nos mantengan humildes y sinceros, en el camino correcto.
Esta persona a la que rendimos cuenta puede ser un consejero, y éste puede observar fácilmente cuáles son nuestras debilidades y desde esa posición nos puede ayudar para orientarnos, darnos ánimo o corregirlo si es necesario. Si aún no tenemos esta persona a la cual rendir cuenta debemos debemos buscarlo y para ello debemos usar el criterio de qué sea un creyente que busque la guía de Dios a través de su espíritu Santo, y en el caso de qué seamos nosotros los que queremos aconsejar o rendir cuentas a alguien, esta persona tiene que tener el valor suficiente para confrontarnos.
Estoy seguro que después de esta reflexión, si en verdad quieres dar el siguiente paso de crecimiento espiritual desearás buscar una persona aquí en rendir cuenta. ¿Dónde la puedo encontrar? El primer lugar creo que es en la iglesia donde te congregas o en tu grupo de amigos. El primer paso es colocar esta petición en oración delante de Dios, cada día pido a Dios que te envíe un consejero espiritual y sobretodo pide a Dios que te ayude a convertirte en un consejero para otros. ¿Aceptas el desafío?.
Muchas Gracias por compartir esta lectura, deseo que el Espíritu Santo de Dios traiga revelación de su palabra a nuestras vidas.
