At some point, due to some circumstance or event, we become aware of the fragility of life. Generally, we live convinced that we are invincible, especially if we enjoy good health, also, perhaps by instinct, we reject the thought of weak or fragile beings, thank God that is so because imagine if the thought of fragility would accompany us at all times.

It seems to me that it is when an extreme circumstance occurs that we realize how vulnerable we are, usually something unexpected like an accident that makes us look death in the face.

I remember when I was in my last year of high school, one Monday morning we were faced with the news that a classmate had died the day before after falling off a horse.

I remember her, so young, sixteen years old, so strong, haughty, beautiful, confident, graceful, it was incredible that she was gone, somehow, consciously or unconsciously you realize that today we are here and tomorrow we do not know, that is, anything can happen.

If this young woman had been saved from the fall, possibly we would have been talking about a miracle. Miracles are usually linked to life, to health, to what has been overcome thanks to a force superior to the human, so it is inexplicable to science and knowledge, a miracle is an act of faith.

This week's Memoir Monday number 15 asks us: Do you believe in miracles? My answer is Yes! Big guy, because I believe in life and life is a miracle.

I once read a sentence that went something like this: Every time a child is born we witness the miracle of life. Those who have had a newborn in their arms, I am sure that this phrase resonates in them, because it is to feel the nascent life, to feel the perfection of the human in its moment of greatest defenselessness and yet it beats, breathes, moves, cries, responds to contact, feels cold, heat, comfort, discomfort, hunger, satiety, expresses itself, ... It is a miracle!

I will continue to believe in miracles as long as I see nature, after so many attacks, reborn like the mythological phoenix. Recently, the drought period ended in my country, a few months of high temperatures and a heat that makes you feel like you are melting.

Nature literally melted under the forest fire, wiping out large trees, flora and wildlife. In mid-April the rains began to fall and by May the hills and mountains of the valley are green, I know that what was lost is irretrievable, but it is moving to see the miracle of the resurgence of life.

There is a famous photograph that serves to illustrate resilience, a plant that is born where it seems impossible to do so, I made mine and although we find more than one biological explanation for it to be born there, it is still comforting to speak of miracle, of that "divine touch" that makes life possible.

Miracle has been to come out of a pandemic, something completely unexpected, of unsuspected magnitude and not being prepared for it, however, we are alive, because many left with the pandemic without knowing why and we, who remain, do not know for sure why it did not touch us, I feel that only by a miracle we are still here.

I am convinced that being alive is a miracle, so I am grateful every morning when I wake up and when I go to bed, and I internalize with greater strength that the present is the perfect time to live with all that it can bring us.

This is my entry to @ericvancewalton's fifteenth submission, Memoir Monday #15 (6/17-6/23) - Do You Believe in Miracles? where week by week we dive into the sea of our memories to let what we've lived come to the surface.

En Español

En algún momento, por alguna circunstancia o evento, caemos en cuenta de la fragilidad de la vida. Por lo general, vivimos convencidos que somos invencibles, sobre todo si gozamos de buena salud, también, tal vez por instinto, rechazamos el pensamiento de seres débiles o frágiles, gracias a Dios que es así porque imagínate si el pensamiento de la fragilidad nos acompañara en todo momento.

Me parece que cuando ocurre una circunstancia extrema es que nos percatamos de lo vulnerables que somos, por lo regular, algo inesperado como un accidente que nos hace mirar de frente a la muerte.

Recuerdo que cuando estudiaba el último año del bachillerato, un lunes por la mañana nos encontramos con la noticia de que una compañera había muerto el día anterior al caerse de un caballo.

La recuerdo, tan joven, dieciséis años, tan fuerte, altiva, hermosa, segura, rozagante, resultaba increíble que ya no estuviese, de alguna manera, consciente o inconscientemente te vas dando cuenta de que hoy estamos aquí y mañana no sabemos, es decir, cualquier cosa puede pasar.

Si esta joven se hubiese salvado de la caída, posiblemente hubiésemos hablado de un milagro. Los milagros, normalmente, se encuentran unidos a la vida, a la salud, a lo superado gracias a una fuerza superior a lo humano, por lo que resulta inexplicable ante la ciencia y el conocimiento, un milagro es un acto de fe.

El Memoir Monday de esta semana número 15 nos pregunta: ¿Crees en los milagros? Mi respuesta es un ¡Sí! Grandote, pues creo en la vida y esta es un milagro.

En una oportunidad leí una frase que decía algo así: Cada vez que nace un niño constatamos el milagro de la vida. El que ha tenido a un recién nacido entre sus brazos, estoy segura que esta frase resuena en él, porque es sentir la vida naciente, palpar la perfección de lo humano en su momento de mayor indefensión y aun así late, respira, se mueve, llora, responde al contacto, siente frío, calor, comodidad, incomodidad, hambre, saciedad, se expresa, … Es un milagro ¡Vive!

Seguiré creyendo en los milagros mientras vea a la naturaleza, después de tantos embiste, renacer como la mitológica Ave fénix. Recientemente, terminó el periodo de sequía en mi país, unos meses de altas temperaturas y un calor que sientes que te derrites.

La naturaleza, literalmente, se derritió bajo el fuego forestal, arrasando con grandes árboles, la flora y la fauna silvestre. A mediados de abril comenzaron a caer las lluvias y ya para mayo los cerros y montañas del valle están reverdecidas, sé que lo perdido es irrecuperable, pero es conmovedor ver el milagro del resurgir de la vida.

Hay una famosa fotografía que nos sirve para ilustrar la resiliencia, una planta que nace donde parece imposible que lo hiciese, yo hice la mía y aunque encontremos más de una explicación biológica para que naciera allí, no deja de ser reconfortante hablar de milagro, de ese “toque divino” que hace posible la vida.

Milagro ha sido salir de una pandemia, algo completamente inesperado, de magnitud insospechada y no estar preparados para ello, sin embargo, estamos vivos, pues muchos se fueron con la pandemia sin saber por qué a ellos y. nosotros, que nos quedamos, tampoco sabemos a ciencia cierta por qué no nos tocó, siento que solo por un milagro seguimos aquí.

Estoy convencida que estar viva es un milagro, por ello agradezco cada mañana al despertar y al acostarme e internalizo con mayor fuerza que, el presente es el tiempo perfecto para vivir con todo lo que ello nos puede traer.

Esta es mi participación a la propuesta número quince de @ericvancewalton, Memoir Monday #15 (6/17-6/23) - Do You Believe in Miracles? donde semana a semana nos sumergimos en el mar de nuestras memorias para dejar salir a flote lo vivido.