This weekend I decided to practice photography after doing my homework. I went alone to the park in Guanabacoa, Cuba, where I met my photography teacher, who had to work that day at the art gallery. The teacher loves to take pictures and teach, so he went with me. We were focusing on a red rose when we heard the exclamation of a little girl. She said, "Wow, how pretty!" The teacher and I both flinched, as we didn't think the little girl was referring to the rose. Then she exclaimed again, "How pretty!" We turned in the direction of the sound and found five beautiful little girls looking at us smiling. The girl with the exclamations came up to me and asked if she could see the picture of the flower and then her friends joined in and they all said, "How pretty!" and looked at me with their innocent little eyes. I could tell there was some adorable admiration, so I smiled, because, when I was that age I also found it admirable people who did things I couldn't do that I found beautiful. They left and, five minutes later they came back asking me to photograph their favorite flowers that fall from a tree in the park and spread all over the street. I obliged and they were very happy. They thanked me.
The happiness of children is so simple and amazing. I love them ❤.
Este fin de semana decidí practicar fotografía después de hacer los deberes del hogar. Me fui sola al parque de Guanabacoa, en Cuba, donde me encontré con mi profesor de fotografía, que tenía que trabajar ese día en la galería de arte. Al profe, le encanta hacer fotografías y enseñar, así que me acompañó. Estábamos enfocando una rosa roja cuando escuchamos la exclamación de una niña. Ella dijo: "¡Guau, qué bonita!" El profe y yo nos inmutamos, pues no creíamos que la niña se refeririera a la rosa. Entonces volvió a exclama: "¡Qué bonita!" Nos volvimos en la dirección del sonido y nos encontramos con cinco hermosas niñas que nos miraban sonrientes. La niña de las exclamaciones se me acercó y me preguntó si podía ver la foto de la flor y luego se unieron sus amigas y todas dijeron: "¡Qué bonita!" y me miraron con sus ojitos inocentes. Se notaba que había cierta admiración adorable, por lo que sonreí, ya que, cuando tenía esa edad también me resultaba admirable las personas que hacían cosas que yo no podía hacer y que me resultaban bonitas. Ellas se fueron y, cinco minutos después volvieron pidiéndome que fotografiara las flores favoritas de ellas, que se caen de un árbol del parque y se esparcen por toda la calle. Las complací y se pusieron muy felices. Me dieron las gracias.
La felicidad de los niños es tan sencilla e increíble. Las amo ❤.
The photos were taken by me. Unedited. Nokia Camera.
*Translated with DeepL.com (free version)