Una banda de rock, de moda en los años 1970 en mi país y cuyo nombre era Vox Dei, compuso un tema al que tituló "Presente", su autor era un adolescente que todavía no llegaba a los 18 años y ya había sentido en carne propia la frustración y la soledad producto de un amor perdido que creyó eterno.
En ese tema una de sus estrofas decía: "todo concluye al fin, nada puede escapar, todo tiene un final, todo termina".
Ciertamente creo que todo ciclo tiene un final, haya sido exitoso, mediocre o decididamente malo, en este último caso ese ciclo suele durar un tiempo corto, la paciencia no es una virtud destacable cuando las cosas no son todo lo buenas que se suponía deberían ser.
Extrapolando estos pensamientos al ámbito del fútbol, mencionaré que en el día de ayer vi el partido o mejor dicho un par de partidos de la champions league en forma concurrente mediante el uso del control remoto y ese ingenioso sistema denominado zapping que en diversas ocasiones nos permite disfrutar de 2 o más eventos cuando los horarios se superponen, algo que ocurrió el martes con 6 encuentros que comenzaron a la misma hora y ayer con otros 3. Estuve saltando canales entre la trasmisión del partido entre el Liverpool versus el Real Madrid por un lado y el Aston Villa versus la Juventus por el otro.
No me voy a detener en los resultados, aunque resaltaré el gran triunfo del equipo inglés del Liverpool frente a un alicaído Real Madrid que parece haber perdido el rumbo en esta liga que siempre lo tiene como protagonista, para ser franco, tampoco está sobresaliendo su juego en la propia liga local pese a contar con la plantilla más cara y con más antecedentes de los buenos, de toda Europa.
El día anterior había visto parte del encuentro entre el Manchester City y el Feyenoord y también parte del que disputaron el Bayern contra el PSG, algo también del Sparta Praga versus el Atlético de Madrid. Como dije, no voy a analizar los resultados ni las diferentes acciones de esos atractivos juegos, solo voy a mencionar algunas reflexiones sobre los DT que a mi modo de ver están mostrando signos de agotamiento en sus respetivos ciclos al frente de los más destacados equipos europeos.
Veo signos de agotamiento en Guardiola, en Simeone aunque este último triunfo le ha dado cierta bocanada de aire fresco y probablemente también en Ancelotti. Son muy pocos los técnicos del fútbol que se han eternizado en sus cargos, en este momento solo recuerdo dos famosos: Ferguson que dirigió los destinos del Manchester United durante 26 años y Wenger que hizo lo propio con el Arsenal por otros 22. En el fútbol local creo que el record de duración lo tiene Carlos Bianchi al frente de Boca Juniors, pero con la salvedad de que lo hizo en dos etapas.
A Guardiola se lo ha visto con algunos rasguños y marcas en su cara y cabeza luego del encuentro donde su equipo, de manera insólita, dejó escapar en 15 minutos lo que había construido en 75, pasó de un comodísimo 3 a 0 a un frustrante 3 a 3 final. Esto se suma a la fatídica racha en el torneo local y un par de partidos anteriores en esta champions. Se habla de problemas psicológicos, todo es muy extraño.
El Cholo Simeone acaba de concretar 700 partidos dirigiendo al Atletico y eso es extraordinario, pero también es cierto que anda un poco a los tumbos, aunque el más que contundente triunfo en esta fecha de la champions le haya dado un respiro. Muchos están criticando la repetida forma en que hace jugar al equipo y le exigen cambios, no de nombres, sino de planteamiento táctico y actitud ante sus rivales.
Ancelotti, como dije anteriormente, tiene a muchos de los mejores jugadores del mundo en su equipo y aunque algunas lesiones han condicionado las formaciones, realmente no se nota esa diferencia a la hora de jugar, ayer fueron claramente superados por un Liverpool puntero e invicto que está jugando de la mejor manera, la gran apuesta por Mbappé todavía no ha rendido en la medida de lo esperado.
Tres de los más exitosos directores técnicos de los últimos tiempos están en una situación incómoda, sus ciclos parecen haber llegado a un punto donde la pendiente los arrastrará inexorablemente, ¿serán rachas pasajeras? o el destino anunciado por la canción finalmente los alcanzará.
Lo veremos pronto, la vorágine del fútbol moderno impone los tiempos.
It won't be eternal
A rock band, popular in the 1970s in my country and whose name was Vox Dei, composed a song they titled "Present." Its author was a teenager who was not yet 18 years old and had already felt firsthand the frustration and loneliness resulting from a lost love that he believed was eternal.
In that song, one of the verses said: "Everything ends at last, nothing can escape, everything has an end, everything ends."
I certainly believe that every cycle has an end, whether it was successful, mediocre, or decidedly bad. In the latter case, that cycle usually lasts a short time. Patience is not a remarkable virtue when things are not as good as they are supposed to be.
Extrapolating these thoughts to the football field, I will mention that yesterday I watched the match, or rather a couple of matches of the Champions League simultaneously using the remote control and that ingenious system called zapping that on several occasions allows us to enjoy 2 or more events when the schedules overlap, something that happened on Tuesday with 6 matches that started at the same time and yesterday with another 3. I was jumping channels between the broadcast of the match between Liverpool versus Real Madrid on one side and Aston Villa versus Juventus on the other.
I am not going to dwell on the results. However, I will highlight the great victory of the English team, Liverpool, against a depressed Real Madrid that seems to have lost its way in this league that always has it as the protagonist, to be frank, its game is not standing out in its local league despite having the most expensive squad and with the most good backgrounds in all of Europe.
The day before I had watched part of the match between Manchester City and Feyenoord and also part of the one between Bayern and PSG, and also some of Sparta Prague versus Atlético de Madrid. As I said, I am not going to analyse the results or the different actions of those attractive games, I am just going to mention some reflections on the coaches who, in my opinion, are showing signs of exhaustion in their respective cycles against the most prominent European teams.
I see signs of exhaustion in Guardiola, and in Simeone, although this victory has given him a certain breath of fresh air, and probably also in Ancelotti. There are very few football coaches who have stayed in their positions forever, at the moment I can only remember two famous ones: Ferguson who led Manchester United for 26 years, and Wenger who did the same with Arsenal for another 22. In local football I think the record for duration is held by Carlos Bianchi at the head of Boca Juniors, but with the exception that he did it in two stages.
Guardiola has been seen with some scratches and marks on his face and head after the match where his team, in an unusual way, let slip in 15 minutes what they had built in 75, going from a very comfortable 3-0 to a frustrating final 3-3. This is added to the fateful streak in the local tournament and a couple of previous matches in this Champions League. There is talk of psychological problems, everything is very strange.
Cholo Simeone has just played his 700th match in charge of Atletico and that is extraordinary, but it is also true that he is a bit stumbling, although the more than resounding victory in this round of the Champions League has given him a break. Many are criticizing the repeated way in which he makes the team play and are demanding changes, not in names, but in tactical approach and attitude towards their rivals.
As I said before, Ancelotti has many of the best players in the world in his team and although some injuries have affected the formations, you can't see that difference when it comes to playing. Yesterday they were outclassed by a leading and undefeated Liverpool that is playing at its best. The big bet on Mbappé has not yet paid off as expected.
Three of the most successful technical directors of recent times are uncomfortable. Their cycles seem to have reached a point where the slope will drag them down inexorably. Will they be passing streaks? Or will the destiny announced by the song finally catch up with them?
We will see soon, the whirlwind of modern football dictates time.
Héctor Gugliermo
@hosgug