Bajo la luz de tus ojos.
El era tan dulce, sus ojos brillantes y cuando el viento soplaba, sus cabellos negros danzaban, iban de un lado a otro como queriendo abrazarlo. En medio de ese viento qué parecía mi amigo, el aroma de su perfume llegaba caprichoso, se me helaba la sangre y se erizaba mi piel.
Mis ojos tan fijos en cada detalle de su persona, mis mejillas rojas y el corazón latía tan fuerte, que hasta me daba miedo que escapará buscando un beso, uno de sus labios, esos que no dejó de observar en cada movimiento que hace al hablar.
Siempre estoy en las sombras, tan tímida, tan insignificante, en mi imaginación he tenido cientos de pláticas, siempre acabamos riendo hasta que me toma de la mano, luego de eso, bueno ya sabes, luego un beso, uno tan tierno y dulce que aún existe y quizás jamás existirá.
¿Se puede amar así? Es algo que no sé, soy una ilusa enamorada de alguien que jamás me verá, soy el fantasma que camina siguiendo su sombra, solo así lo puedo tocar, imaginar que vamos de la mano como dos enamorados, una fantasía de niña que crece a cada instante.
Entre mis temores e inseguridades de una forma extraña encontré el valor de hablarle, estaba solo, observando las hojas del árbol más viejo del parque, quizás sus recuerdos flotaban entre aquellas hojas, recuerdo de una infancia que no conocí una faceta de su vida que no pude observar.
Allí estaba yo delante del ser más perfecto que pudiera existir, su alma era aún más sublime de lo que recordaba o más bien de lo que lograba percibir desde mi lejano palco, sus ojos marrones parecían hechiceros y prendada de ellos no podía pronunciar palabra alguna.
Mis piernas temblaban y la respiración se iba, mis manos sudorosas, sin que se diera cuenta las secaba en mi vestido, uno que escogí para esta valiente ocasión, un vestido amarillo, no tan corto y no tan largo, mis trenzas rojas caían por mis escualidos hombros, un suave tono rosa en mis labios jamás pintados y el nervio en todo mi ser.
Me veía dudoso, y su vista iba de arriba a abajo, parecía que qué observa mis aspecto, su voz inundó el ambiente con una sola palabra, su duda era notoria y mi mente congelada no dejaba que las respuestas salieran y aclararan sus dudas.
–¿Qué quieres?– insistía en su pregunta y mi corazón enamorado no dejaba de observar sus labios.
–Ali…Ali, vas a responder qué quiere ¿o no?– seguía preguntando, yo por dentro gritaba de emoción, él…él sabía mi nombre.
–”Bueno yo, yo quería decirte que”– trataba de explicarme pero los nervios me ganaban, ¿como empezar a decir que me gustaba? Tanto como no podría tener idea.
Tragué saliva y me aferre a mi vestido, así como si tomara fuerza de algo inexistente, apreté los ojos y sin pensar en medio de la brisa que elevó mi cabello grité.
–¡Tú me guuuuuuusssssstaaaaas!– el corazón se detuvo, sentía que estaba muriendo, suponía su respuesta y hasta esperaba que comenzará a reír, esperaba su burla y hasta la aguantaría, sin embargo no fue así.
Su mano cálida sobre mis hombros, luego su mano tocaba mi cabeza, creo que quitaba alguna hoja de mi cabello, lo sentía tan cerca que en reiteradas ocasiones sentí que caía desmayada.
–¡Oye…oye!, Ali, ¿acaso no me vas a ver?– me decía mientras aún no me soltaba.
–¡Tengo miedo!– respondí tratando de soltarme, quería huir y así no escuchar una respuesta que lastimaría a mi corazón.
–Vamos tontita, abre los ojos y mírame– decía con un tono suave de voz, sentía su respiración en mi cabeza y sentía que moría e iba al cielo al mismo tiempo.
Abrí los ojos y la luz del sol lo hacían brillar como no tienen idea, jamás vi esa parte de él , un regalo a mi valor, un regalo como consuelo a lo que jamás tendría.
–Tú también me gustas– dijo mientras me sonreía, en ese momento el tiempo se congeló como enmarcando la escena que ambos vivíamos.
–Te veía observarme, tan linda y delicada, tus mejillas rojas como manzanas, manzanas jugosas de verano, tus ojos esquivos y brillantes, el color de la miel en tu dulce y perfecta mirada, tu cabello al viento en una danza de flores, siempre te veo al igual que tu me miras, al igual que tú también sentía temor a ser rechazado– confesaba el muchacho sin dejarte ver a la sonrojada y sonriente jovencita.
Entrelazaron sus manos y caminaron tomados de la mano, sus sonrisas aún más hermosas que antes, la emoción desbordada por aquel amor naciente.
Allí estaba yo, viéndolo tan dulce, tan sublime, tan enamorada, tanto que cada tarde inventaba una respuesta a esta confesión qué no atrevía a ser pronunciada, sentado bajo el árbol lo observe arrancar un flor y luego otra, a veces se burla de algún niño que cae al piso mientras juega, otras tanta se burla de mí cuando se percata de mi presencia.
Quizás solo me han gustado sus flores y el otoño está revelando qué sus raíces no son tan dulces como lo es su rostro a la luz del sol, el amor que nace idealizado se extingue al ser observado.
Allí estaba él, sus ojos brillantes y su cabello volando en el viento, su corazón algo negro mofandose de quien interrumpe su paso. Ahí me quedé yo, observando a quien por tanto tiempo ame en silencio, entendiendo qué lo que no es en este tiempo no será jamás y que el verdadero amor vendrá cuando deba hacerlo.
Camine por fin frente a sus ojos y su mirada burlona sobre mi ya no fue una molestia y el corazón que antes latía esta vez dejó de hacerlo, aquella tarde enterré el amor irreal de a quien por tanto tiempo había idealizado....por fin había madurado.
English
Under the light of your eyes.
He was so sweet, his eyes bright and when the wind blew, his black hair danced, they went from one side to another as if wanting to embrace him. In the midst of that wind what seemed like my friend, the scent of his perfume came capriciously, my blood froze and my skin bristled.
My eyes so fixed on every detail of his person, my cheeks red and my heart was beating so hard, that I was even afraid that he would run away looking for a kiss, one of his lips, those that he never stopped observing in every movement he makes when he speaks.
I'm always in the shadows, so shy, so insignificant, in my imagination I've had hundreds of talks, we always end up laughing until he takes my hand, after that, well you know, then a kiss, one so tender and sweet that still exists and maybe will never exist.
Is it possible to love like that? It's something I don't know, I'm an illusion in love with someone who will never see me, I'm the ghost that walks following his shadow, only this way I can touch him, imagine that we go hand in hand like two lovers, a girl's fantasy that grows every moment.
Among my fears and insecurities in a strange way I found the courage to talk to him, I was alone, looking at the leaves of the oldest tree in the park, perhaps his memories floated among those leaves, memories of a childhood I did not know, a facet of his life that I could not observe.
There I was in front of the most perfect being that could exist, his soul was even more sublime than I remembered or rather than what I could perceive from my distant box, his brown eyes looked like witches and I could not utter a word.
My legs were trembling and my breath was going, my sweaty hands, without her noticing I dried them on my dress, one I chose for this brave occasion, a yellow dress, not so short and not so long, my red braids fell down my scrawny shoulders, a soft pink tone on my never painted lips and the nerve in my whole being.
I looked doubtful, and his eyes went up and down, it seemed that he was observing my appearance, his voice flooded the atmosphere with a single word, his doubt was notorious and my frozen mind did not let the answers come out and clarify his doubts.
-What do you want?" he insisted on his question and my heart in love did not stop watching his lips.
-Ali...Ali, you are going to answer what he wants, aren't you?" he kept asking, I was screaming inside with emotion, he...he knew my name.
-Well I, I wanted to tell you that"- I was trying to explain myself but my nerves were getting the better of me, how to start saying that I liked him? As much as I could have no idea.
I swallowed saliva and clung to my dress, as if taking strength from something non-existent, I squeezed my eyes and without thinking in the middle of the breeze that lifted my hair I shouted.
-you liiiiiiikkkkkke me! - my heart stopped, I felt like I was dying, I supposed his answer and I even expected him to start laughing, I expected his mockery and I would even endure it, however it was not like that.
His warm hand on my shoulders, then his hand touched my head, I think he removed some leaf from my hair, I felt him so close that repeatedly I felt like fainting.
-Hey...hey, Ali, won't you see me," he said while still not letting go of me.
-I'm scared," I answered trying to let go, I wanted to run away so I wouldn't hear an answer that would hurt my heart.
-Come on, silly, open your eyes and look at me," he said with a soft tone of voice, I felt his breathing in my head and I felt like I was dying and going to heaven at the same time.
I opened my eyes and the sunlight made him shine like you have no idea, I never saw that part of him, a gift to my courage, a gift as a consolation to what I would never have.
-I like you too," he said as he smiled at me, at that moment time froze as if framing the scene we were both living.
-I watched you watching me, so pretty and delicate, your cheeks as red as apples, juicy summer apples, your elusive and bright eyes, the color of honey in your sweet and perfect look, your hair in the wind in a dance of flowers, I always see you just as you look at me, just as you also felt fear of being rejected," confessed the boy without letting you see the blushing and smiling girl.
They intertwined their hands and walked hand in hand, their smiles even more beautiful than before, the emotion overflowing for that budding love.
There I was, watching him so sweet, so sublime, so in love, so much so that every afternoon I invented an answer to this confession that I did not dare to pronounce, sitting under the tree I watched him pluck a flower and then another, sometimes he made fun of a child who fell to the ground while playing, sometimes he made fun of me when he noticed my presence.
Perhaps I have only liked his flowers and autumn is revealing that his roots are not as sweet as his face in the sunlight, the love that is born idealized is extinguished when observed.
There he was, his eyes bright and his hair flying in the wind, his heart something black mocking whoever interrupts his passage. There I stood, watching the one I loved for so long in silence, understanding that what is not at this time will never be and that true love will come when it must.
I finally walked in front of his eyes and his mocking look at me was no longer a nuisance and the heart that used to beat this time stopped beating, that afternoon I buried the unreal love of the one who for so long I had idealized .... I had finally matured.