Hola mis Hivers amigos y de Holos&Lotus me alegra saludarles y compartir temas que al plasmar cada línea para la comunidad verdaderamente edifican más mi ser. Observando mis plantas, todo lo que implica su proceso de crecimiento, el cuidado que llevan, el proceso de regar cada una y todo eso... me llevaba como referencia aun a nosotros mismos; el cual, tiene este proceso cierto grado de similitud con nuestro interior, nuestra mente y un amplio campo "Huerta o jardín". Así que, te invito a que te pongas cómodo, con detenimiento y cuidado prestes atención a cada línea.

Una huerta o jardín según su significado en latín "hortus"; lleva consigo arduo trabajo ya que es un terreno que necesita de ser bien preparado para los cultivos; bien sean, frutas, verduras o legumbres. Además de ello, lleva una buena parte de inversión de tiempo y hasta económica en cada semilla, como herramientas y fertilizantes a utilizar. El encargado de una huerta o jardín debe estar al tanto del agua y nutrientes que la tierra como plantación necesita para crecer de manera sana y que genere frutos; además de, estar pendiente que ninguna plaga, polilla, insectos o animal vengan a dañar este trabajo.

Nuestra mente es como una huerta, un jardín que debe ser muy bien trabajado y eliminar todos aquellos pensamientos que nos perjudican, las pautas mentales que nos producen malestar y conllevan a emociones mal gestionadas o nocivas para nuestro ser. Por ello, la importancia de plantar en nosotros buenas semillas para que estas germinen eficazmente, esto lo logramos mediante un enfoque hacia nuestras virtudes, reconociendo los defectos y sentimientos negativos no para degradarnos hacia nosotros mismos, sino para trabajar en ellos y mejorar como personas.

Nuestra mente verdaderamente es un terreno de combate y constantemente con bombardeos de pensamientos acerca de cómo deberían ser las cosas por fuera para sentirnos bien por dentro; surge el llamado diálogo interior que nos lleva a una larga y hasta interminable al parecer lista de requisitos que nos imponemos para experimentar bienestar. En muchas ocasiones en medio de nuestras etapas de crecimiento, inmadurez y desconocimiento de muchas cosas en la vida, erramos en cuanto a los pensamientos inclinándonos a aquellos que son erróneos y hasta estableciendo falsas necesidades. Traemos a nuestro jardín interno creencias erróneas, aquellas que nos limitan, que pasan a ser esas plagas a nuestro cultivo. Es que muchas de esas ideas, pensamientos, suposiciones, que en muchos casos no somos ni conscientes de ellas intoxican nuestro interior, lo contaminan, lo pudren, lo secan... conllevando a la falta de poder dar frutos virtuosos, cosechando sufrimiento, sentirse insatisfecho, cargados de estrés, con falta de esperanzas, afanados y ansiosos, tristes, lleno de miedos, raíces de amargura y pare de contar. Te impiden verte florecido y reverdecido en la vida como una hermosa planta bien cuidada y cultivada.

Todo mal pensamiento albergado en nuestra mente genera internamente enfermedad en nuestro interior por así decirlo, puesto que le damos tanta importancia a estos que nos volvemos la existencia tan gris. Por ello, debemos reducir estos, no quedarnos enganchados de manera automática, puesto que se convierte en una plaga como el comején "termita" que interiormente se va devorando nuestras estructuras; cada día debemos reflexionar en nuestro modo de vida y pensar, para comenzar a vivir el instante presente de manera más sana y armoniosa. Debemos tomar conciencia de esto y actuar en pro de mejorías para dejar de ser presos del diálogo interior automático, compulsivo que no genera nada bueno.

Uno de los acontecimientos más maravillosos que al ser humano le puede suceder es abrirse a obtener mejores resultados en su interior, en sus emociones, en su esencia, empezar un verdadero autoconocimiento y amor propio. Cuando comienzas a regarte bonito cosas grandes suceden desde dentro hacia afuera, tal como una planta adsorbes una nueva energía, tus raíces absorben buenos nutrientes para fortalecerte, embellecerte, obteniendo bienestar profundo, estables y mejor autoestima. Cuando nos regamos de amor propio vemos lo bonito que florecemos y todos a nuestro alrededor también lo notan. Ya para cerrar este contenido, te comparto la siguiente frase acompañada de una de mis lindas plantas: