Durante la época de primavera de Buenos Aires, el florecimiento de las jacarandas es todo un espectáculo visual para locales y turistas, ya que la capital Argentina se torna de color lila.
En la emblemática avenida 9 de Julio (la más ancha del mundo según ellos) queda custodiada por estos árboles floreados ubicados de lado a lado, y más de uno sera turista o local, se detiene a fotografiarlos para el recuerdo.
Salvando las distancias, ver esta forma armoniosa que nos muestra la naturaleza me recuerda a los cerezos japoneses, que también visten de gala los espacios que a bien alguien tuvo la idea de sembrarlos no solo para obtener sus frutos, sino como forma decorativa. Y aunque las Jacarandas no dan frutos, si ofrecen una sombra agradable para los calurosos días de verano que ya están por empezar en estas latitudes.
En la provincia donde vivo, no son tan abundantes, sin embargo, en la zona donde vivo encontré un par de árboles en flor que resultaban todo un espectáculo visual. Pero como en la naturaleza, no solo el hombre es un detractor, sino que el clima a veces también juega en contra, una semana de tormentas fuertes, los ha dejado desnudos, haciendo una alfombra colorida en el pavimento.
Ahora van sumando nuevamente fuerzas para volver a florecer, demostrando que así es el ciclo de la vida: caer y volver a levantarse. Mientras, me quedaron estas fotos de la primera floreada de las jacarandas cerca de casa.
During the springtime in Buenos Aires, the blooming of the jacarandas is quite a visual spectacle for locals and tourists, as the Argentine capital turns lilac in color.
On the iconic 9 de Julio avenue (the widest in the world according to them) it is guarded by these flowering trees located side by side, and more than one tourist or local stops to photograph them for memory's sake.
Saving the distances, seeing this harmonious form that nature shows us reminds me of the Japanese cherry trees, which also dress up the spaces that someone had the idea of planting them not only to obtain their fruits, but also as a decorative form. And although Jacarandas do not bear fruit, they do offer a pleasant shade for the hot summer days that are about to begin in these latitudes.
In the province where I live, they are not as abundant, however, in the area where I live I found a couple of flowering trees that were quite a visual spectacle. But as in nature, not only man is a detractor, but sometimes the weather also works against them, a week of strong storms has left them naked, creating a colorful carpet on the pavement.
Now they are gathering strength again to bloom once more, demonstrating that this is the cycle of life: to fall and rise again. Meanwhile, I have these photos of the first blooming of the jacarandas near my house.
Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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