The name of my eldest son has always been a topic of conversation whenever people hear it in a religious setting. Mostly because among religious names, it is not common in my country. My baby was an Abraham among many Jesuses and Moses' at the time he was born.
It had been a year since my father's passing, and amidst the grief of mourning and the exhaustion from everything that those first months of motherhood entail, I felt that something was amiss at home. My baby would sometimes cry for no apparent reason, or wake up startled, keeping me on alert as well.
I thought maybe my father's spirit was still lingering at home, or that some entity from the beyond was coming to disturb him! And with so many stories you hear about it, we decided not to wait too long to have his baptism done.
Being Catholics, we chose an old church located near our house, with a simply beautiful interior. We went with the requirements and set the day for the ceremony, a day in May 2008, when he was 3 months old.
The unique thing about this baptism was that there were few children who received the sacrament that day, and they were of different ages, with a couple of older children and two babies.
My son, Abraham Gabriel, was always called first, and the priest even made mention of the importance of the name choice, as it also greatly defines the personality of the one who bears it.
One commonality we all agreed on that day was the great number of godparents for each child. In my case, my son had two godmothers and seven godfathers! Although only two are officially recognized by the church in his baptismal record.
Choosing those who we would entrust with the responsibility of educating our children in values is very important, as being a godparent also implies a role in their upbringing as citizens, even though it may not always happen.
We wanted them to be people close to our circle, hoping to avoid the common occurrence of not seeing them again after the baptism. Although with forced migration, we all ended up scattered around the world.
It was a simple ceremony, followed by a gathering at home after the church event, attended by friends and family, with no intention of having a big party as usually suggested.
From that moment on, my baby slept more peacefully, leaving me with the feeling that we had done it at the right time.
While we are not currently regular church attendees, we still uphold the values of religion such as gratitude, prayer, helping, and respecting others. What better way to profess our belief?
With my second child, the baptism took place at 8 months, without a party or waiting until the first birthday, as the sacrament was always more important for us.
What about you, do you prefer minimalism or a big celebration? Are you still in touch with your baptismal godparents? Looking forward to reading your comments!
El nombre de mi hijo mayor siempre ha dado que hablar en cuanto lo escuchan en algún establecimiento religioso. Sobre todo, porque entre los normbres religiosos no es común en mi país. Mi bebé era un Abraham entre muchos Jesús y Moisés, en la época que nació.
Hacía un año de la muerte de mi padre, y entre el dolor propio del luto y el agotamiento por todo lo que implican esos primeros meses de la maternidad, yo sentía que algo pasaba en casa. Mi bebé, a veces lloraba sin razón aparente, o despertaba de un susto, con lo cual yo también me mantenía en alerta.
Pensaba que quizás el espíritu de papá seguía en casa, o que algún ente del más allá venía a perturbarlo! Y entre tantos cuentos que uno escucha al respecto, decidimos no esperar mucho tiempo para realizar su bautismo.
Siendo católicos, escogimos una iglesia antigua, ubicada cerca de casa, cuyo interior era simplemente hermoso. Acudimos con los requisitos y apartamos el día para realizar la ceremonia, un día del mes de mayo de 2008, cuando él tenía 3 meses de haber nacido.
La particularidad de este bautizo es que fueron pocos los niños que recibieron el sacramento ese día, además de las diferentes edades, ya que hubo un par de niños ya grandes, y dos bebés.
Siempre nombraban de primero a mi hijo, Abraham Gabriel, y el sacerdote inclusive hizo mención a la importancia de la elección del nombre, pues eso también define mucho la personalidad del que lo porta.
Una de las diferencias en la que todos coincidimos ese día, fue la gran cantidad de padrinos y madrinas que había por cada niño. En mi caso, mi hijo tuvo dos madrinas y 7 padrinos! Aunque en su partida de bautismo solo figuran dos, que son los oficiales a los ojos de la iglesia.
Y cuán importante es saber escoger a quienes le dejaríamos la responsabilidad de educar en valores a nuestros pequeños, pues aunque no siempre sucede, debemos tener en cuenta que el ser padrino o madrina, implica también una responsabilidad en su formación como ciudadano.
Quisimos que fueran personas allegadas a nuestro núcleo, procurando que no sucediera el hecho común de no volverlos a ver después del bautismo. Aunque con la migración forzada, quedamos todos regados por el mundo.
Fue una ceremonia sencilla, con una reunión en casa luego de terminar en la iglesia, a la que acudieron amigos y familiares, sin ánimos de hacer una gran fiesta como suele plantearse.
A partir de ese momento, mi bebé durmió más tranquilo, lo cual también me dejó con la conciencia de haberlo hecho en el momento adecuado.
Y si bien, en la actualidad no somos practicantes de ir a la iglesia semanalmente, conservamos los valores de la religión como lo son agradecer, rezar, ayudar y respetar al prójimo. Qué mejor manera de profesar nuestra creencia?
Con mi segundo hijo, el bautizo fue a sus 8 meses, sin fiesta ni esperar a que cumpliera el año, pues para nosotros siempre fue más importante el sacramento.
Y ustedes, prefirieron el minimalismo o una gran fiesta? Siguen en contacto con sus padrinos de bautismo? Los leo en los comentarios!
Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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