If there is one thing I learned during my time working as a documentalist, it is the importance of always being alert and observing everything around us. The truth is that when we are attentive, even when we are in a hurry, we can find surprises in the places we always pass by.
Today I decided to sit by the window, like when we were children fighting with our siblings to sit in that spot, even if the journey is short. My youngest son had no issues, although he would get anxious from time to time when he took advantage of the bus stops to stick his camera out the window and take a non-blurry picture.
Seeing the city at its various stops is like an analogy of life. We have times when we are speeding along until an event forces us to stop, sometimes without much thought, and other times, we take it as a moment to reflect before moving forward.
Then there are the contrasts, between the classic, the old, and the modern. Where do we stand, or are we evolving? Many people prefer not to step out of their comfort zones and only their bodies evolve, while their minds remain anchored in the past.
Just then, the memories of the plans I have for this new year flood my mind. Will I be able to see the signs? Sometimes I keep going without stopping at the right stop, although I believe I am paying more attention to my intuition now.
As we were leaving the city to enter the area where I currently live, I looked up and noticed something that seemed like a Christmas ornament in the foreground, but it was a plant hanging down with its shoots reaching upward. I was distracted for a while watching the magic of nature defying gravity, until I noticed in the background, a building with a sign advertising an apartment for sale, and I wondered if this is one of the many signs I have been waiting to see.
Si algo aprendí en mis tiempos de trabajar como documentalista, es la importancia de estar siempre atentos y observando todo alrededor. La verdad es que cuando vamos atentos, así estemos apurados, podemos encontrar sorpresas en los sitios por donde siempre transitamos.
Este día decidí sentarme del lado de la ventana, como cuando somos niños y peleamos con nuestros hermanos para quedar en ese sitio, así el trayecto sea corto. Mi hijo menor no tuvo inconvenientes, aunque se angustiaba a cada tanto cuando aprovechaba las paradas del colectivo para sacar la cámara por la ventana y lograr una foto que no quedara movida.
Poder ver la ciudad en sus diferentes paradas es como una analogía de la vida. Tenemos épocas en las que vamos a toda velocidad, hasta que algún evento nos hace frenar, a veces sin pensarlo mucho y en otras oportunidades, nos lo tomamos como un espacio para reflexionar antes de seguir.
También están los contrastes, entre lo clásico, lo antiguo y lo moderno. En qué punto nos quedamos ¿o vamos evolucionando? Muchas personas prefieren no salir de su zona de confort y evoluciona solo su cuerpo, pero la mente sigue anclada en el pasado.
Justo en ese momento, el recuerdo de los planes que tengo para este nuevo año me golpean la mente. ¿Seré capaz de ver las señales? pues a veces sigo de largo y no me bajo en la parada indicada, aunque creo que ya le estoy haciendo más caso a mi intuición.
Ya cuando salíamos de la ciudad para entrar en la zona donde vivo actualmente, se me ocurrió ver hacia arriba, había algo que parecía un adorno navideño en primer plano, pero era una planta que caía y sus retoños volvían arriba. Me distraje un rato viendo la magia de la naturaleza, desafiando la gravedad, hasta que vi al fondo, un edificio con un aviso de un apartamento en venta, y se me ocurrió pensar si acaso esa es una de las tantas señales que he estado esperando ver.
Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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