[ENG] Builders of joy and hope
The knowledge and skills with which one or more activities are carried out make the difference between human beings. Each person is capable of developing some strength that distinguishes him or her from others; that is why people with aptitude and talent are found everywhere.
In many popular sectors, for example, there are professionals and technicians trained in different careers or trades, who put their talent at the service of others or take advantage of it to undertake and improve their quality of life.
When we refer to civil construction, we must recognize that in most neighborhoods there live skilled and hard-working men, who without being engineers are very ingenious and without being architects, they projected and designed in any terrain and space.
Most of the bricklayers of my childhood were jacks of all trades, they knew everything, from the importance of building on firm ground and with good foundations to the installation of the entire white and used water network of the house. These experienced plumbers also installed all the sanitary fixtures and left the electrical installations ready and faultless; they also painted, laid ceramic tiles or polished and even colored cement floors; they were also prepared to professionally carry out all the finishing touches to the houses.
In the former Venezuela, the popular bricklayers were responsible for building the houses that little by little formed the communities; by the way, I witnessed the transformation of my houses and of many houses where I grew up; the old shacks made of wood, tin and bamboo were pushed aside to make way for blocks, rebar and cement. Also the tiles, adobe, straw and bitter cane were replaced in the transition to new residences.
The old zinc roofs that protected us so much from the sun and rain were changed for concrete flower beds, thus avoiding the leaks that turned the floors of the houses into displays of buckets and pots trapping leaks.
I confess that I spent my best years in my old home... I still remember the smell of wet earth and the relaxing sound of rain falling on the roof.
At the beginning of a work day, construction workers would enthusiastically exclaim "Get to work!" while toasting with beer or the drink of their choice. Wheelbarrows came and went, blocks, rebar, coils of wire and steel mesh, nails, boards, sand, earth, cement, water and the clicking of shovels mixing the mixture, loud music, shouts and the aroma of sancocho enlivened the work, many helped with love without expecting money in return, only the beer and the sancocho were enough. When the time came to pour a slab it was a day of joy, enthusiastic shouts and celebration until rest and satisfaction of the task accomplished.
In my neighborhood, teamwork was very important to consolidate our community and strengthen our human relations. Today I remember with nostalgia that experience of love for one's neighbor and neighborly solidarity that helped improve the quality of life of many families, who managed to have a decent home with their effort and honest work. Let this humble writing serve to recognize the praiseworthy work of the builders of joy and hope and my eternal gratitude to those who helped us have a comfortable home where peace and love reigned. Thank you for your solidarity and empathy.
I want to thank those who finished reading this post; I also want to thank all those who are kind enough to support me. Thank you and infinite blessings 🙏
I must clarify that the photographs you will see below were taken by my son, Engineer Manuel Milano @memj0310 who kindly sent them to me to support this publication. I hope you like them.
[ESP] Constructores de alegría y esperanza
Los conocimientos y destrezas con la que se ejecutan una o varias actividades marcan la diferencia entre los seres humanos. Cada persona está en la capacidad de desarrollar alguna fortaleza que la distingue de las demás; es por eso que gente con aptitud y talento se encuentra por doquier.
En muchos sectores populares; por ejemplo, existen profesionales y técnicos capacitados en distintas carreras u oficios, que ponen su talento al servicio de los demás o lo aprovechan para emprender y mejorar su calidad de vida.
Al referimos a la construcción civil, debemos reconocer que en la mayoría de los barrios habitan hombres habilidosos y muy trabajadores, que sin ser ingenieros son muy ingeniosos y sin ser arquitectos proyectaban y diseñaban en cualquier terreno y espacio.
La mayoría de los albañiles de mi niñez eran todero, sabían de todo, desde la importancia de construir en un suelo firme y con buenos cimientos hasta la instalación de toda la red de agua blanca y servida de la casa. Cuáles plomeros experimentados ellos también instalaban todas las piezas sanitarias y dejaban listas y sin fallas las instalaciones eléctricas; además pintaban, colocaban cerámica o pisos de cemento pulidos y hasta de colores; también estaban preparados para realizar con profesionalismo todos los acabados de las viviendas.
En la otrora Venezuela los albañiles populares fueron los responsables de construir las viviendas que poco a poco fueron conformando las comunidades; por cierto, fui testigo de la transformación de mi casas y de muchas viviendas donde me crié; los viejos ranchos de madera, hojalata y bambú se hicieron a un lado para darle paso al bloque, la cabilla y el cemento. También las tejas, el adobe, la paja y la caña amarga fueron sustituidas en la transición a nuevas residencia.
Los antiguos techos de zinc que tanto nos protegieron del sol y de la lluvia los cambiaron por platabandas de concreto, evitando así las goteras que convertían los pisos de las casas en exhibidores de tobos y ollas atrapando goteras.
Confieso que mis mejores años lo pasé en mi vieja morada... aún recuerdo el olor a tierra mojada y el relajante sonido de la lluvia cayendo sobre la techumbre.
Al iniciar alguna jornada laboral los trabajadores de la construcción exclamaban con entusiasmo ¡Manos a la obra!, mientras brindaban con cerveza o con la bebida de su preferencia. Carretillas iban y venían, bloques, cabillas, rollos de alambres y mallas de acero, clavos, tablas, arena, tierra, cemento, agua y el chasquear de las palas batiendo la mezcla, la música a todo volumen, los gritos y el aroma del sancocho animaban la faena, muchos ayudaban con cariño sin esperar dinero a cambio, sólo bastaba la cerveza y el sancocho. Cuando llegaba el momento del vaciado de una placa era un día de alegría, gritos animosos y festejo hasta el descanso y la satisfacción de la tarea realizada.
En mi barrio el trabajo en equipo fue muy importante para consolidar nuestra comunidad y fortalecer nuestras relaciones humanas, hoy recuerdo con nostalgia esa experiencia de amor al prójimo y solidaridad vecinal que ayudó en su momento a mejorar la calidad de vida de muchas familias, las cuales lograron con su esfuerzo y trabajo honrado tener una vivienda digna. Sirva este humilde escrito para reconocer la loable labor de los constructores de alegrías y esperanzas y mi eterno agradecimiento a los que nos ayudaron a tener un hogar confortable donde reinó en la paz y el amor. A todos los trabajadores de la construcción. Gracias por su solidaridad y empatía.
Quiero agradecer a los que culminaron la lectura de este post; además dejo mi agradecimiento a todos los que tengan a bien apoyarme. Gracias y bendiciones infinitas 🙏
Debo aclarar que las fotografías que verán a continuación fueron tomadas por mi hijo, Ingeniero Manuel Milano @memj0310 quien gentilmente me las envió para que sustentaran esta publicación. Espero sean de su agrado.