No pidas perdón por sentir tan profundo,
si en tu pecho la marea es un conjuro.
¿Por qué acallar el eco que llevas dentro,
por un coro de sombras, por un murmullo?
Si la luz a veces decide esconderse,
y la duda te viste con su manto oscuro,
recuerda que el alba siempre regresa,
y tu esencia es un faro en el mundo.
No intentes descifrar cada latido,
ni explicar las razones de tu sentir.
Ser feliz es el único motivo,
el derecho sublime de existir.
Vuela libre, espíritu sin cadenas,
que la norma no opaque tu verdad.
Brilla intenso, aún con tus pequeñas penas,
sé la luz que te dicta tu voluntad.
La foto utilizada es de mi propiedad
