Hacía muchos meses no veía a mi hermana 🥰. El tenerla de vuelta en casa por las vacaciones de verano nos ha hecho bien a todos, pese a la nostalgia que vivimos en el entorno familiar, pues, hemos tenido que despedir a nuestra mami, que se ha ido de viaje 😔. Por suerte, el reencuentro ha traído consigo el juntarnos el resto de los hermanos y primos, quiénes tampoco nos vemos con frecuencia, así que aprovechamos el momento que la vida nos ha brindado, intentando ver lo positivo siempre.
Luego de pasarnos unos días en casa compartiendo, viviendo un poco la divertida convivencia de varios jóvenes juntos, decidimos irnos a pasar una jornada veraniega en un lugar hermoso de nuestra provincia: la Cascada de Juan González. Es la tercera vez que voy. Realmente es un sitio paradisíaco, super natural. El acceso hasta allá es un poco complicado, no es un sitio a la orilla de la carretera y eso lo hace mucho más divertido. Se disfruta la excursión entre piedras enormes que casi hay que escalar.
Los chicos apenas llegamos empezaron a explorar el sitio. La mayoría nunca había estado ahí, de hecho, creo que solo mi pareja y yo conocíamos el lugar. Desde piedras altísimas comenzaron las acrobacias, lanzándose hasta el agua, que es bien profunda. A mí también me encantan esas aventuras, pero, esta vez preferí quedarme tranquila, disfrutando de la paz que proporciona el ambiente, pensando en mis cosas, que no son pocas últimamente.
Pasado un rato decidí cambiarme y meterme al agua, a ver qué tal. Estaba fría, muy fría, el día no había estado soleado, se mantuvo más bien nublado y aquello hizo que estar dentro de la cascada fuese difícil. Por lo general eso nunca ha sido un problema para mí, que tanto amo nadar, sin embargo, esta vez apenas me di un chapuzón.
Quizás yo no estaba con el mejor ánimo, pero, fue un día agradable en familia, y todo tiempo junto a las personas que uno quiere se agradece.
Todas las imágenes son de mi propiedad.
