Hey, desconocido.
Lota por acá, buenas noches.
Acabo de enterarme: tengo membresía en la generación Z.
Cosa trascendente aquella. Creí ser boomer o algo más viejo; se siente rarísimo pertenecer a la tendencia. Pero acá estoy, de cara a la veintena, Acuario además, persecutora de la música impopular y redactora en los momentos más azules de la estadía en tierra firme.
(que no te sorprenda: saco esa última frase de la lengua inglesa, donde blue refiere a los ánimos más tristes, más melancólicos)
Cuando duele, redacto —excepto en esta presentación; me juro a gusto— y suele terminar en un par de textos agradables.
No hermosos, solo agradables.
Cubana he nacido, por filantropía ajena tengo un ejemplar de Harry Potter en mi estante y resido en casa con varias muchachas. Pongo música para limpiar, las calles aglomeradas me sacan de quicio e intento ser amable con todo el mundo. No he visto Friends con detenimiento, creo en Dios, y de niña anhelaba conversar con la gente.
Empecé escribiendo garabatos. Era pequeña y creí que la caligrafía adulta era un sinsentido precioso, así que lo imité intentando hacerlo en línea recta. Fue imposible —en la actualidad me cuesta— pero gracias a ello inicié un deseo genuino por escribir, redactar, narrar circunstancias.
Cuando era peque y despreocupada me dediqué a escribir lo que fuera. Hice muchos diseños de personajes que terminarían olvidados en carpetas de oficina y confeccioné billetes de papel que simulaban ser dinero para jugar a tener una casa con impuestos.
Nada, cosas de niños.
Más tarde narré otras realidades. Los terapéuticos fanfictions fueron reemplazados por un sinfín de escritos efímeros que no enseño a nadie, nacientes de mi propio miedo e insatisfacción, pero dispuestos a ser agradables.
En ocasiones protagonizo una relación dañina con la imaginación. Llego y me devuelvo, llego y me devuelvo, llego y me devuelvo. Un bucle. Pero me gusta escribir, lo prometo.
Curioseo la lengua inglesa, también la francesa. Traduzco. Escucho canciones recurrentes. Veo cine. Sueño mucho. Respeto a los bichos. Me pueden las sonrisas de Dickinson, Mackay, Stephens. Lo tengo todo y nada.
A veces hago fotografías. Me agradan las iglesias y las catedrales, el casco histórico y los pasillos largos, las voces melismáticas y las franksinatradas, el sonido del tres y el jazz afrocubano.
Antes de esta presentación, la última serie que estuve chequeando fue Atlanta y la última canción que estuve escuchando fue Love On Replay, de mi súper mega bro Kenyon Dixon.
(en realidad no nos conocemos de nada)
No me queda más.
Soy de currículo introvertido, pero me agrada compartir.
Un gusto interactuar contigo, ahora somos conocidos.
Consérvate bueno.
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