¿Alguna vez has escuchado este término? supongo que en el público angloparlante es totalmente ignorado porque es un término nacido dentro del dialecto español, y creado por el músico franco español José Manuel Arturo Tomás Chao Ortega, mejor conocido como Manu Chao. Malegría es el título de una de las canciones de su álbum Clandestino, y en esta publicación intentaré darle forma a este pensamiento que, a pesar de venir de alguien muy polémico y controversial con la política y los órdenes sociales, tiene un gran significado filosófico que debería ser comprendido por las mentes simples que sólo se enfrascan en señalar para destruir.

Malegría hace referencia a la alegría como método de combate contra la maldad que nos ataca en todo momento durante nuestras vidas. Es una especie de alegría dentro de las cosas malas que nos afectan como la depresión, el resentimiento, la decepción, el pesar de todo aquello que afecte negativamente nuestro ánimo. Esas cosas pueden estar causadas por las responsabilidades familiares, las dificultades económicas, la discriminación racial o sexual, los conflictos bélicos, los problemas políticos, los cercos dentro de la sociedad, las injusticias estatales, y tantos otros factores que nos afectan hoy en día dentro del mundo como individuos.

"Es una tristeza que se combate con la risa" explica el cantante en una de las entrevistas sobre sus canciones y un documental llamado Malegría. Pero más allá de combatirla con risa, la letra de la canción nos hace frecuentemente una referencia a combatir la tristeza con alcohol y el calor de una pareja, en el caso de la canción nos habla de María y de jerez, un licor español que proviene de la familia de los vinos. "María, alíviame dame otro beso de jerez, mañana te lo pagaré; tu risa me da risa, tu calor me da valor, dame otro beso de licor." dice en una de sus estrofas la canción, donde podemos también darnos cuenta que María no es solamente una pareja cualquiera, sino una dama de compañía por la que el personaje que sufre de la malegría está enamorado, o necesitado de su compañía en extremo.

Muchos hombres terminan enamorándose de las mujeres que contratan para ofrecer servicios sexuales, y en algunos casos todos conocemos alguna historia de alguien que alguna vez intentó enamorar a una meretriz, en el mejor de los casos funcionó y se casaron, y en el peor de los casos el hombre terminó ahogado en el alcohol y el remordimiento. Es en el peor de los casos donde se siente la malegría, ese sentimiento de necesitar algo en todo momento pero que sólo puedes tener bajo ciertas condiciones y limitantes, como lo es el amor de una mujer que hace negocios con el deseo de los hombres.

Las prostitutas son muy criticadas por sus métodos para ganarse la vida, yo sinceramente no las critico porque no he pasado por las situaciones que ellas habrán pasado pero, sin ánimos de ofender a ninguna de ellas porque admiro su coraje para trabajar con su cuerpo, conozco mujeres solitarias a cargo de una familia numerosa que han salido adelante en la vida sin la necesidad de vender placer. Pero en fin, quizás en algún momento dedique un momento a expresar mejor mi pensamiento en cuanto a este tema que tiene muchas aristas interesantes para desglosar en análisis. Igualmente respeto las decisiones de cada quien y, como dije anteriormente, admiro a las señoras de la madrugada que son capaces de vivir peligros que muchos hombres no están dispuestos a correr.

Entonces, volviendo al tema de la malegría, quedamos en que cuando un hombre ama a una prostituta que no tiene intenciones de enamorarse de él, sino de hacer de su deseo un negocio, se genera dentro un sentimiento dual que en un sentido nos alegra por tener al amor de una mujer, pero que nos entristece porque ese amor está condicionado al dinero y al tiempo; por lo que el hombre para sobrellevar este sentimiento recurre a las bebidas alcohólicas. Esto sólo lo puede entender un hombre porque son pocas las mujeres que se la pasan en bares de "prostitutos" contratando servicios sexuales de hombres, es decir, no es frecuente o por lo menos no está dentro de la ética social y los arquetipos que nos tenemos como hombres y mujeres.

La malegría se podría presentar entonces cuando una mujer siente que su relación está condicionada por algún factor que genere en sí misma un sentimiento dual que la alegre y entristezca al mismo tiempo. Podríamos pensar en que existen mujeres que a pesar que el esposo les es infiel, ellas siguen a su lado porque quizás les dé estabilidad económica, o un sexo increíble, o también piensen en la estabilidad emocional de sus hijos, pero ese motivo que las ata a esa relación infiel les genera alegría por un lado, que puede ser el dinero, el sexo o la familia, entre otras; y tristeza por otro lado porque esa persona con la que necesitas estar porque en un principio hubo un comienzo romántico que ocasionó ciertas emociones, ya se destruyeron por el desamor.

Existen muchos casos posibles de malegría que no tienen que estar relacionados estrictamente con el amor y el sexo, sino también existe la malegría de aquellos que en algún momento soñaron con lograr algo pero distintos motivos frustraron sus sueños, además de aquellos que viven circunstancias que por responsabilidad y honor deben vivir pero que no es lo que en el fondo quieren para ellos, y así muchos otros casos que terminan siempre con el mismo resultado, una botella de alcohol que haga menos amarga la tristeza de querer ser feliz. Esa es la esencia de la malegría, ser feliz es realmente triste y nos cuesta mucho, en ocasiones nos deprimimos cuando no podemos ser felices a nuestra voluntad y nuestra forma, y el mismo mundo nos condiciona la felicidad. Dentro de ese condicionamiento del mundo a nuestra felicidad es que se genera la malegría como una forma dual de sobrellevar la vida.