VERSIÓN EN ESPAÑOL
Saludos para todos mis hiveamig@s, en esta oportunidad les comparto un momento muy especial que tuve el 29 de julio, el cual es, el cumpleaños de mi hermosa madre, mi madre amada como yo la llamo.
Se llama Lucila María Figueroa, cumpliendo ese día 75 años convertidos en primaveras. Madre de siete hijos, dos hombres y cinco mujeres, yo soy la segunda hija de todos. Mujer trabajadora, luchadora y formadora de una gran familia como se lo reconocen.
A pesar de tener muchas limitantes y carencias, siempre tuvo esa inteligencia y suspicacia en la formación de sus hijos, su familia, quienes somos el mejor tesoro que tiene, como lo dice ella. Mi vieja, mi negra, como la llamamos nuestro tesoro de madre, ha pasado a ser hija, especialmente para mí porque con el paso de los años ha bajado la guardia y entre enfermedades y consentirla lo siento así.
Tiene artritis reumatoide, afectando sus manos y pies, sin embargo, el tratamiento que tiene le ha controlado la enfermedad, además de ser una paciente muy colaboradora, por lo que nos hace la situación más llevadera.
Ese día estuvo muy caluroso y lluvioso a la vez, como se comporta mucho el clima en nuestra amada Maturín, pero no importó porque lo importante era pasar el día con nuestra madre. Llegué con mi hermana querida Gladys, es la 3era de los hijos. Le llevé la torta que preparé (marquesa de chocolate) y Gladys le llevó frutas que le gustan mucho a mi madre amada.
Con el pasar de las horas fueron llegando el resto de familiares entre hijos, esposos y nietos. Preparamos empanadas para compartir entre todos, muy ricas quedaron y entre charlas y risas se nos pasó el día, llegando el momento especial, compartir la torta fría o marquesa de chocolate, que quedó espectacular. Mi madre amada no quiso que le cantáramos cumpleaños porque está el duelo de nuestro padre reciente, pero gracias a Dios, que entendió que queríamos compartir con ella y no se opuso al compartir.
Degustar la torta se convirtió en un momento sublime porque quedó muy rica. Pidiendo a Dios y nuestro señor Jesucristo que nos permitan disfrutar de nuestra madre amada por mucho tiempo, son los anhelos compartidos por nosotros, sus hijos y el resto de sus familiares.
English version
Greetings to all my hiveamig@s, this time I share with you a very special moment I had on July 29, which is the birthday of my beautiful mother, my beloved mother as I call her.
Her name is Lucila María Figueroa, turning 75 years old that day. Mother of seven children, two men and five women, I am the second daughter of all. She is a hard working woman, a fighter and a great family builder, as she is recognized.
Despite having many limitations and shortcomings, she always had that intelligence and suspicion in the formation of her children, her family, who are the best treasure she has, as she says. My old lady, my black woman, as we call her, our mother's treasure, has become a daughter, especially for me because over the years she has lowered her guard and between illnesses and spoiling her, I feel that way.
She has rheumatoid arthritis, affecting her hands and feet, however, the treatment she has has has controlled the disease, besides being a very cooperative patient, which makes the situation more bearable for us.
That day was very hot and rainy at the same time, as the weather behaves a lot in our beloved Maturin, but it did not matter because the important thing was to spend the day with our mother. I arrived with my dear sister Gladys, she is the 3rd of the children. I took her the cake I had prepared (chocolate marquise) and Gladys brought her some fruits that my beloved mother likes very much.
As the hours went by, the rest of the family arrived, including children, spouses and grandchildren. We prepared empanadas to share among all of them, they were very delicious and between chats and laughs the day went by, arriving the special moment, sharing the cold cake or chocolate marquise, which was spectacular. My beloved mother did not want us to sing her birthday because she is in mourning for our recent father, but thank God, she understood that we wanted to share with her and did not oppose sharing.
Tasting the cake became a sublime moment because it was so delicious. Asking God and our Lord Jesus Christ to allow us to enjoy our beloved mother for a long time, these are the wishes shared by us, her children and the rest of her relatives.
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