Bueno, no lloré, pero sí me emocioné.
Papá era genial, un verdadero ejemplo de cómo deberían ser muchos hombres: un adulto funcional. No hay cosas de mujeres ni cosas de hombres, solo hay cosas por hacer y listo. Antonio le echa ganas con las reparaciones cuando se necesita, pero como nunca está no hace nada más, jajajaja.
Uno de los mejores regalos de papá fue enseñarnos que las labores del hogar no tienen sexo, cualquiera puede (y debe) hacerlas.
Un besote mana 😘