I think this is the best phrase I have ever heard to refer to a quality motivated by love and commitment. Since I was very young, every time someone quoted this expression, questions like: What if one of us dies at the age of 100? What if one of us doesn't want to continue? Obviously my questions reflected the little knowledge and understanding I had of something called loyalty.
This quality is extremely vital in every area of our lives. Because in all of them we must interact with other people. Whether on a personal, work, social or family level, we all come across scenarios in which we must trust someone, commit to keep our word and do our best not to fail, especially when things don't go as expected. So it can be said that loyalty goes beyond being a responsible, reliable person with a good disposition, and when the concept of a sincere commitment is understood, it is easier to be able to display such a quality.
Our tendency always leads us to look at and judge the presence of loyalty in other people. We expect the best from them, thinking that they will never fail us and abandon us. Thus we are filled with optimism and trust in the unconditional support of those close to us, confident that in the face of any eventuality that helping hand will always be as strong as it is extended to get us out of any trouble. And what about us, do I consider myself a loyal person? Perhaps by looking at ourselves in this mirror we will realize some details in which we must work and improve in order to give what we expect.
This is not an exchange, nor is it "I treat you well and help you to do the same with me". Rather, it is something that is based on a sincere feeling, a pact that binds us with the best possible intention. Beyond our desires and possibilities, we strive to do the impossible in order not to fail that person, as if we had a document written in our hearts for which we would never think of renouncing. We put our own interests before those of someone else, showing empathy and compassion in a detached way. That is why I think that loyalty is a set of wonderful qualities that when fused together give life to a bond and a very special connection.
Perhaps that is why many people relate loyalty to love, and I believe that the pure essence lies in the latter. There is no doubt that when we develop and feel love for someone we identify ourselves as committed beings, convinced that there will be no reason or situation that will lead us to betray the other person. In fact, I think that if I were to fail a person I would really be failing myself, breaking a kind of promise that at some point I assumed with absolute freedom and determination. An unwavering loyalty is a gift that over time not only extends but becomes stronger and stronger.
That is why, every time I hear the phrase "Till death do you part," I automatically think of the love I can feel for someone and how this can lead me to make the most important of all commitments. Being willing to spend a lifetime with someone is not an act of blind faith or a reckless decision, but it is a sense of surrender and commitment that you have wished to have and give everything in your life to defend it. Loyalty and love go hand in hand, and together they can overcome any obstacle, go beyond what many of us think and even change the essence of a phrase that could easily say "Not even death can separate us" ♥️.
Thank you for adding value to this publication with your time and attention.
See you soon.
Creo que esta es la mejor frase que he escuchado para hacer referencia a una cualidad motivada por el amor y el compromiso. Y es que desde muy joven cada vez que alguien citaba dicha expresión enseguida en mi mente resonaban preguntas como: ¿Y si uno de los dos se muere a los 100 años? ¿Qué tal si al poco tiempo uno de los dos no desea continuar? Obviamente mis preguntas reflejaban el poco conocimiento y entendimiento que tenía sobre algo llamado lealtad.
Esta cualidad es sumamente vital en todo ámbito de nuestra vida. ¿Por qué? Porque en todas ellas debemos interactuar con otras personas. Ya sea en el plano personal, laboral, social o familiar, todos nos llegamos a encontrar con escenarios en los que debemos confiar en alguien, comprometernos a cumplir nuestra palabra y hacer todo lo posible por no fallar, sobre todo cuando las cosas no salgan tal como lo esperabamos. Así que se puede decir que la lealtad va más allá de ser una persona responsable, confiable y con una buena disposición, y cuando se entiende el concepto de un compromiso sincero más fácil es poder desplegar semejante cualidad.
Nuestra tendencia siempre nos lleva a mirar y juzgar la presencia de la lealtad en otras personas. Esperamos lo mejor de ellos, pensando en que jamás nos fallarán y nos abandonarán. Así nos llenamos de optimismo y confiamos en el apoyo incondicional de nuestros allegados, seguros de que ante cualquier eventualidad esa mano amiga siempre estará tan fuerte como extendida para sacarnos de cualquier problema. Y, ¿Qué hay de nosotros? ¿Me considero una persona leal? Quizás al mirarnos en este espejo nos demos cuenta de algunos detalles en los que debemos trabajar y mejorar a fin de dar lo que esperamos.
No se trata de un intercambio, ni tampoco de "Te trato bien y te ayudo para que hagas lo mismo conmigo". Más bien es algo que se fundamenta en un sentimiento sincero, un pacto que nos obliga con la mejor intención posible. Más allá de nuestros deseos y posibilidades, nos esforzamos por hacer hasta lo imposible a fin de no fallarle a esa persona, como si tuviéramos un documento escrito en nuestros corazones y por el cual jamás pensaremos en renunciar. Ante ponemos los intereses propios por los de alguien más, mostrando empatía y compasión de manera desprendida. Por eso pienso que la lealtad es un conjunto de maravillosas cualidades que al fusionarse dan vida a un vínculo y una conexión por demás de especial.
Quizás por eso muchas personas relacionan la lealtad con el amor, y creo que la esencia pura radica en este último. No cabe duda de que cuando desarrollamos y sentimos amor por alguien nos identificamos como seres comprometidos, convencidos de que no habrá motivo ni situación alguna que nos lleve a traicionar a la otra persona. De hecho, pienso que si yo llegara a fallarle a una persona realmente me estaría fallando a mí mismo, rompiendo una especie de promesa que en algún momento asumí con absoluta libertad y determinación. Una lealtad inquebrantable es un regalo que con el tiempo no solo se extiende sino que cada vez se hace más y más fuerte.
Por eso, cada vez que escucho la frase "Hasta que la muerte los separe", automáticamente pienso en el amor que puedo llegar a sentir por alguien y como esto me puede llevar a asumir el más importante de todos los compromisos. Estar dispuesto a pasar toda una vida con alguien no es un acto de fe ciega ni una decisión temeraria, sino que es un sentido de entrega y compromiso que has deseado tener y dar todo en tu vida para defenderlo. La lealtad y el amor van de la mano, y unidos pueden superar cualquier obstáculo, ir más allá de lo que muchos pensamos y hasta cambiando la esencia de una frase que fácilmente podría decir "Ni siquiera la muerte podrá separarnos" ♥️
Gracias por darle valor a esta publicación con tu tiempo y atención.
Hasta pronto.
Wes & Grindan
