No maldigas, por favor.
Cuando lanzas maldición
tu ser está en descontrol
y la expansión de tu sol
da mala iluminación.
Esta es una situación
de rabia y de descontento
en la que a cada momento
la mente está en turbación.
Se ha dicho que en esta acción
hay la posibilidad
de que toda realidad
llegue por retrocesión.
Hay que suavizar la voz
y mantener mucha calma
para que serene el alma
cada instante nuestro Dios.
No dejes que el corazón
tenga un sentimiento feo
a través del cruel deseo
como dura sensación.
No maldigas, por favor,
y convierte en un agrado
lo que tú hayas anhelado,
y responde con amor.