Hoy les comparto un pequeño avistazo a mi vida y a mis pequeños avances en la escritura. Quiero hacer un importante agradecimiento por todo su apoyo y apreciación a @numa26 @joalheal @susurrodmisterio @alarconr22.arte @orimusic y a toda mi familia de Hive por tanto amor.
Un magnifico premio y 3+
Los músculos me dolían y se me había terminado el agua en mi fiel termo a un lado del escritorio. Porque al escribir, simplemente siento como si se me secaran las neuronas. Además de que mi bebida favorita es la básica e indispensable agua. Era tarde o temprano por la madrugada, cualquiera de las expectativas que elijas no estará del todo errada. Apagué todas las luces en el hogar y me acosté para descansar.
Como la mayoría del tiempo en el que con tan solo un toque, mi cama me engulle con gula, envolviéndome en sabanas y mantas, asegurando mi comodidad con las almohadas compradas un par de años atrás, me dormí. Sin nada que esperar, sin rugirme el estómago y sin ningún sueño que me interrumpiera. Mi líquido cefalorraquídeo se renovaría sin problemas esa noche.
La luz invasora entraba por las pesadas cortinas del cuarto, se me había pasado la mitad de la mañana y mi gata negra de nombre Luna me pedía con maullidos que la alimentara. Salí de la cama y luego de atender lo más importante por un par de horas, tomé un descanso en el sofá azul cerca de la habitación. El teléfono en mi mano me informaba del mundo exterior y entonces un mensaje de texto llegó. Lo que leí me hundió en negación. Una reacción poco común ante ese tipo de anuncios. Inmediatamente, para salir de dudas, revisé mi correo electrónico. En efecto, la noticia era real, hasta llevaba mi nombre bien escrito.
Meses atrás un amigo de la secundaria, con el que aún mantengo contacto a pesar de encontrarnos en países distintos, me envió vía Instagram un post de una convocatoria para escritores con la temática “Amor”. Decidí aceptar, basada en la idea plana de que no quería ser descortés al no querer participar por timidez. Enviado el escrito, casi lo olvidé.
Después de años escribiendo por ocio en primaria y secundaria, donde surgió mi primer relato corto dividido en capítulos para una simple tarea de literatura y la cual fue elogiada por la profesora, lo que encendió en mí una pequeña chispa que fue creciendo lento, finalmente llegué a la universidad.
Pasando por una marcada perdida, la escritura fue lo único que aliviaba mi peso. Con el tiempo, encontré donde mostrar lo que escribía, Blogger se llamaba. Según el contador de visitas, muchas personas habían ojeado la página, pero no tenía interacción a pesar de aprender con frenesí como hacerla perfecta, como aprender un poco de HTML, entre otros. Descuidé el blog y mi escritura por unos años, lidiando con temas de la vida.
Pero aquí es donde los hilos comienzan a trenzarse de manera coherente. La hermana de mi mejor amiga (desde 6to de primaria), conocía Hive, por una vecina y amiga de ella que se enteró. Me interesé, me embarqué, aprendí y casi me quedo en shock. Me uní a la plataforma de HIVE.BLOG en el año 2020, entre altos y bajos. La pandemia había casi paralizado por completo mi país, como a la mayoría.
Hive me dio la oportunidad que no había tenido antes: interacción. No era solo subirlo a la web y que se quedara allí. Con Hive, las personas leían, en serio lo hacían. Y comentaban. ¡El poder del comentario! Las personas tenían amables palabras para mí y compartían lo que mis letras les hacían sentir. Algunos incluso opinaban desde un punto técnico, pero nadie fue grosero o condescendiente. ¿Lo más importante? ¡Ya no había silencio! Escuchaba sus voces y mi corazón se envolvía en un fuego neón de incredulidad y orgullo propio. En conclusión, alguien me escuchaba.
¿Qué sucedió luego? La verdad, no lo creía, pero se puso aún mejor. ¿Mejor, es posible? Sí, lo fue y sigue sucediendo casi todos los días. ¿Te cuento el secreto? Acércate… Te lo compartiré… ¡Las curaciones en vivo a través de Discord! ¿Qué? ¿No me crees? Te explico.
En las curaciones, en esos encuentros, ya no tenía que imaginar sus voces mientras leía los comentarios, sino que realmente podía escucharlos. La calidez de su apreciación y la amabilidad en sus consejos me llenó el corazón. Y yo decía… “¿Cómo puede existir un lugar tan bonito donde las personas son una maravilla con otras, aun si no se conocen y con dinero de por medio?”. Hive me regaló eso.
Recuerdo la primera Curación en Vivo a la que asistí. La de VotoVzla, un miércoles a las 9:15pm. Cuando llegó mi turno de hablar, las manos se me tornaron frías, los nervios me hacían tartamudear o hablar muy rápido y el corazón me palpitaba con velocidad. Al día de hoy, después de participar en muchos programas y no solo de ellos, sino de Hispapro, CelfMagazine, HiveMexico (en su momento), Aliento, Encuentro de Talentos y ahora Días Ecenciales, entre otros, puedo decir que a veces aún los nervios se presentan pero es por mi manera de ser. A pesar de haber hecho cursos de Locución, de Oratoria y saber perfectamente que todos estos compañeros son como una familia más para mí.
No solo me sentí apoyada, sino también me sentí impulsada por mis conocidos y por mis compañeros Hivers, con los que me encontraba virtualmente casi todos los días. ¿Qué tiene que ver esto con la convocatoria? ¡Unamos los puntos! En Hive y Discord no solo obtuve más confianza en lo que estaba haciendo (que para muchos e incluso para muy dentro de mi cabeza “esto era un pasatiempo”), sino que también llegué a sentir que podría hacer más. Por lo que me propuse a pulir mi manera de escribir. La mayoría de las veces Hive ha sido mi único ingreso, así que era importante por ambas cosas. La pasión y el sustento. Había desbloqueado en mí ciertas puertas internas como para sentirme “cómoda” al enviar dicho escrito para esa convocatoria.
Lo que recibí por mensaje de texto y correo electrónico era la noticia de que mi escrito había sido seleccionado para publicarse en una antología con la temática “Amor”. Mi escrito sería publicado a nivel internacional por una editorial reconocida. Aunque fueran un par de páginas en un libro colaborativo, yo estaba temblando.
Estaba sola en casa, como suele ser, junto con mi gata y aún no terminaba de procesarlo. La primera persona que llamé en ese momento fue a mi mejor amigo, el cual el día de hoy es mi prometido. Me sentí imprudente por un momento porque él es paramédico y a parte también es escritor, pero su trabajo en esa época se establecía en una oficina (aunque ya eso cambió). Sin embargo, se levantó de su cubículo y salió del edificio para contestarme la llamada, porque era muy extraño que yo lo llamara, así que se asustó.
Finalmente, le compartí la noticia y en medio de eso se alegró muchísimo, más de lo que creía posible, aparte intentó conectarme a tierra porque yo me sentía algo irreal. Luego mi mejor amiga me llamó y por último mis padres, quienes se encontraban trabajando. Yo era una tormenta de emociones. Lo procesé, se hicieron los tramites y a esperar. Pero como no todo puede ser tan sencillo, pues…
Mi cabeza me atormentó un poco en base a mi logro. “¿Y si solo había sido suerte?”, “¿Y si solo me habían elegido por un millón de cosas, excepto porque realmente era buena”?, “¿Solo había sido suerte de novata?”. Esa editorial todos los meses tenía una convocatoria, pero si quedabas seleccionado luego debías realizar un pequeño pago en dólares, que estando en Venezuela era y es dinero que no todo el mundo tiene en su billetera. Sin embargo, quería probarme algo a mí misma.
Así que dos meses después, entré en otra convocatoria. Pero es que no solo entré en una, entre en las dos que lanzaron para ese mes, de temáticas distintas. Una para “Latinoamérica” y otra de temática libre. Me dije: “Bueno, si no quedo en una, tal vez quede en la otra. Y si no quedo en ninguna, tal vez si fue solo suerte”. Un pensamiento bastante toxico, porque yo misma me estaba llenando de dudas e inseguridades.
¡Luego recibí el mensaje de que había quedado en ambas convocatorias! No me lo podía creer. Y es que por un momento realmente creí que se estaban equivocando. Y a pesar de ser todo virtual y de que ellos eran minuciosos según lo que aparentaban sus redes sociales y pagina web, además de los anuncios periodísticos y alianzas con universidades… Yo había pensado: ¿“Será que se traspapeló mi otro escrito y básicamente me he coleado”?. ¡A ese punto no me lo creía! Le estaba buscando las seis patas al gato y restándome mérito.
Después de la emoción y aceptarlo, había un detalle. El dinero. ¿Cómo iba a hacer para pagar no solo uno, sino dos escritos? Pero con el tiempo todo resultó bien, y así fuera pidiendo prestado se logró. Pagados los escritos y enviados los documentos firmados, tocaba esperar.
Tras esperar casi un año, los tres escritos fueron enviados en borradores, aprobados por los diferentes autores, diseñados y un montón de cosas que deben hacer las editoriales tras bambalinas, para finalmente imprimir y distribuir, en físico y en digital. Se sentía extraño, pero yo misma me había permitido llamarme “escritora” luego de este proceso.
(post publicado en Hive antes de enviarlo a la editorial)
(post publicado en Hive antes de enviarlo a la editorial)
(post publicado en Hive antes de enviarlo a la editorial)
(post publicado en Hive antes de enviarlo a la editorial)
(post publicado en Hive antes de enviarlo a la editorial)
¿Qué había pasado? Internamente había evolucionado mi propia valoración como escritora, porque me había convertido en “escritora publicada”, a pesar de no ser un libro completo. Sentí que ya no era correcto creer o dejar que otros creyeran que lo estaba “haciendo por hobbie”. Había logrado, ante mis propios ojos críticos, la solidez argumentada para usar con sabiduría el título que tanto respeto.
Casi al mismo tiempo (finales del 2021) en el que había recibido la noticia de la editorial, también recibí la de mi admisión aprobada por la Universidad Central de Venezuela. ¿Lo mejor? Había quedado en la carrera que necesitada, Letras. No lo había visto de esa manera, pero como que todo estaba encajando. Lo cual ya no me hacía sentir a la deriva y eso era reconfortante.
Por otra parte, admiro a quien no ha pasado por esto, pero a mí me sucedió y tengo que confesarlo. Un poco más de seis meses después, justo cuando ya la editorial había hecho el lanzamiento de los tres libros antológicos (mediados del 2022), sufrí un bajón creativo. No era un simple bloqueo escritor. ¿Qué estaba pasando? Como había mencionado antes, Hive casi siempre ha sido mi sustento desde que inicié en la plataforma, pero eso fue un bisturí muy hermoso. Mi relación con la escritura estaba siendo forzada por la necesidad de generar ingresos. Efectivamente quiero vivir de escribir, pero mi parte creativa se sentía obligada a explotar su belleza debido a los beneficios económicos.
En este punto muchos pueden pensar de diferentes maneras, pero yo hice lo que era correcto para mí y para sanar mi relación con la escritura. Me di un tiempo. Me tomé unas vacaciones largas por así decirlo y lo que hice fue disfrutar de las banalidades. Ni siquiera leí, a pesar de lo ávida lectora que soy. Me dediqué un poco a la pintura y a hacer un par de trabajos como Community Manager. No escribí ningún poema, ninguna historia, nada, por un tiempo. Y estaba en lo correcto. Retomé con lentitud y sin presiones, transcurridos un par de meses, aquella dedicación a cada verso. No quería que se tratara solo de dinero. Quería aprender a escuchar a mi lado creativo, esas enredaderas de hermosas flores que crecían dentro de mí en un jardín extenso que era iluminado por el sol cada vez que escribía. Quería aprender a respetarlo. Porque si este era el inicio de mi profesión, dañar esa parte de mí, abusar de ella, me iba a salir mucho más costoso que el dinero que no hice en mi descanso.
Llegado el 2023 me sentía renovada, entusiasmada y risueña. Me propuse a enviar mis escritos a cuanta convocatoria me interesara, ya no me iba a frenar por la inseguridad y las dudas. Así que fue una compensación a mi voluntad obstinada, cuando en el mes de Marzo (hace menos de quince días), a mi correo electrónico llegó una notificación. En realidad fueron tres.
Un nuevo escrito de mi autoría, había sido seleccionado para ser publicado en la 1era Edición de “Alas abiertas de Latinoamérica”, en su revista literaria en versión digital. Convirtiéndome en la única de nacionalidad venezolana en esta edición. ¡Sí, estaba emocionada! Son pequeños logros que jamás creí tener.
Entendí que con el paso del tiempo y el abrirme a ciertas verdades, el significado de lo que quería y lo que estaba consiguiendo se hacía más fuerte. Fue lo que me llevó al día de hoy poder compartir este pequeño pedacito de mí en el lugar que tanto me ha dado. Hive, simplemente Hive.
Sin lugar a dudas el apoyo que he recibido, ha ido acumulándose a través del tiempo. Incluyendo a mi familia, que en parte siempre pensaron que esto sería solo un gusto que se desvanecería. Las dudas fueron transformándose en orgullo y hoy confían en mis decisiones con respecto a mi carrera, aunque me haya alejado de la idea que tenían para mi camino al inicio.
A mi familia de sangre, a mi familia agregada, a mi familia de Hive, a mis conocidos y a mi mejor amigo, quiero agradecer tanto apoyo. Por creer en mí, por animarme y por corregirme. Soy hoy un río de todo lo que he vivido (porque no debo estancarme, sino seguir fluyendo), de todo lo que he aprendido y de todos los pedacitos de aquellas personas que han estado conmigo, aunque fuera de paso. Gracias por ser y estar. Gracias por enseñarme. Gracias totales.
Gracias por leer mi historia.
@gislandpoetic
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