Caracas, una ciudad vibrante y llena de promesas, ahora parecía sumida en una penumbra constante. Los edificios, otrora símbolos de progreso, lucían desgastados y descuidados, como reflejo de un país que había perdido su brillo, por eso siento que estamos dentro de una sombra eterna. Por ejemplo yo siento 25 años de oscuridad pero en una Venezuela que te da los mas lindos paisajes, los mas lindos parque y recreación hermosa visual y espiritualmente es un sentimiento nacional, es una lucha personal de cada persona.
Hola soy Ale, una joven profesional, que recuerdo con nostalgia las tardes de mi infancia jugando en las calles, llenas de niños y risas. Ahora, el miedo había reemplazado la alegría. Los apagones eran frecuentes, el agua escaseaba y la inseguridad se había adueñado de las calles. Comenzar a andar en bus de un lugar a otro se convirtió en su miedo mas grande, pero ya va caminar por las calles también es un miedo constante, realmente es muy difícil llevar el sentimiento del miedo cuando son cosas en el mundo que no podemos controlar.
Sus sueños de construir un futuro en su tierra natal se habían desvanecido. La hiperinflación había devorado sus ahorros y las oportunidades laborales se habían reducido drásticamente, es difícil ahorrar en un país donde los sueldos alcanzan para comer y siempre estás en la pensadera si comprarte unos zapatos o comer un mes entero las 3 comidas... Muchos de sus amigos migraron en busca de una vida mejor, dejando un vacío inmenso en su corazón, desde aquí desde la ventana veo las calles solas así como me siento en estos momentos.
En las noticias, las mismas imágenes desgarradoras se repetían: protestas reprimidas, escasez de alimentos y medicinas, y una crisis humanitaria que parecía no tener fin. La frustración y la impotencia se habían convertido en compañeros inseparables de los venezolanos. A pesar de todo, me aferro a la esperanza. La sombra de la crisis se había extendido a todos los rincones de Venezuela, dejando una profunda huella en la psique de mi gente, de vez en cuando escucho ollas sonar por doquier y aunque me uno no es suficiente, solo daño las ollas. La sensación de fracaso colectivo es palpable y aunque no quiero hundirme en este sentamiento es el que más prevalece.
Nota: Esta historia busca reflejar una realidad compleja y dolorosa, pero es importante recordar que la experiencia de cada venezolano es única y que hay muchas historias de resistencia, solidaridad y esperanza que también merecen ser contadas.La situación actual en Venezuela ha generado un gran impacto en la salud mental de sus habitantes. Es comprensible sentir estrés, ansiedad o depresión ante tantas dificultades.
Es importante Manejar el Estrés: Conéctate con los demás, Practica la gratitud, Cuida tu cuerpo, Limita la exposición a noticias negativas, Aprende técnicas de relajación, Busca actividades que disfrutes, buscar grupos de apoyo donde podamos desahogarnos y recibir la mejor ayuda y consejos en estos momentos, buscar ayuda psicológica si sientes que no ves salida mental o física. Recuerda siempre que cuidar tu salud mental es tan importante como cuidar tu salud física. Al implementar estas estrategias y buscar el apoyo necesario, podrás mejorar tu calidad de vida y enfrentar los desafíos con mayor resiliencia.
Caracas, a vibrant city full of promise, now seemed plunged into a constant gloom. The buildings, once symbols of progress, looked worn and neglected, as a reflection of a country that had lost its luster, so I feel that we are in an eternal shadow. For example I feel 25 years of darkness but in a Venezuela that gives you the most beautiful landscapes, the most beautiful parks and beautiful recreation visually and spiritually is a national feeling, it is a personal struggle of each person.
Hello I am Ale, a young professional, I remember with nostalgia the afternoons of my childhood playing in the streets, full of children and laughter. Now, fear had replaced joy. Blackouts were frequent, water was scarce and insecurity had taken over the streets. Starting to ride the bus from one place to another became her biggest fear, but now walking the streets is also a constant fear, it is really hard to carry the feeling of fear when there are things in the world that we can not control.
His dreams of building a future in his homeland had vanished. Hyperinflation had devoured her savings and job opportunities had been drastically reduced, it is difficult to save in a country where salaries are enough to eat and you are always thinking about whether to buy shoes or eat 3 meals a month... Many of his friends migrated in search of a better life, leaving a huge void in his heart, from here from the window I see the streets alone as I feel right now.
On the news, the same heartbreaking images were repeated: repressed protests, food and medicine shortages, and a humanitarian crisis that seemed to have no end. Frustration and impotence had become inseparable companions of Venezuelans. In spite of everything, I clung to hope. The shadow of the crisis had spread to every corner of Venezuela, leaving a deep imprint in the psyche of my people, from time to time I hear pots ringing everywhere and although I join in it is not enough, it only hurts the pots. The feeling of collective failure is palpable and although I don't want to sink in this sitting is the one that prevails the most.
Note: This story seeks to reflect a complex and painful reality, but it is important to remember that the experience of each Venezuelan is unique and that there are many stories of resistance, solidarity and hope that also deserve to be told.The current situation in Venezuela has had a great impact on the mental health of its inhabitants. It is understandable to feel stress, anxiety or depression in the face of so many difficulties.
It is important to manage stress: Connect with others, practice gratitude, take care of your body, limit exposure to negative news, learn relaxation techniques, find activities you enjoy, look for support groups where we can unburden ourselves and receive the best help and advice at this time, seek psychological help if you feel you do not see a mental or physical way out. Always remember that taking care of your mental health is as important as taking care of your physical health. By implementing these strategies and seeking the necessary support, you will be able to improve your quality of life and face challenges with greater resilience.
