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Muy sinceramente, respetando todas las opiniones, posturas y creencias puedo decir con propiedad que la vida no se detiene. Para que la vida se detenga tendría que dejar de funcionar en su totalidad nuestro ser físico, el cual está conformado por todos nuestros órganos, huesos, sentidos, piel donde se incluye el cerebro como un musculo. Este nuestro ser físico debería paralizarse completamente y con el todas nuestras funciones vitales y así poder decir que la vida se detuvo. Pero, aun cuando esto sucediera, la vida solo se detendría para nosotros en este ser físico y si lo pensamos bien desde el punto de vista espiritual (cualquiera sea su creencia o no) contamos con un alma, un brillo, un soplo divino que nos conecta con el universo. Por lo tanto, la vida espiritual tampoco se detendría.
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Si profundizamos un poco más y nos ponemos del lado de la filosofía la vida es un continuo de experiencias, es un todo que se hace posible a partir de los momentos e instantes en los que has experimentado cosas que te hacen sentir inmensamente feliz, así como aquellas que cuentan como experiencias nada buenas. Para la filosofía la vida se traduce en existencia y esta se completa en el ser y estar en el lugar y momento indicados. La vida se mide por esos instantes donde abandonas la angustia, el sufrimiento y encuentras el bienestar y la armonía.
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La vida no se detiene, aunque en ocasiones nosotros tengamos esa sensación puedo decirles que todo continua, que aun si no encerráramos en la soledad de nuestro hogar y evitáramos cualquier contacto con el resto de los seres que habitan el planeta; todo, absolutamente todo, incluyéndonos a nosotros mismos seguiríamos nuestro proceso vital, es decir, la vida misma.
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Este post es una oportunidad para reflexionar, para que cada uno de nosotros tengamos la oportunidad de pensar bien en esas frases que decimos, recuerden pensamiento, palabra y acción. Nuestros pensamientos se convierten en nuestras expresiones, en eso que decimos y que luego se convierte en realidad. Nuestro pensamiento se convierte en la fuente de atracción de la energía que bien fluye y nos convierte en seres de luz o puede atascarse en la negatividad creando una atmosfera densa llena de oscuridad de donde nos costará mucho salir.
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La vida no se detiene, somos nosotros quienes de vez en cuando colocamos a nuestro alrededor grandes muros que no nos permiten ver lo hermoso que surge cada día. En medio de las peores situaciones, mis estimados lectores, hay algo bueno y hermoso que nos renueva y eso es vida. Nunca pienses que tu vida se detiene, porque estarás entonces perdiendo valiosos momentos que son únicos y que no regresaran. Recuerda lo que decía Heráclito “un hombre no puede bañarse dos veces en el mismo rio, ni el hombre ni el rio son los mismos”.
