Español
De niño era muy delgado, y eso aunado a mí gran estatura pues me convertía en el bufón de la clase; sufrí de bullying, tanto de mis compañeros como de algunos profesores que, indirectamente, me hacían ver como una criatura despreciable. Poco a poco le empecé a temer al espejo; odiaba mirar mi cuerpo porque no me gustaba para nada. Eso me convirtió en una persona muy insegura al principio; en algún punto sufrí de depresión, pero, entendí que aquel oscuro trance no podía apoderarse de mi vida.
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¡Necesitaba demostrarme a mí y al resto del mundo que realmente podía cambiar mi apariencia empleando la herramienta más poderosa! Y sí, me refiero al amor propio.
Estéticamente podría decir que la belleza depende del físico. Todos sabemos que no es así, pues lo que es realmente hermoso radica en nuestra personalidad. Nadie que diga ser “bellísimo” o “bellísima” puede ratificarlo si es una persona desagradable. Claro que un buen aspecto no hace la diferencia, pero, cuando buscas un alivio para tu dolor, emprender un camino para desaparecerlo puede ayudarte muchísimo a subir el autoestima. Al menos así lo veo yo, y créanme, me ha funcionado.
Empecé a ver mi cuerpo como un templo, no para usar el cliché de la estética, sino para mejorar mi aspecto físico, ¡algo que todos podemos hacer con una buena dosis de gimnasio! Así que, cansado de mi apariencia delgada, encontré una solución en las mancuernas, las maquinas de ejercicio y las pesas en general. No fue fácil al principio, incluso llegué a pensar que era una persona débil. Odié mi falta de persistencia, y aun más las limitaciones que tenia. Llorar fue mi único consuelo durante mucho tiempo… pensé que aquel túnel no tenia luz.
No obstante, me inspiré de otros que al igual que yo querían cambiar su aspecto físico y lo habían logrado. Dejé a un lado mi inseguridad y tracé una meta que contemplaba principalmente mi voluntad: la voluntad de esforzarme más para demostrarme a mí mismo que el cambio era posible, que no había victorias sin sacrificios… que todo lo que anhelamos desde el alma lo logramos con el corazón.
Si bien mi rutina de estudiante me limitaba, empecé a buscar alternativas que alejaran las excusas. Anhelaba un cambio, deseaba sentirme bien con mi propio cuerpo. Fue ahí cuando empecé a entender lo de “Mi cuerpo, Mi templo”, ya no era una frase que solo obedecía a los estándares de belleza, sino que profundizaba en nuestro propio bienestar tanto físico como emocional. Inicié con calistenia básica y ejercicios en casa, y, a pesar de que la evolución fue lenta, me sentía muchísimo mejor conmigo mismo; los espejos ya no eran villanos para mí.
Cuando armonizamos la relación “Cuerpo y Mente” encontramos un valioso significado para nuestras vidas. No se trata de lucir bien, se trata de darnos amor; al fin y al cabo nuestro cuerpo es lo que somos, y independientemente de cómo sea su forma podemos mejorarlo. No saben cuánto me ha ayudado el ejercicio físico, y ahora, que ya he armonizado muchas de mis responsabilidades, puedo dedicarle mucho más tiempo al ejercicio físico, ¡algo que me tiene sumamente feliz!
Muchas veces nos preocupa nuestra apariencia, pero no hacemos nada para hallar esa armonía que tanto deseamos. Un poco de amor hacia nosotros mismos no está nada mal, y más aun nuestra salud mental y emocional está en juego. El mundo siempre estará lleno de personas que solo critican y buscan defectos, no obstante, debemos demostrarles que la superación es un río que, por torrencial que sea, nos ayuda a demostrar que somos realmente valiosos.
Tampoco podemos dejar que los vicios nos dominen; nuestro cuerpo es lo que, aunque parezca tonto decirlo, nos mantiene en pié. Ahora bien, ¿se imaginan que maravilloso es darle un poco de amor? Hacer ejercicios, comer saludable, cuidar nuestro sueño… esas actividades puede hacer la diferencia. No es que sean ideas mías, solo intento bosquejar para ti un rumbo en el cual puedas sentirte mejor.
Algunos somos delgados, otros gorditos, algunos muy bajos y otros muy altos. Independientemente de nuestros rasgos, todos podemos buscar un bienestar físico: un equilibrio entre cuerpo y mente. Créanme que esto nos ayuda a ser personas más seguras, y mucho más felices. Yo, después de tantos años de intentarlo, hoy me siento realmente feliz con mi cuerpo. Aun me falta mucho camino por recorrer, pero he visto cambios…
¡Y el cambio es realmente posible!
Recuerda:
Tu cuerpo es tu templo, ¡cuida tu templo!
Si te sientes triste porque no te gusta tu apariencia física, o porque otras personas se burlan de ella, ¡demuéstrate que puedes cambiar! ¡Demuéstrales que tu amor vale más que sus comentarios! Y por sobretodo, nunca dependas de lo que otros dicen sobre ti. Esmérate, esfuérzate y has crecer tu voluntad. Es como lo dijo Arquímedes alguna vez:
Aquel que lo intentó y no lo consiguió es superior a aquel que ni lo intentó. Arquímedes.
Y no saben cuánta razón tiene…
English
As a child I was very thin, and that, added to my great stature, made me the class jester; I suffered from bullying, both from my classmates and from some teachers who, indirectly, made me look like a despicable creature. Little by little I began to fear the mirror; I hated looking at my body because I didn't like it at all. That made me a very insecure person at first; At some point I suffered from depression, but I understood that this dark trance could not take over my life.
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I needed to prove to me and the rest of the world that he really could change my appearance using the most powerful tool! And yes, I mean self love.
Aesthetically I could say that beauty depends on the physical. We all know that this is not the case, because what is really beautiful lies in our personality. No one who claims to be "beautiful" or "beautiful" can ratify it if he is an unpleasant person. Of course, looking good doesn't make a difference, but when you're looking for relief from your pain, embarking on a path to make it go away can go a long way to boosting your self-esteem. At least that's how I see it, and believe me, it has worked for me.
I began to see my body as a temple, not to use the cliché of aesthetics, but to improve my physical appearance, something that we can all do with a good dose of gym! So, tired of my skinny appearance, I found a solution in dumbbells, exercise machines, and weights in general. It wasn't easy at first, I even thought I was a weak person. I hated my lack of persistence, and even more the limitations I had. Crying was my only consolation for a long time... I thought that tunnel had no light.
However, I was inspired by others who, like me, wanted to change their physical appearance and had succeeded. I put aside my insecurity and set a goal that mainly contemplated my will: the will to try harder to prove to myself that change was possible, that there were no victories without sacrifices... that everything we yearn for from the soul we achieve with the heart.
Although my student routine limited me, I began to look for alternatives that would keep excuses away. I longed for a change, I wanted to feel good about my own body. It was there that I began to understand “My body, My temple”, it was no longer a phrase that only obeyed beauty standards, but rather delved into our own well-being, both physical and emotional. I started with basic calisthenics and exercises at home, and although the evolution was slow, I felt much better about myself; mirrors were no longer villains to me.
When we harmonize the relationship "Body and Mind" we find a valuable meaning for our lives. It's not about looking good, it's about giving us love; After all, our body is what we are, and regardless of its shape, we can improve it. You don't know how much physical exercise has helped me, and now that I have harmonized many of my responsibilities, I can dedicate much more time to physical exercise, something that makes me extremely happy!
Many times we are concerned about our appearance, but we do nothing to find that harmony that we so desire. A little love for ourselves is not bad at all, and even more so our mental and emotional health is at stake. The world will always be full of people who only criticize and look for defects, however, we must show them that overcoming is a river that, however torrential it may be, helps us to show that we are really valuable.
Nor can we let vices dominate us; our body is what, although it seems silly to say it, keeps us standing. Now, can you imagine how wonderful it is to give him a little love? Exercising, eating healthy, taking care of our sleep... these activities can make a difference. It's not that they are my ideas, I'm just trying to outline for you a course in which you can feel better.
Some of us are skinny, some of us are chubby, some of us are very short and some of us are very tall. Regardless of our traits, we can all seek physical well-being: a balance between body and mind. Believe me this helps us to be safer people, and much happier. I, after so many years of trying, today I feel really happy with my body. I still have a long way to go, but I have seen changes...
And change is really possible!
Remember:
Your body is your temple, take care of your temple!
If you feel sad because you don't like your physical appearance, or because other people make fun of it, show yourself that you can change! Show them that your love is worth more than their comments! And above all, never depend on what others say about you. Work hard, make an effort and grow your will. It's like Archimedes once said:
The one who tried and did not succeed is superior to the one who did not even try. Archimedes.
And they don't know how right he is...