EL RÍO
Pensamientos catastróficos confluyen en un caudal aupado por el vendaval que rodea mi ambiente. No es sencillo salir de él, la corriente me arrastra mientras doy brazadas para intentar salir. Por momentos salgo a la superficie, tomo aire, pero es mayor la cantidad de agua que he tragado mientras voy llevada a pesar de mis esfuerzos. Mis piernas no se cansan, mis brazos tampoco, sigo luchando a cada minuto por mantenerme a flote. Sin embargo, a pesar de creer que es mi cuerpo el que me mantiene aguantando, realmente es mi cerebro quien guía, quien me mantiene fuerte, quien no se ha cansado, a pesar de no poder evitar que me haya resbalado y caer al río.
He perdido la noción del tiempo, no sé sin horas, si son días, o solo es producto de mi imaginación. ¿Se imaginan? ¿Qué todo el tiempo que he pasado sin dormir, o comer, en el que mi mente únicamente se ha preocupado por mantenerme a flote y haya sido nada más un sueño? Pero salgo de este pensamiento letárgico y veo un trozo de tronco flotando en el río, es solamente un objeto para sostenerme, para descansar mis piernas que tanto han pataleado. Mis brazos aún me dicen que debo sostenerme; que aún queda camino y me recuerda que a pesar del descanso aún sigo en el río, mojada, con frío.
Miro a un lado, y allí está la bestia, siguiendo mi camino, observando, esperando el momento en el que el río se acabe para atacar con fuerza, pero no me suelto, no pierdo las esperanzas, primero se cansa esa bestia que yo, porque por mi cabeza no pasa la decisión de rendirme, no hay cabida para ello.
Aun así, no dejo de llorar, de gritar, de pedir ayuda, de abrirme hacia el cielo que está ahí, mirando el camino, gigante y preguntarle: "¿Por qué a mí? Sé que no me merezco esto, fue solo un resbalón y esa bestia olió la sangre que derramé cuando me golpeé en la caída". Hay días que duermo abrazada al tronco, y despierto por momentos buscando entre la bruma nocturna a ver si hay algún indicio de su presencia. Suele dejar huellas mientras estoy dormida, y me ha gruñido mientras estoy despierta, grita alaridos para intentar causarme miedo, y aunque lo logra, no se lo demuestro.
Desde la otra orilla me han visto, me están persiguiendo para salvarme, los escucho siempre, no me abandonan. Caras conocidas y desconocidas calculan la manera de salvarme, otros observan de lejos a la bestia para cazarla. Algunos han lanzado comida que he atrapado para mantener mi cuerpo vivo, han lanzado cuerdas, pero no las alcanzo. El cauce es muy profundo, el río está en el fondo y no se vislumbra ninguna orilla a la vista. Me gritan que están haciendo un bote y que me lo van a lanzar. Un buen bote me mantendría a flote, mientras aparece alguna orilla, en la que pueda desembarcar, y dejar atrás al río y a la bestia. O simplemente seguir el cauce y llegar al mar, ese mar en el que probablemente no habría ninguna orilla durante un buen tiempo, pero no habría bestia que me persiga.
Gracias a J V @jorisvisser por hacer que esta foto esté disponible gratuitamente en Unsplash 🎁.
ENGLISH
Catastrophic thoughts converge in a flow of water, pushed by the gale that surrounds my environment. It is not easy to get out of it, the current drags me while I give strokes to try to get out. At times I come to the surface, I catch my breath, but the amount of water I have swallowed as I am carried along despite my efforts is greater. My legs don't get tired, my arms don't get tired either, I keep fighting every minute to stay afloat. However, despite believing that it is my body that keeps me holding on, it is my brain that guides, that keeps me strong, that has not tired, despite not being able to prevent me from slipping and falling into the river.
I have lost track of time, I don't know if it's hours, if it's days, or if it's just a figment of my imagination, can you imagine all the time I have spent without sleeping or eating, when my mind has only been concerned with keeping me afloat and it has been nothing more than a dream? But I come out of this lethargic thought and see a piece of log floating in the river, it is only an object to support me, to rest my legs that have kicked so much. My arms still tell me that I must hold on; that there is still a way to go and remind me that despite the rest I am still in the river, wet, cold.
I look to the side, and there is the beast, following my path, watching, waiting for the moment when the river ends to attack with force, but I do not let go, I do not lose hope, first, that beast gets tired than me because the decision to surrender does not pass through my head, there is no room for it.
Even so, I do not stop crying, screaming, asking for help, opening myself to the sky that is there, looking at the road, giant, and asking: "Why me? I know I do not deserve this, it was just a slip and that beast smelled the blood I spilled when I hit in the fall". There are days when I sleep hugging the trunk, and wake up at times searching through the night mist to see if there is any sign of its presence. He tends to leave tracks while I am asleep and has growled at me while I am awake, yelling screams to try to scare me, and although he succeeds, I don't show it to him.
From the other shore they have seen me, they are chasing me to save me, I hear them always, they do not abandon me. Familiar and unfamiliar faces calculate how to save me, others watch the beast from afar to hunt it. Some have thrown food that I have caught to keep my body alive, they have thrown ropes, but I do not reach them. The riverbed is very deep, the river is at the bottom and no shore is in sight. They shout to me that they are making a boat and that they are going to launch it for me. A good boat would keep me afloat, while some shore appears, where I can disembark, and leave the river and the beast behind. Or just follow the riverbed and reach the sea, that sea where there would probably be no shore for a good while, but no beast to chase me.
Thanks to J V @jorisvisser for making this photo freely available on Unsplash 🎁.
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