NOCHE DE GATOS
Hay quienes ven gatos en las noches y se asustan; y no es cualquier cosa porque recuerden que los felinos se asocian con el demonio, que es mucho si usted está solo en casa y de pronto encuentra un gato en medio de la sala. De entrada, el susto es natural, lo que a veces no es normal es que encuentre tres gatos el mismo día, a la misma hora y con la misma mirada; en esos casos no hay de otra sino asustarse, aunque uno no quiera.
Y esa noche, tres se encontraban en casa. ¿Por dónde entraron?, no sé ni por dónde saldría yo, tampoco; porque las puertas estaban cerradas, las ventanas condenadas y el techo no tenía huecos ni para una gotera; hasta ahí el miedo era apenas una ola incesante, pero luego, cuando los gatos emitieron sus agudos chillidos, corrí hacia la cocina en busca de un arma; un cuchillo, un mazo, agua caliente y lo único que logré tropezar, debido al apuro, fue una vieja vasija de platos que se fue al suelo provocando un escándalo; y todavía cuando entré al cuarto se escuchaba el alboroto de los vidrios unido a la amenaza de los gatos que corrían detrás de mí.
Desde el cuarto sentía los arañazos de las garras y en mi desespero por salvarme partí el vidrio del clóset, subí a un soporte que improvisé y empecé a romper el techo de zinc; cuando cedió me envolví en una sábana para no herirme y como pude salí al exterior, salté hacia el techo del vecino y luego corrí de platabanda en platabanda como un fantasma en medio de la oscuridad.
Tres o cuatro techos después, no sé, lo único que deseaba era salvarme, pero entonces miré hacia atrás y no eran tres, sino muchos los gatos que corrían hacia mí; un río de gatos me perseguía por los tejados, saltaban como hiriendo la noche y yo sentía que me alcanzaban y alargaba los saltos; creo que llegué a atravesar dos casas de un mismo salto, tal vez tres, no sé, no quería que aquellos gatos me pusieran las garras encima, pero los techos se iban acabando y también mi esperanza de vida.
Una noche como esa no se compara con una pesadilla; recuerdo que el último salto fue descomunal, abrí las piernas tanto como pude, me impulsé hacia el cielo, desde el aire veía pasar las casas debajo de mí; y por encima, volaban los gatos, superándome en velocidad, seis, quince, no sé, les repito que lo único que deseaba era salvarme, y cuando caí a tierra, la luna se escondió, los gallos anunciaron al sol y este entró por mis ojos como un relámpago que me despertó. Cuando miré hacia atrás, no habían gatos, las calles esperaban a la gente y fui a casa a tapar el hueco del techo.
CAT NIGHT
There are those who see cats at night and get scared; and it is not just anything because remember that felines are associated with the devil, which is a lot if you are alone at home and suddenly you find a cat in the middle of the living room. To begin with, the scare is something natural, what sometimes is not normal is to meet three cats on the same day, at the same time and with the same look; in those cases you have no choice but to be scared, even if you don't want to be.
And that night, three of them were at home; where did they come in? I don't know, and I don't know where I was going to get out either, because the doors were locked, the windows were doomed and the roof had no holes even for a leak; up to that moment fear was just an incessant wave, but then, when the cats emitted their high-pitched screeches, I ran to the kitchen in search of a weapon; a knife, a mallet, hot water, and the only thing I managed to trip over, due to haste, was some old crockery that went to the floor causing a ruckus; and yet, when I entered the room I could hear the clatter of glasses along with the threat of the cats running after me.
From the room I felt the scratches of the claws and in my desperation to save myself I broke the glass of the closet, climbed on a support that I improvised and began to break the tin roof; when it gave way I wrapped myself in a sheet to avoid hurting myself and as best I could I went outside, jumped onto the neighbor's roof and then ran from platform to platform like a ghost in the middle of the darkness.
Three or four rooftops later, I don't know, the only thing I wanted was to save myself, but then I looked back and there were not three, but many cats running towards me; a river of cats was chasing me across the rooftops, they jumped like hurting the night and I felt that they were reaching me and I lengthened my jumps; I think I crossed two houses in one jump, maybe three, I don't know, I didn't want those cats to get their claws into me, but the rooftops were running out and so was my hope of life.
A night like that does not compare to a nightmare; I remember that the last jump was enormous, I opened my legs as wide as I could, I propelled myself towards the sky, from the air I could see the houses below me; and above me, the cats were flying, overtaking me in speed, six, fifteen, I don't know, I repeat that the only thing I wanted was to save myself, and when I fell to earth, the moon hid, the roosters announced the sun and it entered through my eyes like a ray that woke me up. When I looked back, there were no cats, the streets were waiting for people and I went home to cover the hole in the roof.
Texto y fotografías de @jesuspsoto