𝔻𝕖𝕤𝕡𝕦𝕖́𝕤 𝕕𝕖 𝕦𝕟𝕒𝕤 𝕔𝕦𝕒𝕟𝕥𝕒𝕤 𝕝𝕒́𝕘𝕣𝕚𝕞𝕒𝕤…, 𝕒𝕦𝕟𝕢𝕦𝕖 𝕖𝕝 𝕞𝕦𝕟𝕕𝕠 𝕙𝕒 𝕔𝕒𝕞𝕓𝕚𝕒𝕕𝕠, 𝕝𝕒 𝕙𝕚𝕤𝕥𝕠𝕣𝕚𝕒 𝕕𝕖 𝕍𝕚𝕣𝕘𝕚𝕟𝕚𝕒 𝕆'ℍ𝕒𝕟𝕝𝕠𝕟 𝕪 𝕝𝕒 𝕗𝕒𝕞𝕠𝕤𝕒 𝕖𝕕𝕚𝕥𝕠𝕣𝕚𝕒𝕝 𝕕𝕖 𝕋𝕙𝕖 𝕊𝕦𝕟 𝕤𝕚𝕘𝕦𝕖𝕟 𝕥𝕖𝕟𝕚𝕖𝕟𝕕𝕠 𝕦𝕟 𝕡𝕠𝕕𝕖𝕣 𝕖𝕤𝕡𝕖𝕔𝕚𝕒𝕝. ℕ𝕠𝕤 𝕣𝕖𝕔𝕦𝕖𝕣𝕕𝕒𝕟 𝕢𝕦𝕖 𝕝𝕒 𝕞𝕒𝕘𝕚𝕒 𝕕𝕖 𝕝𝕒 ℕ𝕒𝕧𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕟𝕠 𝕣𝕖𝕤𝕚𝕕𝕖 𝕖𝕟 𝕝𝕠𝕤 𝕣𝕖𝕘𝕒𝕝𝕠𝕤 𝕠 𝕖𝕟 𝕝𝕒𝕤 𝕝𝕦𝕔𝕖𝕤 𝕓𝕣𝕚𝕝𝕝𝕒𝕟𝕥𝕖𝕤, 𝕤𝕚𝕟𝕠 𝕖𝕟 𝕖𝕝 𝕖𝕤𝕡𝕚́𝕣𝕚𝕥𝕦 𝕕𝕖 𝕒𝕞𝕠𝕣 𝕪 𝕘𝕖𝕟𝕖𝕣𝕠𝕤𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕢𝕦𝕖 𝕊𝕒𝕟𝕥𝕒 ℂ𝕝𝕒𝕦𝕤 𝕖𝕟𝕔𝕒𝕣𝕟𝕒 (𝔼𝕝 ℕ𝕚𝕟̃𝕠 𝕁𝕖𝕤𝕦́𝕤, 𝕖𝕟 𝕞𝕦𝕔𝕙𝕠𝕤 𝕡𝕒𝕚́𝕤𝕖𝕤 𝕝𝕒𝕥𝕚𝕟𝕠𝕤). 𝕆𝕛𝕒𝕝𝕒́ 𝕡𝕠𝕕𝕒𝕞𝕠𝕤 𝕥𝕣𝕒𝕟𝕤𝕞𝕚𝕥𝕚𝕣 𝕖𝕤𝕥𝕖 𝕞𝕖𝕟𝕤𝕒𝕛𝕖 𝕒 𝕝𝕒𝕤 𝕘𝕖𝕟𝕖𝕣𝕒𝕔𝕚𝕠𝕟𝕖𝕤 𝕗𝕦𝕥𝕦𝕣𝕒𝕤 𝕪 𝕞𝕒𝕟𝕥𝕖𝕟𝕖𝕣 𝕧𝕚𝕧𝕒 𝕝𝕒 𝕧𝕖𝕣𝕕𝕒𝕕𝕖𝕣𝕒 𝕖𝕤𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒 𝕕𝕖 𝕝𝕒 ℕ𝕒𝕧𝕚𝕕𝕒𝕕.

Estimado editor,

Tengo 8 años. Algunos de mis pequeños amigos dicen que no hay Santa Claus. Papá dice "Si lo ves en el Sun, es así." Por favor, dígame la verdad, ¿existe Santa Claus?

Virginia, (EDITORIAL)

Tus pequeños amigos están equivocados. Han sido afectados por el escepticismo de una época escéptica. No creen excepto en lo que ven. Piensan que nada puede ser lo que no es comprensible por sus pequeñas mentes.

Todas las mentes, Virginia, ya sean de hombres o de niños, son pequeñas. En este gran universo nuestro, el hombre es un mero insecto, una hormiga, en su intelecto, en comparación con el mundo sin límites que lo rodea, medido por la inteligencia capaz de comprender toda la verdad y el conocimiento.

Sí, Virginia, existe Papá Noel. Él existe tan ciertamente como el amor, la generosidad y la devoción existen, y sabes que abundan y dan a nuestra vida su mayor belleza y alegría.

¡Ay! ¡Qué sombrío sería el mundo si no hubiera Papá Noel! Sería tan sombrío como si no hubiera Virginias. No habría fe infantil, no habría poesía, no habría romance que hiciera tolerable esta existencia. No tendríamos disfrute, excepto en el sentido y la vista. La luz eterna con la que la infancia llena el mundo se extinguiría.

¿No creer en Papá Noel? ¡Podrías tan bien no creer en hadas! Podrías hacer que tu papá contratara hombres para vigilar todas las chimeneas en la víspera de Navidad para atrapar a Papá Noel, pero incluso si no vieran a Papá Noel bajando, ¿qué probaría eso?

Nadie ve a Papá Noel, pero eso no es señal de que no haya Papá Noel. Las cosas más reales del mundo son aquellas que ni los niños ni los hombres pueden ver.

¿Alguna vez has visto hadas bailando en el jardín? Por supuesto que no, pero eso no es prueba de que no estén allí. Nadie puede concebir o imaginar todas las maravillas que son invisibles e invisibles en el mundo.

Desgarra el sonajero del bebé y ve qué hace el ruido dentro, pero hay un velo que cubre el mundo no visto que ni el hombre más fuerte, o incluso la fuerza unida de todos los hombres más fuertes que hayan vivido, podría desgarrar. Solo la fe, la fantasía, la poesía, el amor, el romance, pueden apartar esa cortina y ver y retratar la belleza y la gloria sobrenaturales más allá.

¿Es todo real? Ah, Virginia, en todo este mundo no hay nada más real y perdurable.

¿No hay Papá Noel? Gracias a Dios vive y vive para siempre. Dentro de mil años, tal vez 10 veces 10,000 años a partir de ahora, seguirá alegrando los corazones de los niños.

Escrito por Francis P. Church en 1897.

CRÉDITOS:

• Imágenes: I, II, III, IV

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