Español
Contemplando el horizonte
Mi mejor manera para prepararme para un buen y relajante sueño, es ir a la playa y sentarme un buen rato sobre la arena y contemplar el horizonte.
Tal vez es porque tengo poco tiempo viviendo cerca del mar, pero es tan gratificante...
Por ejemplo, hoy en el trabajo tuve un día muy intenso que desgastó toda mi energía y se llevó gran parte de mi buen humor. No podía llevar a mi casa así ¡hasta el gato me hubiese evitado!
Con estos pensamientos me detuve, en el parking de acceso a la playa, me quité los zapatos y corrí hasta el borde de las olas, pero el frío me hizo retroceder y un par de metros más atrás me dejé caer sobre la arena.
Desde allí sentado, fijé la mirada en la inmensidad de los dos azules, apenas separados por los dorados rayos del sol en su despedida y las nubes oscurecidas ya por la ausencia del reflejo solar. Este panorama me aisló de la jornada laboral, del estrés vivido.
Me recosté sobre la arena ya fría, por la brisa que soplaba y guardé en mi memoria la magnífica vista que había disfrutado. Como un adolescente alegre, corrí hasta mi automóvil sintiendo la arena mordisquearme los pies dentro de los zapatos y gritando:
¡Casa allá voy!
Y a casa llegué, ligerito de cargas laborales y con disposición a disfrutar de la jornada laboral que comenzó con los ronroneos del gato, frotándose en mis piernas.
The photo was taken by @wakeupkitty host of this contest on behalf of @freewritehouse. //Imagen proporcionada por el concurso.
Spanish
Contemplating the horizon
My best way to prepare for a good, relaxing sleep is to go to the beach and sit on the sand for a long time and contemplate the horizon.
Maybe it's because I don't have much time living near the sea, but it's so rewarding...
For example, today at work I had a very intense day that used up all my energy and took away a lot of my good mood. I couldn't take it home like that, even the cat would have avoided me!
With these thoughts I stopped, in the beach access parking lot, I took off my shoes and ran to the edge of the waves, but the cold made me retreat a couple of meters further Behind me I fell on the sand.
Sitting there, I fixed my gaze on the immensity of the two blues, barely separated by the golden rays of the sun in its farewell and the clouds already darkened by the absence of the sun's reflection. This panorama isolated me from the work day, from the stress I experienced.
I lay down on the already cold sand, due to the breeze that was blowing, and I kept in my memory the magnificent view I had enjoyed. Like a happy teenager, I ran to my car feeling the sand bite my feet inside my shoes and shouting:
Home here I come!
And I arrived home, light from work loads and ready to enjoy the work day that began with the cat's purrs, rubbing on my legs.