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☀️ Fuera del Molde Hay Paraíso.
Cuando era muchacho y asistía a la escuela, una cosa que no me agradaba para nada era la formación para cantar el himno nacional. No era por una cuestión de ser antipatriótico o detestar los símbolos patrios de mi país, ni nada parecido. Solo que no me gustaba ser tratado como uno más del rebaño. Y esa ha sido una actitud que me ha caracterizado toda la vida: el estar siempre cuestionando las reglas, las imposiciones, los moldes o el status quo del sistema.
Crecí viendo a mi padre, quien era el mayor de seis hermanos, recibiendo la pleitesía y el respeto de mis tíos, quienes veían en él a la persona responsable de la familia después de mi abuela. La principal característica de esto, era el momento de "besar la mano" literalmente o pedir la bendición. Era un rito que denotaba una gran solemnidad entre la familia y que, al ser yo el hijo mayor de la descendencia de mi padre, me tocaba copiar y seguir esta práctica con mis otros cinco hermanos.
De nada hubiera valido convertirme en un rebelde y protestar quemando cauchos frente a mi casa. Con lo severo que fue mi padre, las palizas no hubieran faltado, y con las pelas que recibí, fue más que suficiente. Así que, llegué a un acuerdo con mis hermanos para montar nuestro "teatro de familia fiel" a la tradición, en cuanto a esta costumbre de pedir la bendición al hermano mayor se trataba.
Así, cuando todos querían verificar nuestra adaptación a las reglas de este molde familiar, hacíamos nuestra parte, presentando nuestra obra, tal como lo aprendimos de nuestro padre y tíos. A la larga, eso me generó una complicidad y gran respeto por parte de mis hermanos, quienes siempre vieron en mí a alguien que, de alguna forma, sería capaz de asumir esas tareas de representación familiar.
Pero, esto de estar siempre fuera de los cánones preestablecidos de la sociedad, ha sido como una forma de vida para mí. Eso me convirtió en "una persona rara" para muchos, lo que fue más evidente con varias de mis parejas sentimentales, quienes llegaron a catalogarme como un hombre totalmente impredecible y que, seguramente, no fui cortado con la misma tijera que todos.
Ahora, esto no quiere decir que soy un antisocial, rebelde y enemigo del sistema. Me gusta cuestionar todo y tener mis propias experiencias de la vida. Soy esa persona que los lunes llegara feliz y agradecido de comenzar una nueva semana de trabajo, que los viernes preferirá irse a casa y compartir con su familia, antes que salir a echarse palos con los amigos, quien en carnaval o Semana Santa preferirá quedarse en casa, e irá a la playa en un día de semana cualquiera, el que regalara un chocolate en San Valentín y, un teléfono con dos rosas y una primorosa nota de amor un miércoles cualquiera por la tarde.
No creo en modas ni sigo una tendencia popular. Siempre iré contra corriente y sabré adaptarme a las circunstancias para no pasar como alguien poco confiable. Me considero muy leal y seré el amigo de todos, sin importar si les caigo bien o mal. Eso es asunto de los demás. Respeto las creencias de los demás y no tengo problemas en escuchar sus razones para creer lo que creen, pero es seguro que, al sentir la menor señal de modelado del pensamiento y el accionar a través de un patrón de conducta, tomaré mi propio camino.
Algo de lo que me siento orgulloso, es que esta manera de pensar ha calado muy bien en mis dos hijas, las cuales, en todo momento, están cuestionando todo lo que pueda parecer una forma de vida basada en costumbres o paradigmas sociales.
Hace poco, un profesor en el liceo de la menor de mis hijas, quiso imponer sus propias formas de impartir la educación según el modelo preestablecido y aceptado. Mi hija tuvo el valor de cuestionarlo y, a raíz de ello, se generó todo un debate y casi conflicto, cuando los padres de sus amigas se apersonaron en el liceo para reclamar una especia de imposición de ideas que este profesor, terco y reacio, justificaba con la célebre frase: "así es la vida". Al final, tuvo que reconocer que trataba con estudiantes pensantes y deseosos de descubrir los colores y matices de la vida y no adaptarse o plegarse a un pensamiento único o patrón, solo porque, según su propio modelo de pensamiento, para él, así es la vida.
Con esto termino mi entrada a la interesante iniciativa propuesta por @damarysvibra relacionada con Romper Moldes y en donde se nos invita a descifrar esos patrones de vida o paradigmas sociales que quizá hasta desconocemos están influenciando nuestro accionar diario.
ENGLISH VERSION
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☀️ Outside the Mold There is Paradise.
When I was a boy attending school, one thing I did not like at all was the formation to sing the national anthem. It wasn't a matter of being unpatriotic or detesting the patriotic symbols of my country, or anything like that. I just didn't like being treated like one of the herd. And that has been an attitude that has characterized me all my life: to always be questioning the rules, the impositions, the molds, or the status quo of the system.
I grew up seeing my father, who was the eldest of six siblings, receiving the obeisance and respect of my uncles and aunts, who saw in him the person responsible for the family after my grandmother. The main characteristic of this was the moment of "kissing the hand " literally or asking for the blessing. It was a rite that denoted a great solemnity among the family and, as I was the eldest son of my father's descendants, I had to copy and follow this practice with my other five siblings.
It would have been useless to become a rebel and protest by burning tires in front of my house. As severe as my father was, the beatings would not have been lacking, and with the money I received, it was more than enough. So, I reached an agreement with my siblings to set up our "family theater faithful" to tradition, as far as this custom of asking for the blessing of the oldest brother was concerned.
So, when everyone wanted to verify our adaptation to the rules of this family mold, we did our part, presenting our play, as we learned from our father and uncles. In the long run, this generated complicity and great respect on the part of my brothers, who always saw in me someone who, in some way, would be capable of assuming these tasks of family representation.
But, this of always being out of the pre-established canons of society, has been like a way of life for me. That made me "a strange person " for many, which was more evident with several of my romantic partners, who came to categorize me as an unpredictable man and that, surely, I was not cut with the same scissors as everyone else.
Now, this is not to say that I am anti-social, rebellious, and an enemy of the system. I like to question everything and have my own experiences in life. I am that person who on Mondays will arrive happy and grateful to start a new work week, who on Fridays will prefer to go home and share with his family, rather than go out and have fun with friends, who on Carnival or Easter will prefer to stay at home, and go to the beach on any given weekday, who will give a chocolate on Valentine's Day and a phone with two roses and a lovely love note on any given Wednesday afternoon.
I don't believe in fashion or follow a popular trend. I will always go against the current and know how to adapt to circumstances so as not to come across as unreliable. I consider myself very loyal and will be everyone's friend, regardless of whether they like me or dislike me. That is the business of others. I respect the beliefs of others and have no problem listening to their reasons for believing what they believe, but it is certain that, at the slightest sign of modeling of thought and action through a pattern of behavior, I will go my own way.
Something I am proud of, is that this way of thinking has permeated very well in my two daughters, who, at all times, are questioning everything that may seem to be a way of life based on customs or social paradigms.
Recently, a teacher at my youngest daughter's high school wanted to impose his way of teaching according to the pre-established and accepted model. My daughter dared to question him and, as a result, a whole debate and almost conflict was generated, when the parents of her friends showed up at the school to complain about a kind of imposition of ideas that this teacher, stubborn and reluctant, justified with the famous phrase: "that's life ". In the end, he had to recognize that he was dealing with thinking students who were eager to discover the colors and shades of life and not to adapt themselves or bend to a single thought or pattern, just because, according to his model of thinking, for him, that is the way life is.
With this, I end my entry to the interesting initiative proposed by @damarysvibra related to Romper Moldes and where we are invited to decipher those life patterns or social paradigms that we may not even know are influencing our daily actions.
Este post es de mi autoría y expreso en él, mis experiencias y aprendizajes cada día en este Blockchain. Todas las imágenes son editadas por mí y corresponden a capturas realizadas en mi PC y las fuentes están indicadas en cada caso. Si te gusta, puedes dejar un comentario u opinión y tu voto favorable.
This post is of my authorship and I express in it, my experiences and learnings every day in this Blockchain. All images are edited by me and correspond to captures made on my PC and the sources are indicated in each case. If you like it, you can leave a comment or opinion and your favorable vote.
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