Un Viaje Íntimo a Través del Alzheimer (ESP/ENG)

Saludos queridos amigos de Holus&Lotus,🙋🏻‍♀️

Permítanme compartir con ustedes un capítulo profundo de mi experiencia al cuidar a personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer. Este viaje, lleno de complejidades y desafíos, se hizo presente en mi vida hace algunos años cuando asumí el compromiso de cuidar a una anciana en etapa avanzada de esta enfermedad.

Esta mujer, postrada y sin la capacidad de expresarse verbalmente, se encontraba en un estado de completa dependencia. Su hija, llena de amor y dedicación, intentaba proporcionarle todo lo necesario para que se sintiera cómoda y acompañada en sus últimos días. A pesar de los esfuerzos y el vínculo palpable entre madre e hija, el cuerpo de la anciana finalmente cedió, falleciendo aproximadamente un mes después de que dejé su cuidado. La hija, enfrentando la situación con una mezcla de resignación y entereza, se convirtió en una jefa ejemplar para mí, mostrando cómo el amor y la paciencia pueden florecer incluso en las circunstancias más difíciles.

Con el tiempo, tuve la oportunidad de conocer a otra mujer afectada por el Alzheimer, Soledad. A diferencia del primer caso, ella se encontraba en una etapa temprana de la enfermedad, aunque ya experimentaba dificultades para recordar detalles cotidianos y caminar con facilidad. Inicialmente, Soledad era una presencia tranquila en mi vida laboral, pero poco a poco, comenzó a mostrar signos de frustración y rabia. Estas emociones, expresadas en palabras fuertes dirigidas solo hacia mí, eran un reflejo de la lucha interna que experimentaba. Aunque desafiante, encontré formas de calmarla y brindarle el apoyo necesario.

Cuidar a alguien con Alzheimer nunca es una tarea sencilla, y la situación se volvía aún más complicada en el caso de Soledad. Mientras que mi primera jefa entendía y aceptaba la magnitud de la enfermedad, la familia de Soledad parecía minimizarla, tal vez como un mecanismo de defensa para autoconvencerse de que todo estaba bajo control. Esta falta de reconocimiento jugaba en mi contra, ya que no recibía el apoyo necesario para guiar y contener a la anciana. Con el tiempo, y anticipando una posible escalada de la situación, tuve que tomar la difícil decisión de dejar mi labor.

Siempre intento brindar tranquilidad y amistad a las personas con Alzheimer, pero para lograrlo, es esencial contar con el respaldo y la comprensión de la familia. Sin ese apoyo, mi presencia se convierte en la de una extraña, incapaz de establecer la conexión necesaria para brindar consuelo y comprensión.

Esta enfermedad es compleja y devastadora, afectando no solo a quienes la padecen directamente, sino también a quienes los rodean. Les recomiendo encarecidamente el documental "La Memoria Infinita", que ofrece una mirada profunda a la vida y muerte del destacado periodista chileno Augusto Góngora, que junto a su esposa Paulina Urrutia, enfrentaron juntos los desafíos del Alzheimer con valentía y amor.

Vivir y cuidar a alguien con Alzheimer es un viaje emocionalmente agotador, pero con comprensión, apoyo y conciencia, podemos hacer una diferencia significativa en las vidas de quienes enfrentan esta difícil realidad. Recordemos siempre la importancia de la empatía y la paciencia mientras exploramos este terreno desconocido, buscando maneras de hacer más llevadero el camino para aquellos que lo recorren.