Primero aprende ciencia de la computación y toda la teoría. Después desarrolla un estilo de programación. Finalmente, olvida todo y simplemente hackea
— George Carrette
— ¡Cuánto tiempo, Oneray! ¿Cómo has estado?
La efusividad de Hermes, tras un encuentro no programado, se sintió en el abrazo dado a su amigo, y visto como un hermano por sus dos pequeños hijos, no tenía comparación.
Siempre se había caracterizado por hacer honor a su nombre, pues, tal como el dios griego del Olimpo, tenía esa capacidad de ser un excelente orador, y hacer que su mensaje calara profundamente en las fibras más endurecidas del un alma en apuros.
— ¡Hermano querido! De salud, estoy magnífico, estoy trabajando, pero quiero hacer algo adicional para generar más ingresos, sin la necesidad de salir de mi casa; Quiero trabajar de forma remota, y en cualquier lugar donde me encuentre o decida vivir.
— Un proyecto bastante ambicioso el que tienes, mi querido amigo. Y... ¿Qué tienes en mente?
Descubrir lo que una persona quiere, no es tan fácil como parece; Muchas veces, deseamos algo en la vida, pero no tenemos idea delo que puede llegar a implicar tener un segundo empleo o aprender un nuevo oficio, y no todos están dispuestos a afrontar esos retos porque, inevitablemente, o como dicen en Chile, sí o sí, tiene que salir de la zona de confort que esa persona se ha creado.
— Pues, he sabido que algunas personas que he conocido, ganan dinero siendo programadores. ¿Sabes que implica ser programador?
Después de pensar por unos segundos, Hermes, una persona de tez algo oscura, delgado, 1.95 metros de alto, pero con una gran calidad humana, abrió su boca y dijo:
— ¡Eso suena realmente emocionante, Oneray! Además de emocionante, es una experiencia que puede ser muy gratificante para ti y tu familia, pues, tus hijos también lo pueden aprender de ti, cuando seas todo un profesional de la programación.
Los ojos de Oneray brillaban al mismo tiempo que su alma se llenaba de emoción. Una luz, al final de su túnel financiero, acaba de aparecer frente a él, dándole una esperanza de que es posible prosperar y mejorar su apretada economía.
— ¿Todavía tomas ese Frapuchino Moca que tanto te gustaba de Starbucks?, preguntó Hermes a su viejo y sanguíneo amigo con cara de picardía y de invitación.
— ¡Por supuesto! Aunque he dejado de tomarlo tan seguido como antes; Un solo frapuchino cuesta más de 5 dólares, y no puedo darme ese gusto, ahora que mis cuentas se han duplicado.
— Pues, este es tu día de la suerte. ¡Vamos a esa cafetería y mientras nos tomamos esa bebida, conversamos del proyecto que tienes y quieres emprender!
No quedaba muy lejos un establecimiento, pues el olor a café, era inconfundible, y como buenos sabuesos de este producto, llegaron a la cafetería en pocos minutos.
— Busca donde sentarnos mientras yo hago el pedido. ¿Deseas algo para comer y acompañar la bebida?
— ¡No! Está bien solo el frapuchino; Si hay canela en polvo, le das 3 aplicaciones sobre la crema batida.
Hermes se dirigió a la barra y pidió su orden procurando complacer a su buen amigo, y después de retirar el pedido, se dirigió a la mesa donde Oneray aguardaba. Colocó con cuidado los dos frapuchinos sobre la mesa, se sentó, y acomodándose en la butaca de cuero marrón, tomó un respiro profundo y comenzó a decir:
— ¿Sabías que hay más lenguajes de programación que lenguas humanas en todo el mundo?
La cara de asombro de Oneray se evidenciaba por la abertura de su boca.
— ¡Pero no te preocupes! No tienes que aprenderlas todas, dijo Hermes mientras soltaba una carcajada.
— Primero, y esto es lo más esencial, debes escoger un lenguaje de programación para comenzar. Phyton es uno muy sencillo de aprender y es recomendado para las personas que se inician en la programación.
— ¡Tiene el nombre de una serpiente! ¿No será complicado ese lenguaje?
— Bueno, si fuera fácil, todo el mundo lo haría, pero la diferencia la marcará tu pasión y tu determinación de aprender.
— Estoy determinado a aprender y rehusar a darme por vencido en este proyecto, respondió Oneray, levantando su puño en señal de victoria.
— Luego, debes aprender los conceptos básicos y practicar con ejercicios simples, una y otra vez; Después de esto, comienza haciendo proyectos pequeños como el de una calculadora para consolidar lo que vas aprendiendo. Recuerda que es la práctica, la que hace al maestro.
— Aunque se oye fácil de la manera como lo planteas, dijo Oneray, sé que esto llevará tiempo. Estoy muy agradecido de habernos encontrado hoy y tener esta charla la cual me llena de mucho entusiasmo por comenzar este nuevo proyecto.
Así que, después de terminar sus bebidas, salieron del establecimiento, y luego de un fuerte apretón de manos y un efusivo abrazo, cada quien siguió su camino, comprometiéndose cada uno en velar por alcanzar esta meta: Uno, con su dedicación y esmero, y el otro, para motivarlo cuando las ganas, hayan disminuido.
En la actualidad, hay tantas fuentes de información, que es casi imposible no aprender un oficio cualquiera, y esto incluye la programación.
Desde hace algún tiempo, he querido aprender este oficio porque una de mis metas es trabajar de forma remota, y más que trabajar, disfrutar de la hermosura que veo en los diferentes lenguajes de programación.
En ocasiones, me desanimo, pero cuando otros que ya son programadores me animan a seguir, recobro fuerzas y reanudo mi camino al éxito, y continuo estudiando y practicando.
¿Se me ha hecho complicado? ¡Por supuesto que sí!, no obstante, mi determinación de aprender, unido a la motivación que me dan otras personas a mi alrededor o en línea, hace que vuelva a poner mis manos en el teclado, y mirar fijamente mi objetivo: Ser programador sin importar la edad ni el tiempo que me lleve.
Aquí he condensado parte de mi experiencia, relatada en un cuento, para darle un poco de color a mi historia personal, y poderla compartir con todos ustedes.
Muchas gracias por leer, y dejar un comentario.
First learn computer science and all the theory. Then develop a programming style. Finally forget everything and just hack
— George Carrette
— What a long time, Oneray! How have you been?
Hermes' effusiveness, after an unscheduled meeting, was felt in the hug given to his friend, and seen as a brother by his two young children, had no comparison.
He had always been characterized by living up to his name, because, just like the Greek god of Olympus, he had the ability to be an excellent speaker and make his message penetrate deeply into the most hardened fibers of a soul in a hurry.
— Dear brother! In health, I'm great, I'm working, but I want to do something additional to generate more income, without having to leave my house; I want to work remotely, and wherever I am or decide to live.
— A quite ambitious project, the one you have, my dear friend. And what do you have in mind?
Discovering what a person wants is not as easy as it seems; Many times, we want something in life, but we have no idea what having a second job or learning a new trade may entail, and not everyone is willing to face those challenges because, inevitably, or as they say in Chile, yes or no. Yes, you have to leave the comfort zone that that person has created for themselves.
— Well, I have learned that some people I have met make money being programmers. Do you know what being a programmer entails?
After thinking for a few seconds, Hermes, a person with a somewhat dark complexion, thin, 1.95 meters tall, but with great human quality, opened his mouth and said:
—That sounds exciting, Oneray! In addition to being exciting, it is an experience that can be very rewarding for you and your family, since your children can also learn it from you when you become a programming professional.
Oneray's eyes shone as his soul filled with emotion. A light at the end of his financial tunnel has just appeared in front of him, giving him hope that it is possible to prosper and improve his tight economy.
— Do you still drink that Mocha Frappuccino that you liked so much from Starbucks? Hermes asked his old and sanguine friend with a face of mischief and invitation.
— Of course! Although I have stopped taking it as often as before; A single Frappuccino costs more than $5, and I can't afford that now that my bills have doubled.
— Well, this is your lucky day. Let's go to that cafeteria and while we have that drink, we talk about the project you have and want to undertake!
An establishment was not far away, as the smell of coffee was unmistakable, and like good sleuths of this product, they arrived at the cafeteria in a few minutes.
— Find a place to sit while I place the order. Do you want something to eat and accompany your drink?
— No! Just the Frappuccino is fine; If there is cinnamon powder, you give it 3 applications on the whipped cream.
Hermes went to the bar and asked for his order, trying to please his good friend, and after removing the order, he went to the table where Oneray was waiting. He carefully placed the two Frappuccino on the table, sat down, and settling into the brown leather armchair, took a deep breath and began to say:
— Did you know that there are more programming languages than human languages in the world?
Oneray's shocked face was evident by the opening of his mouth.
— But do not worry! You don't have to learn them all, Hermes said as he laughed.
— First, and this is the most essential, you must choose a programming language to start. Python is very easy to learn and is recommended for people who are starting in programming.
— He has the name of a snake! Won't that language be complicated?
— Well, if it were easy, everyone would do it, but the difference will be made by your passion and your determination to learn.
— I am determined to learn and refuse to give up on this project, Oneray responded, raising his fist in victory.
— Then, you must learn the basics and practice with simple exercises, over and over again; After this, he begins doing small projects like a calculator to consolidate what you are learning. Remember that it is a practice that makes perfect.
— Although it sounds easy the way you put it, Oneray said, I know this will take time. I am very grateful to have met today and to have this talk which fills me with great enthusiasm to start this new project.
So, after finishing their drinks, they left the establishment, and after a strong handshake and an effusive hug, each one continued on their way, each one committing to ensuring that this goal was achieved: One, with his dedication and dedication, and the other, to motivate him when the desire has diminished.
Nowadays, there are so many sources of information that it is almost impossible not to learn any trade, and this includes programming.
For some time now, I have wanted to learn this trade because one of my goals is to work remotely, and more than work, enjoy the beauty that I see in different programming languages.
Sometimes I get discouraged, but when others who are already programmers encourage me to continue, I regain strength resume my path to success, and continue studying and practicing.
Has it become complicated for me? Of course, I do! However, my determination to learn, together with the motivation that other people around me or online give me, makes me put my hands on the keyboard again, and stare at my goal: Be a programmer no matter how old or how long it takes me.
Here I have condensed part of my experience, told in a story, to give a little color to my personal story, and to be able to share it with all of you.
Thank you very much for reading, and leaving a comment.
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