El pasado jueves 31 de marzo, materialice uno de mis proyectos para este año.

Realizar un largo recorrido en bicicleta, la idea era; llegar lo más distante posible, de mi ciudad Barinas, y llegue a Ospino, la capital del municipio Ospino, del estado Portuguesa. Hasta allí, recorrí 143 kilómetros contados desde mi casa.

Yo, muy satisfecho, celebre mi logro, nunca imaginé podría llegar hasta allí.

Materializar un proyecto como este, fue una experiencia muy enriquecedora, más que física, sudor y esfuerzo, tenía mucha meditación, un estado consciente del momento presente.

Lo voy a contar por partes de la siguiente manera:

Meditación activa y dialogo interno:

Esta experiencia de ir pedaleando en solitario, aunque tenía un vehículo de apoyo, conducido por mi esposa @yerf2712, no podíamos conversar, por los roles que desempeñábamos, en esta aventura.

Así, solo escuchaba, mi respiración y mi mente. Andar en bicicleta, me lleva a un estado presente, de atención, al momento y al lugar, mi mente se serena un poco; lo tomo, como un momento de meditación activa. Creo de allí proviene mi amor al ciclismo, a que estoy en el presente.

Como pocas veces nos entregamos al dialogo interno, ya que estoy ocupado, atendiendo lo urgente y dejando lo importante de lado. Este fue un ejercicio maravilloso, que me permitió escucharme, hablar con mi niño interior, y dejarlo jugar. Fue bastante reflexivo, escuché muchas cosas, las pude oír con paz y tranquilidad. La que me daba el camino mientras pedaleaba.

Recibí, de ese dialogo interno, muchos regalos, no esperaba esas respuestas, de preguntas formuladas con anterioridad, vendrían durante ese recorrido.

Entendí, el peregrinaje que realizan personas, largas caminatas, ya que allí están con ellos mismos. Eso me paso durante las 7 horas, que duro mi recorrido, fue una meditación activa de 7 horas. Que experiencia tan edificante.

Admirando el camino:

En la mañana cuando Sali a las 4:40am estaba lloviznando, pero la determinación de hacer mi viaje en bicicleta, me permitió salir y recibir esas gotas refrescantes para mi camino.

En principio sentí frio, aunque estaba muy bien abrigado, pero mantenía mi estado vibracional, me sentía en Alegría, Entusiasmo y Optimismo. (por favor véase la imagen de la escalera emocional, cortesía de CRP).

A medida que avanzaba en el camino, mi sensibilidad al paisaje, al cielo, se incrementaba.

Realmente me sentí muy alegre y en un tramo del camino, en la que debía recorrer una bajada muy pronunciada y larga, salió mi niño interior a disfrutarla en felicidad, que agradable, pude recordar que hace años atrás me había preguntado mientras transitaba esa carretera, como seria ir en bicicleta por esa bajada tan larga. Allí de verdad, vibraba en Felicidad.

Estar en ese momento, presente, observándome, viendo como mi vibración se movía y elevaba, fue bastante motivador, para eso estamos vivos, para vibrar y sentir.

Sentimientos iban y venían:

Si, al salir estaba bastante entusiasmado, tenia un sentimiento de incertidumbre: ¿hasta dónde llegaría? ¿Para que invente esta aventura? ¡No voy a ganar una medalla!

Pues ese sentimiento fue mermando y se esfumo por completo con tan solo 1 hora de pedaleo. Y es que avanzar en mis metas y proyectos, aunque sienta duda, es muy esclarecedor.

Y de acuerdo a los sentimientos, la gente me va a tratar como yo lo sienta.

Fue muy aleccionador, en la mañana mientras comenzábamos el recorrido, un carro nos saludo con mucho entusiasmo y yo entusiasmado. Así funciona…

Durante todo el recorrido, saludaba a todos los que conseguía en el camino, funcionarios cumpliendo sus funciones en puntos de control. Trabajadores que estaban por la carretera y así. Yo primero los saludaba y todos luego me respondían.

Pero llegando a Ospino fue impresionante, yo me sentía que era el ganador de una carrera, me sentía el campeón, y la gente me saludaba primero y yo les respondía. Y eran muchos, como que veían algo extraordinario, las motos que pasaban, yo me sentía ganador y ellos me saludando al ganador. Así funciona…

Esta experiencia del sentimiento que proyectamos, de acuerdo a nuestro estado, fue aleccionador. Si estoy entusiasmado, veo el entusiasmo en la gente con mayor facilidad, al estar en la misma vibración y frecuencia, claro que nos vamos a conseguir.

De allí la importancia de estar atento, observándome a mí, ¿quiénes están llegando a mí? Es un termómetro interesante, que me revela mi verdadero estado emocional y vibracional.

Un regalo individual:

Para esta actividad invite a varios ciclistas, y ninguno pudo acompañarme. Algunos me decían que entre semana no podían hacerlo y otros que tenían compromisos. Y pasaban los días y yo me preguntaba: ¿Sera que hare el recorrido solo? Y si efectivamente así fue.

Incluso, para Yudith, en el carro, se invitaron a varias personas para que la acompañaran en el vehículo, pero las respuestas eran las mismas, que entre semana no podían, que tenían compromisos, y así ella también realizo el recorrido en solitario en el carro.

Y es que debía ser así, ya que estas actividades traen consigo un ejercicio meditativo individual, que, de hacerlo en compañía, no sería igual.

Entonces entendí, que se trataba de un regalo individual, y que esta actividad debí realizarla en solitario, para poder recibir lo que me correspondía.

El regreso:

Al subir al carro y comenzar el retorno, estaba en un grado de sensibilidad, que casi lloraba, todo lo veía bello, los arboles en el camino eran hermosos, las nubes del cielo eran preciosas, los perros del camino eran lindos. Las personas que caminaban al lado de la carretera eran tiernas, estaba extasiado, estaba en un verdadero momento de benevolencia, solo veía cosas bonitas y bellas, durante ese lapso de tiempo solo vi cosas bellas, literalmente me sentía sentado en una nube.

No sentía temor, ni pensaba que ese momento se acabaría, lo sentía y respiraba, y permanecía allí, tranquilo, no sentía el transcurrir del tiempo, es que al recordarlo pareciera que fue un sueño, y estaba en vigilia, aun cuando estaba Yudith conduciendo el carro y durante unos 15 a 20 minutos no dijimos casi nada. Fue realmente placentero ese momento, mucha plenitud, mucho gozo.

Como ven, mi bicicleta y yo, hemos realizado ejercicios, que me han permitido conectarme con mi ser, escuchar mi yo interior, y ver jugar a mi niño interno. Una super experiencia muy edificante, única y aunque espero repetir el paseo, no estoy seguro que los resultados sean los mismos.

También espero, que compartir mis experiencias puedan serles de utilidad.

Recibo con cariño, sus opiniones y comentarios por esta experiencia de mi bicicleta y yo.

Gracias por leer…

Las fotos fueron tomadas con mi Smartphone POCO X3.

English Version

Last Thursday, March 31, I materialized one of my projects for this year.

The idea was to go as far as possible from my city of Barinas, and I arrived in Ospino, the capital of the Ospino municipality in the state of Portuguesa. Up to there, I rode 143 kilometers from my home.

I, very satisfied, celebrated my achievement, I never imagined I could get there.

Materializing a project like this was a very enriching experience, more than physical, sweat, and effort, it had a lot of meditation, a conscious state of the present moment.

I will tell it in parts:

Active meditation and internal dialogue:

This experience of pedaling alone, although I had a support vehicle, driven by my wife @yerf2712, we could not talk, because of the roles we played in this adventure.

So, I just listened, my breathing and my mind. Riding a bike takes me to a present state, of attention, to the moment and the place, my mind is a little serene; I take it as a moment of active meditation. I think that's where my love for cycling comes from, that I'm in the present.

We rarely indulge in inner dialogue, as I am busy, attending to the urgent and leaving the important aside. This was a wonderful exercise, which allowed me to listen to myself, talk to my inner child, and let it play. It was quite reflective, I listened to many things, and I could hear them with peace and tranquility. The one that the road gave me while I was pedaling.

I received, from that internal dialogue, many gifts, I did not expect those answers, from questions previously formulated, would come during that journey.

I understood the pilgrimage that people make, long walks because there they are with themselves. That happened to me during the 7 hours that my walk lasted, it was an active meditation of 7 hours. What an uplifting experience.

Admiring the way:

In the morning when I left at 4:40 am it was drizzling, but the determination to make my bike trip, allowed me to go out and get those refreshing drops for my ride.

At first I felt cold, even though I was very warm, but I kept my vibrational state, I felt Joy, Enthusiasm, and Optimism. (please see the image of the emotional ladder, courtesy of CRP).

As I progressed along the road, my sensitivity to the landscape, to the sky, increased.

I felt very happy and on a stretch of the road, in which I had to ride a very steep and long downhill, my inner child came out to enjoy it in happiness, how nice, I could remember that years ago I had wondered while riding that road, how it would be to ride a bike down that long downhill. There I was vibrating in happiness.

To be in that moment, present, observing myself, seeing how my vibration was moving and rising, was quite motivating, that's what we are alive for, to vibrate and feel.

Feelings came and went:

Yes, when I left I was quite excited, I had a feeling of uncertainty: how far would I go? Why did I invent this adventure? I'm not going to win a medal!

Well, that feeling was diminishing and vanished completely with only 1 hour of pedaling. And it is that moving forward in my goals and projects, although I feel doubt, is very enlightening.

And according to the feelings, people will treat me as I feel.

It was very sobering, in the morning as we started the tour, a car greeted us with much enthusiasm and I was thrilled. That's how it works...

All along the way, he greeted everyone he met along the way, officials performing their duties at checkpoints. Workers along the road and so on. I would greet them first and then they would all greet me back.

But arriving at Ospino was impressive, I felt like I was the winner of a race, I felt like the champion, and the people greeted me first and I answered them. And there were many of them as if they saw something extraordinary, the bikes passing by, I felt like a winner and they were waving at me as the winner. That's how it works...

This experience of the feeling we project, according to our state, was sobering. If I am enthusiastic, I see the enthusiasm in people more easily, being in the same vibration and frequency, of course, we are going to get each other.

Hence the importance of being attentive, watching me, who is reaching out to me? It is an interesting thermometer, revealing my true emotional and vibrational state.

Individual gift:

For this activity I invited several cyclists, but none of them could join me. Some told me that they could not do it during the week and others that they had commitments. And the days went by and I wondered: Will I make the trip alone? And yes, indeed I did.

Even for Yudith, in the car, several people were invited to accompany her in the vehicle, but the answers were the same, that during the week they could not, that they had commitments, and so she also made the trip alone in the car.

And it should be so, since these activities bring with them an individual meditative exercise, which, if done in company, would not be the same.

Then I understood that this was an individual gift and that I had to perform this activity alone to receive what was due to me.

The return:

When I got into the car and started the return trip, I was in a degree of sensitivity, I was almost crying, I saw everything beautiful, the trees on the road were beautiful, the clouds in the sky were beautiful, the dogs on the road were cute. The people walking on the side of the road were tender, I was ecstatic, I was in a true moment of benevolence, I only saw nice and beautiful things, during that lapse of time I only saw beautiful things, and I felt like I was sitting on a cloud.

I did not feel fear, nor did I think that that moment would end, I felt it and breathed, and remained there, calm, I did not feel the passing of time, it is that remembering it seems that it was a dream, and I was awake, even when Yudith was driving the car and for about 15 to 20 minutes we said almost nothing. It was really pleasant at that moment, a lot of fullness, a lot of joy.

As you can see, my bike and I, have done exercises, which have allowed me to connect with my being, listen to my inner self, and watch my inner child play. A very uplifting, unique super experience, and although I hope to repeat the ride, I am not sure the results will be the same.

I also hope that sharing my experiences can be useful to you.

I welcome with affection, your opinions and comments on this experience of my bike and me.

Thanks for reading...

The photos were taken with my POCO X3 smartphone.