Poesía narrativa: El recuerdo de navidad que salvó mi vida [Esp-Eng]

Fue ingenuo pensar que los villancicos y las galletas llenarían el vacío que no dejaba de crecer en mi corazón. Me había dejado guiar con consejos sobre cómo sanar el dolor, de quienes jamás habían perdido a alguien dejándolos en desolación. Pero ahí seguía latiendo como una brasa que no se extinguía, y la noche del 19 de diciembre cuando ella cumpliría un año más de vida, en mis sueños tuve una peculiar visita.

Entre niebla y luces de navidad, una extraña figura hasta mí hizo su andar. “El anhelo es más que una venda que puedes arrancar. Vengo sin intenciones de hacerte algún mal. De vez en cuando visito algunas almas tristes si sus vidas merecen cambiar. Te concederé un deseo si la mitad de tu vida me accedes a entregar. Enfoca tu sufrimiento en un recuerdo especial y por mí déjate abrazar. Soy tu segunda oportunidad, yo seré en este viaje tu único guardián”.

Sin poder resistirme a la oferta de quien podría sanar mi dolencia, entregué con una sonrisa en mi sueño la mitad de mi vida sin mucha exigencia. Al despertar, creyendo que solo había sido una historia en mi cabeza, me levanté de la cama sin ganas pero sin molestia. Bajar a la cocina fue el inicio de la sorpresa. Ella dijo “Buenos días, hija. Tu desayuno está en la mesa”. Verla me impactó con mucha agudeza, estaba segura de que seguía soñando sin lugar a dudas traicioneras. Mi grito de la sorpresa, fue inevitablemente para ella una oportunidad para plasmar uno de sus gestos faciales declarando extrañeza. “Esto no es real. No puedes estar aquí. De ninguna manera”. Mi declaración le hizo levantar la ceja. “Me han dado el día libre para trabajar desde afuera. Pero de haber sabido que te ibas a comportar como una hija grosera, habría asistido al trabajo y no habría querido decorar de navidad la casa entera”. Tomó su café y con mal genio subió las escaleras. Yo no entendía nada hasta que él hizo acto de presencia.

“No es un sueño, es tu deseo. Por 24hrs has regresado en el tiempo. Has accedido a darme la mitad de tu vida por volver a este momento, un día antes del evento en el que a tu madre se le detendrá el corazón sin remedio. Es su cumpleaños, la idea es que disfruten ambas de cada segundo de este día entero y que lo culminen sin remordimiento. Si haces esto, cuando regreses a tu tiempo, sentirás aún la perdida pero el corazón mucho más ligero.” Mis lágrimas sin previo aviso simplemente salieron, mi cuerpo entumecido estaba frío porque yo no podía creerlo. Viviría un día más con mi madre a la que había perdido sin poder haberle dicho un ‘Te quiero’. “Entonces esto es verdadero”, dije con un lento parpadeo. “Lo que pase hoy reescribirá cómo sanará tu corazón a través del tiempo. No podrás evitar su muerte aunque lo intentes con esmero, solo puedes amarla una vez más durante un día entero. Así que no lo cuestiones por más tiempo y has que valga la pena tu deseo”.

“Madre, lamento haberte hecho molestar sin necesidad antes. Me refería a que te tenía una sorpresa preparada y me lo has estropeado sin cuenta darte. Es todo. ¿Aún quieres quedarte?”. La sonrisa en su rostro era lo más bello e inimaginable. “Que terrible eres para dar sorpresas, mi niña grande. De haber empezado por ahí no me habría disgustado contigo antes.” Su dulzura ahora era un recuerdo palpable. No era una ilusión, era ella con su brillo incomparable. Sin pensarlo la abracé con fuerzas como si pudiera escaparse en un instante.

Luego de decorar la casa, emocionada la convencí de salir a disfrutar de ambas. Durante todo el día le complací cualquier cosa que pedía, reímos y nos amamos como hace mucho no sucedía. Solo éramos ella y yo en nuestra travesía. Terminamos en la playa con mi auto que apenas tenía gasolina. Sentadas en la arena comiendo postres de su pastelería favorita, recién salidas de un spa al que tanto ella quería ir algún día. Las horas corrían y se acercaba el momento de que yo volviera a mi tiempo de vida. Cumpliendo con su guardia diligentemente estricta, sentí su mirada todo el día. Guardaba su distancia pero se acercaría si yo se lo pedía. Él calmaba mi corazón en los momentos en que sentía que mi corazón casi se salía, tenerla a mi lado viva y en alegría, en varias ocasiones sentí que más de una lágrima derramaría. Su presencia en tierra me mantenía, así no desviaría mi propósito haciendo que valiera cada segundo del día.

Llegó la noche y tras una marea de emociones, ella accedió a que celebráramos juntas su cumpleaños y todo lo que nos diera razones. Las bebidas en las copas y la música saliendo de los altavoces, nos envolvió en una alegría enorme. Recordamos mi infancia y me contó de su embarazo estando joven. Cada día aprendía de ella sin pretensiones. Nos divertimos como nunca hasta entonces.

Más tarde al llegar la media noche fría, exhaustas, en pijama y felices de todo lo que pasó en el día, nos acostamos juntas en una sola cama como hacíamos cuando era una niña. Nos abrazamos con ternura y melancolía. Mi cabeza reposó en su pecho mientras ella acariciaba mi cabello con manía. “Te amo demasiado, mi niña querida”. “Te amo demasiado, mamá, como para no poder describirlo en una vida”. Mi corazón ya no soportaba el peso de la despedida, a pesar de que ella no lo sabía. Mis lágrimas comenzaron a rodar por mi rostro sin medida. Ella en silencio no exclamó ninguna interrogativa, solo se aferró a mi hasta que me quedé dormida.

Desperté con el brillo del sol que entraba por la ventana sin cuartel, pero era cierto, ya no sentía en mi corazón esa pesadez. Al escuchar unos pasos acercarse a mi habitación me asusté, pero en cuanto vi su rostro me calmé. Iba vestido con sencillez, parecía un humano más y no un poderoso ser, capaz de hacerte en el tiempo volver. Se sentó a la orilla de la cama sin hacerme mover. Se acercó mucho y yo no sabía qué hacer. Él dijo: “Hiciste bien. Ambos corazones están en paz y no hay nada más que hacer. Me alegro que disfrutaras tu deseo, Florifel. El pago ahora cobraré. No te asustes, no te lastimaré”. Y con un beso en mis labios mi deseo pagué, se sintió cálido como un sorbo de tibio y dulce té. Con un suspiro se separó alejando la calidez. Abriendo mis ojos, lo vi sonreír por primera vez.

“Qué sádico de tu parte reclamar la mitad de mi vida y sonreír al terminar”. Eso solo hizo que su sonrisa se ampliara más. No estaba molesta, era un trato justo y lo volvería hacer sin dudar. Había pasado un año y la depresión aún no me quería soltar. Pero extrañamente mi corazón ya no sentía como si alguien lo estrujara sin cesar. Sabía que esto cambiaría mi vida de ahora en más.

“Existe una excepción que no alcancé a aclarar. Debido a que no tenías ningún remordimiento y lo que hacías era extrañar, tu deseo solo te llenó de felicidad. Y no tienes ninguna pena que cargar. Haber hecho esto incluso pudo tu vida salvar. La depresión y la ansiedad iban a terminar tu vida esta navidad. Tu deseo logró sacar la daga que no te permitía cicatrizar, finalmente tienes un recuerdo de ella completamente feliz que jamás olvidarás. Salvaste tu propia vida mientras te despedías dándole un final. Y es por eso que no te cobraré nada y vivirás todos los años que te tocan, si te cuidas más”.

“Espera… ¿Y por qué el beso, si no debía entregarte la mitad de mi vida?”. Se levantó e introdujo sus manos en los bolsillos de su pantalón de mezclilla. Con calma vi cómo su pecho subió y bajó como si realmente tuviera vida. Dijo con simpleza y sin prisas “Es un recuerdo para mí de que existen personas sin arrepentimientos en la vida”. Una última mirada a sus ojos de miel viva y salió de la habitación sin despedida. Duré en la cama casi todo el día, abrazándome a mí misma recordando a mi madre con serena alegría. Cuando me levanté para ir por un té de limón con manzanilla, me di cuenta de la foto en la mesilla. Éramos nosotras del recuerdo que ahora existía. Mi madre y yo celebrando la vida.

It was naïve to think that Christmas carols and cookies would fill the void that kept growing in my heart. I had let myself be guided with advice on how to heal the pain, from those who had never lost someone leaving them in desolation. But there it continued to beat like an ember that would not be extinguished, and on the night of December 19, when she would celebrate one more year of life, in my dreams I had a peculiar visit.

Amidst fog and Christmas lights, a strange figure made its way to me. "Longing is more than a bandage you can tear off. I come with no intention of doing you any harm. From time to time I visit some sad souls if their lives deserve to change. I will grant you a wish if you agree to give me half of your life. Focus your suffering on a special memory and let me embrace you. I am your second chance, I will be on this journey your only guardian."

Unable to resist the offer of the one who could heal my ailment, I surrendered with a smile in my sleep half of my life without much demand. Waking up, believing it had only been a story in my head, I got out of bed unwillingly but without discomfort. Going down to the kitchen was the start of the surprise. She said "Good morning, daughter. Your breakfast is on the table." Seeing her shocked me very sharply, I was sure she was still dreaming with no room for treacherous doubts. My cry of surprise, was inevitably for her an opportunity to embody one of her facial gestures declaring strangeness. "This isn't real. You can't be here. No way." My statement caused her to raise her eyebrow. "I've been given the day off to work from the outside. But had I known you were going to behave like a rude daughter, I would have attended work and not wanted to Christmas decorate the entire house." He sipped his coffee and grumpily went upstairs. I didn't understand anything until he made an appearance.

"It's not a dream, it's your wish. For 24hrs you've gone back in time. You have agreed to give me half of your life to come back to this moment, one day before the event where your mother's heart will be hopelessly stopped. It is her birthday, the idea is for you both to enjoy every second of this entire day and to culminate it without remorse. If you do this, when you return to your time, you will still feel the loss but the heart much lighter." My tears without warning just came out, my numb body was cold because I could not believe it. I would live one more day with my mother whom I had lost without being able to have said an 'I love you' to her. "So this is true," I said with a slow blink. "What happens today will rewrite how your heart will heal over time. You won't be able to avoid her death even if you try hard, you can only love her one more time for one whole day. So don't question it any longer and make it worth your wish."

"Mother, I'm sorry for needlessly troubling you before. I meant that I had a surprise prepared for you and you spoiled it for me without realizing it. That's all. Do you still want to stay?" The smile on her face was the most beautiful and unimaginable thing. "What a terrible surprise-giver you are, my big girl. Had I started there I wouldn't have been upset with you sooner." Her sweetness was now a palpable memory. It was no illusion, it was her with her incomparable radiance. Without thinking I hugged her tightly as if she could escape in an instant.

After decorating the house, I excitedly convinced her to go out and enjoy them both. Throughout the day I indulged her in whatever she asked for, we laughed and loved each other as it had not happened for a long time. It was just me and her on our journey. We ended up on the beach with my car that barely had any gas. Sitting on the sand eating desserts from her favorite bakery, fresh from the spa she wanted so badly to go to someday. The hours ticked by and it was getting close to the time for me to return to my time of life. Keeping her diligently strict watch, I felt her gaze all day. He kept his distance but would come closer if I asked him to. He calmed my heart at times when I felt my heart almost leaping out, having her by my side alive and in joy, on several occasions I felt more than one tear I would shed. Her presence on the ground kept me grounded, so I would not divert my purpose making it worth every second of the day.

The night came and after a tide of emotions, she agreed that we would celebrate her birthday together and everything that would give us reason. Drinks in the glasses and music coming out of the speakers, enveloped us in enormous joy. We reminisced about my childhood and she told me about her pregnancy when she was young. Every day I learned from her without pretense. We had the time of our lives.

Later, when the cold midnight came, exhausted, in our pajamas and happy with everything that had happened during the day, we lay down together in one bed as we did when I was a child. We embraced each other with tenderness and melancholy. My head rested on her chest as she stroked my hair manically. "I love you too much, my darling girl." "I love you too much, Mom, not to be able to describe it in a lifetime." My heart could no longer bear the weight of saying goodbye, even though she didn't know it. My tears began to roll down my face without measure. She silently exclaimed no question marks, just clung to me until I fell asleep.

I awoke to the brightness of the sun streaming through the window without quarter, but it was true, I no longer felt in my heart that heaviness. When I heard footsteps approaching my room I got scared, but as soon as I saw his face I calmed down. He was dressed simply, he looked like just another human and not a powerful being, capable of making you go back in time. He sat on the edge of the bed without making me move. He came very close and I didn't know what to do. He said, "You did well. Both our hearts are at peace and there is nothing more to do. I'm glad you enjoyed your wish, Florifel. The payment I will now collect. Don't be afraid, I won't hurt you." And with a kiss on my lips my wish I paid, it felt warm as a sip of warm sweet tea. With a sigh he broke away, pushing the warmth away. Opening my eyes, I saw him smile for the first time.

"How sadistic of you to claim half of my life and smile as you finish." That only made his smile grow wider. She wasn't upset, it was a fair trade and she would do it again without hesitation. A year had passed and the depression still didn't want to let go. But strangely my heart no longer felt like someone was squeezing it relentlessly. I knew this would change my life from now on.

"There is one exception that I didn't get to clarify. Because you had no remorse and all you did was miss, your desire alone filled you with happiness. And you have no sorrow to bear. Having done this could even save your life. Depression and anxiety were going to end your life this Christmas. Your wish managed to pull out the dagger that did not allow you to heal, you finally have a completely happy memory of it that you will never forget. You saved your own life as you said goodbye by giving it an ending. And that's why I won't charge you anything and you'll live all the years you're due, if you take more care of yourself."

"Wait... And why the kiss, if I wasn't supposed to give you half my life?". He stood up and slipped his hands into the pockets of his jeans. I calmly watched his chest rise and fall as if it really had life in it. He said simply and unhurriedly "It's a reminder to me that there are people with no regrets in life." One last look into her vivid honey eyes and she left the room without farewell. I lasted in bed most of the day, hugging myself remembering my mother with serene joy. When I got up to get a lemon chamomile tea, I noticed the photo on the bedside table. It was us from the memory that now existed. My mother and I celebrating life.