Imagen hecha con Ideogram.ai
Un gran saludo a toda la comunidad. Esta es mi participación al hispaliterario 34 en homenaje a los libros. Disfrutad!
Sucedió de camino a nuestra residencia. Habíamos terminado un periodo extremo de exámenes en la universidad mí amigo Jim y yo, y nos dirigimos a nuestra residencia. Tomamos el callejón de costumbre para llegar más rápido. Quizás fue el último par de cervezas que nos habíamos tomado o tal vez fue el estrés de presentar varias pruebas seguidas, pero el camino se tornó más extraño de lo normal.
“Estás seguro que tomamos el camino correcto”, preguntó Jim limpiando sus gafas con el borde de su camisa.
Parpadeé un par de veces, mirando a mí alrededor.
Al principio, pensé que bromeaba, pero luego noté que el asfalto de la calle se había transformado en un camino de tierra y el entorno estaba más oscuro que de costumbre.
“Quizás las cervezas estaban adulteradas”, bromeé por un instante, mirando de reojo hacia los lados y rascando mi cuello tratando de disimular el extraño escalofrío que corría por mi espalda.
Jim tragó saliva.
Ambos nos percatamos de un resplandor al doblar la esquina de la extraña callejuela donde habíamos terminado.
De repente, el camino se amplió y a pocos metros de distancia vimos una fogata que desprendía chispas, luchando contra el viento, lo que hacía que las sombras de los arbustos cercanos cobraran vida y se extendieran tenebrosamente.
Un sujeto extraño se encontraba sentado frente al fuego con un objeto rectangular entre sus manos.
Era imposible pasarlo por alto por lo que decidí saludar con un “buenas noches”.
Nos relajamos al darnos cuenta de que se trataba de un anciano y que el objeto que sostenía entre sus manos era un libro.
Jim me golpeó con el codo y me señaló apuntando con los labios. El anciano llevaba puesto una armadura medieval, y su casco y espada descansaban a su lado. Podría ser un loco o algún fanático de alguna convención de disfraces.
“Buenas noches”, respondió el anciano.
Luego nos hizo la pregunta más extraña que jamás haya escuchado en mi vida
“¿Alguna vez han tenido en sus manos la oportunidad de cambiar el destino del mundo?”, dijo en fluido francés
Aclaré mi garganta, su pregunta había captado mi atención. Eché una mirada a Jim, éste inclinó su cabeza hacia un lado indicando que nos fuéramos.
Me volví hacia el anciano. Sentí que había algo, aunque no podía precisar qué. Parecía que era algo vagamente misterioso; este hombre no era un ser ordinario.
“¿Perdón?”, pregunté
El anciano extendió sus manos y me ofreció el libro. Lo tomé. Lo primero que noté fue su peso excesivo; su cubierta era dura, quizás de madera, y tenía tallado un extraño símbolo. Los bordes dorados de las páginas brillaban a la luz de la fogata.
Jim ajustó sus lentes y se acercó a ver el contenido del libro.
“Está escrito en francés”, susurré para no perder su tiempo, sabía que Jim no hablaba francés.
Jim arrugó sus cejas
“¿Qué dices? ¿Estas ciego? Puedo leer su título en perfecto inglés: Los Jardineros de la Tierra”
“Por supuesto que no”, negué frunciendo los labios
De nuevo, el anciano volvió a interrumpir
“El libro permite que su lector lo entienda perfectamente. Sus creadores entendieron que transmitir oralmente las enseñanzas podría tergiversar su significado, dañando el sentido de su objetivo principal: enseñar”
Jim lanzó una mirada interrogante.
“Al parecer este libro tiene la capacidad de cambiar su lenguaje dependiendo del lector”, expliqué intrigado
“¡Pamplinas!”, escupió Jim
Hojeé las páginas; mientras mas leía, más ansioso me sentía.
Los títulos extraños aparecían ante mis ojos: origen del mundo, origen de la vida en el planeta, creación de innumerables razas anteriores a la humana, una visión del éxodo desde el punto de vista extraterrestre, motores FTL, viajes espaciales.
¿Qué demonios era este libro? ¿Acaso estaba soñando?
Miré al anciano que pacientemente nos observaba
Jim al ver que dejaba de hojearlo me arrancó el libro de las manos y se sentó a estudiarlo.
Me acerqué y me senté junto al anciano. Tenía mil de preguntas por hacerle.
“Sé que tienes muchas preguntas, al igual que yo cuando lo recibí. Este ángel, ya que no tengo otra manera para describirlo, bajó del cielo y me entregó ese libro para que tuviera la oportunidad de cambiar el mundo que conocía. Pasé mucho tiempo leyéndolo, intentando descifrarlo, finalmente, entendí que no tenía la capacidad de comprender lo que leía por más que lo intentara, así que lo mantuve conmigo por mucho tiempo”, explicó
“Mi amigo del cielo apareció nuevamente en mi camino, muchos años después”
Jim de pronto nos interrumpió gritando sin quitar sus ojos del libro
“¡Viajes en el tiempo!”
Ahora entendía que este hombre no provenía de ninguna convención de disfraces
“¿De qué año eres?”, pregunté
“1552”
“He librado muchas batallas en nombre de la Iglesia“, continuó explicando el anciano, “tantas que me he dado cuenta que no tienen ningún sentido. Así que desistí en mi misión. Con tanta destrucción a mi alrededor me di cuenta que no éramos dignos de tener estos conocimientos. Ya estoy muy viejo ahora y antes de partir de este mundo duro y cruel, pensé en destruir el libro.”
Por mi mente pasaban los hechos ocurridos durante la primera y segunda guerra mundial.
“¿Qué?” Interrumpió nuevamente Jim, quien se acercó a nosotros
“¿Destruirlo? ¿Estás loco? ¡Con estos conocimientos nos haríamos ricos!” gritó ansioso por su descubrimiento
“¿Te imaginas? No más enfermedades, dispositivos anti gravedad, viajes intergalácticos, contacto extraterrestre ¡Hasta podríamos cambiar nuestro pasado!”
Nuevamente un escalofrío recorrió mi cuerpo
“Entonces pedí un favor al ángel que me lo había entregado, conocer personas de un futuro lejano, en donde reinara la paz y no existieran más conflictos por la religión”, continuó
Quizás estaba frente a un ser primitivo, ignorante de los avances tecnológicos, sin embargo, pude sentir que estaba ante un hombre de gran entendimiento, de gran integridad intelectual, de gran perspectiva lógica.
“¿Podrías afirmar que ahora tu mundo está preparado para recibir este conocimiento?”
Me quedé pensando en nuestro mundo, en los conflictos bélicos, en la codicia del hombre, en la contaminación del planeta, en el efecto que causó el descubrimiento de la energía atómica. Observé la mirada apremiante de Jim. El anciano había cerrado sus ojos y tenía una expresión relajada, como si le hubiéramos quitado un gran peso de sus hombros.
Tomé el libro entre mis manos y sentí nuevamente su extraña portada. Y sin hacer ningún comentario, lo eché al fuego.
“¡No!” gritó Jim
De pronto, nos encontramos nuevamente en camino hacia nuestra residencia.
“¿Qué sucedió? ¿Acaso lo soñamos?”, preguntó Jim
“No lo sé”, respondí. Dentro de mí, aun podía escuchar la voz del anciano agradeciendo mi decisión…
Y tú, querido lector, ¿habrías hecho lo mismo?
Hasta la próxima.
A big greeting to the whole community. This is my participation to the hispaliterario 34 in homage to books. Enjoy!
It happened on the way to our dorm. My friend Jim and I had just finished an extreme period of tests at the university, and we were on our way to our residence. We took the usual alley to get there faster. Maybe it was the last couple of beers we'd had or maybe it was the stress of taking several midterms in a row, but the road got weirder than usual.
“Are you sure we took the right road,” Jim asked wiping his glasses with the edge of his shirt.
I blinked a couple of times, looking around.
At first, I thought he was joking, but then I noticed that the asphalt of the street had turned into a dirt road and the surroundings were darker than usual.
“Maybe the beers were doctored,” I joked for a moment, glancing sideways and scratching my neck trying to disguise the strange shiver that ran down my back.
Jim swallowed.
We both noticed a glow as we rounded the corner of the strange alley where we had ended up.
Suddenly, the path widened and a few yards away we saw a campfire giving off sparks, struggling against the wind, which made the shadows of the nearby bushes come alive and spread out gloomily.
A strange fellow was sitting in front of the fire with a rectangular object in his hands.
It was impossible to overlook him so I decided to say “good evening”.
We relaxed when we realized that it was an old man and that the object he was holding was a book.
Jim bumped me with his elbow and pointed his lips at him. The old man was wearing medieval armor, and his helmet and sword rested at his side. He could be a lunatic or some fanatic at some costume convention.
“Good evening,” the old man replied.
Then he asked us the strangest question I have ever heard in my life.
“Have you ever had in your hands the opportunity to change the fate of the world?” he said in fluent French.
I cleared my throat, his question had caught my attention. I glanced at Jim, he tilted his head to the side indicating for us to leave.
I turned to the old man. I sensed there was something, though I couldn't quite put my finger on what. It seemed to be something vaguely mysterious; this man was no ordinary being.
“Excuse me?”, I asked
The old man held out his hands and offered me the book. I took it. The first thing I noticed was its excessive weight; its cover was hard, perhaps wooden, and had a strange symbol carved into it. The golden edges of the pages gleamed in the firelight.
Jim adjusted his glasses and walked over to look at the book's contents.
“It's written in French,” I whispered so as not to waste his time, I knew Jim didn't speak French.
Jim wrinkled his eyebrows.
“What are you saying, are you blind? I can read its title in perfect English: The Gardeners of the Earth.”
“Of course not,” I denied with a pursing of my lips.
Again, the old man interrupted again
“The book allows its reader to understand it perfectly. Its creators understood that orally transmitting the teachings could misrepresent their meaning, damaging the sense of its primary purpose: to teach”
Jim cast a questioning glance.
“Apparently, this book has the ability to change its language depending on the reader,” I explained intrigued
“Bullshit!” spat Jim.
I flipped through the pages; the more I read, the more anxious I became.
Strange titles appeared before my eyes: the origin of the world, the origin of life on the planet, the creation of countless pre-human races, a view of the exodus from the extraterrestrial point of view, FTL drives, and space travel.
What the hell was this book, was I dreaming?
I looked at the old man who was patiently watching us.
Jim, seeing that I stopped flipping through it, snatched the book out of my hands and sat down to study it.
I walked over and sat down next to the old man. I had a thousand questions to ask him.
“I know you have many questions, just as I did when I received it. This angel, for I have no other way to describe it, came down from heaven and gave me that book so that I would have the opportunity to change the world I knew. I spent a long time reading it, trying to decipher it, finally, I understood that I didn't have the capacity to understand what I was reading no matter how hard I tried, so I kept it with me for a long time,” he explained.
“My friend from heaven appeared in my path again, many years later.”
Jim suddenly interrupted us, shouting without taking his eyes off the book
“Time travel!”
Now I understood that this man didn't come from any costume convention
“What year are you from?”, I asked
“1552”
“I have fought many battles in the name of the Church,” the old man continued to explain, “so many that I realized they were pointless. So I gave up my mission. With so much destruction around me, I realized that we were not worthy to have this knowledge. I am very old now and before I left this harsh and cruel world, I thought of destroying the book.”
Events that happened during the First and Second World Wars were going through my mind.
“What?” interrupted Jim again, who approached us.
“Destroy it? Are you crazy? With this knowledge we would become rich!” he shouted anxious about his discovery
“Can you imagine? No more diseases, anti-gravity devices, intergalactic travel, or alien contact We could even change our past!”
Again a shiver ran through my body.
“Then I asked a favor of the angel who had given it to me, to meet people from a distant future, where peace would reign and there would be no more conflicts over religion,” he continued.
Perhaps I was before a primitive being, ignorant of technological advances, however, I could sense that I was before a man of great understanding, of great intellectual integrity, of great logical perspective.
“Could you affirm that now your world is ready to receive this knowledge?”
I kept thinking about our world, about war conflicts, about man's greed, about the pollution of the planet, about the effect caused by the discovery of atomic energy. I looked at Jim's urgent gaze. The old man had closed his eyes and had a relaxed expression as if a great weight had been lifted from his shoulders.
I took the book in my hands and felt again its strange cover. And without comment, I threw it into the fire.
“No!” shouted Jim.
Suddenly, we were again on our way to our residence.
“What happened, did we dream it?” asked Jim.
“I don't know,” I replied. Inside me, I could still hear the old man's voice thanking me for my decision.....
And you, dear reader, would you have done the same?
See you next time…