Una estrella en el horizonte [ Esp, Eng ]

in #hive-1324103 years ago

fantasy_g4cb960961_1920.jpgPixabayto darksouls1

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Desde que tengo uso de razón he sido una niña diferente, nunca conocí a mis padres, pero no soy precisamente una huérfana. Los que se encargan de mí son mis abuelos, me han dado todo el amor del mundo y siempre se esforzaron por criarme de la mejor manera posible, tratando de que me sienta segura y tranquila.

Pero a pesar de todo, yo me siento diferente, hay algo en mi que se siente incompleto y no hablo de la ausencia de mis padres, es más el hecho de no sentirme cómoda en la tierra bajo mis pies. Vivimos en una pequeña granja a las afueras de un pueblo, una casa de 2 pisos color azul oscuro con un porche y macetas con flores a cada lado de la entrada, rodeados de campos de maíz y trigo, estamos lo suficientemente cerca del pueblo como para ver el resplandor de las luces cuando oscurece, pero lo suficientemente lejos como para que ese resplandor no me impida verlas estrellas.

Me encanta ver las estrellas, estos astros brillantes que desde la lejanía nos demuestran los pequeños y frágiles que somos en este basto universo, cuando era muy pequeña me quedaba despierta hasta altas horas de la madrugada mirando por mi ventana, tratando de adivinar si esos puntos brillantes eran estrellas o planetas, conectando puntos con líneas imaginarias para crear mis propias constelaciones. Me quedaba paralizada cuando escuchaba pisadas en el pasillo, pensando que mis abuelos me regañarian por estar despierta a esas altas horas de la noche, pero eso nunca pasó y la navidad siguiente después que empezaron mis desvelos recibí mi primer telescópico, mire a mis abuelos con sorpresa y ellos que estaban sentados en el sofá mi miraron con una sonrisa melancólica en el rostro, y con sus dulces palabras solo me pidieron que no me desvelara los días de la escuela.

Ese día empezó algo en mí, como una pequeña llama que poco fue creciendo hasta convertirse en una gran hoguera, empecé a soñar con convertirme en astronauta, la idea de poder ir al espacio y quizás pisar la luna o algún otro planeta me daba una sensación de calidez en el pecho, como si mi destino estuviera allá afuera en la infinidad del universo. Empecé a leer todos los libros sobre el espacio que había en la pequeña biblioteca de mi escuela, absorbiendo todo el conocimiento como una esponja que absorbe el agua.

Por las noches me dedicaba a observar el cielo con mi telescopio, catalogando estrellas, planetas y cometas en una libreta, mis abuelos siempre me acompañaban desde el porche sentados cada uno en una mecedora con aire expectante, y no era si no hasta que yo recogía mi telescopio y me dirigía a la casa que su expresión cambiaba y con una sonrisa y sus miradas llenas de amor me preguntaban con aire cómico que contaba el espacio. A diferencia de otros que les habría parecido una locura mi idea de convertirme en astronauta, ellos me dieron todo el apoyo posible, cada vez que mi abuelo iba a la ciudad me traía algún libro o revista sobre el espacio y cada vez que nos sentábamos a comer y yo empezaba algún monólogo sobre algo que había descubierto en mis muchas horas de lectura ellos siempre me escuchaban atentamente con una sonrisa.

Yo no tenía amigos, no era que lo otros niños fueran malos conmigo, solo que yo les parecía muy extraña, mientras ellos preferían jugar a la pelota o andar en bicicleta yo siempre estaba sumergida en un libro, así que ellos simplemente me ignoraban y yo los ignoraba a ellos, y así fue hasta que una tarde que mi abuelo entró a la sala y anunció que había contratado a algunas personas para que lo ayudaran con la granja, una familia de 5 integrantes que recientemente habían perdido su granja. Mi abuela quedó encantada ante la idea de tener más personas cerca.

Unos días después llegaron los nuevos integrantes,desde una ventana en mi habitación vi la camioneta estacionarse junto al granero que había sido acondicionado como una casa, del lado del conductor bajó un hombre de unos 40 años y caminó hasta donde estaban mis abuelos juntos a la puerta del granero, después uno a uno fueron bajando lo que supuse eran sus hijos, 3 muchachos entre los 25 y los 18 años muy parecidos al primer señor, pensé que la última persona en bajar sería la madre pero cual seria mi sorpresa al ver un niño más o menos de mi edad, este se estiró un poco y luego miró a la casa y cuando me descubrió mirando por la ventana me sonrió y levantó una mano en modo de saludo, yo le regrese la sonrisa y pensé que quizás había encontrado mi primer amigo.

Esa misma noche, mientras yo estaba mirando por mi telescopio lo escuche acercarse sigilosamente, levante mi mirada del telescopio y la posé sobre el que terminó de acortar la distancia entre nosotros, directamente me preguntó si creía en la vida en otro planetas y cuando le contesta que era algo que descubriría cuando me volviera astronauta, me dio otra sonrisa como cuando me descubrió espiando lo la ventana y me preguntó si podía llevarlo conmigo. Desde ese momento nos hicimos inseparables, pasábamos todo el tiempo posible juntos, descubrí que era fanático de la ciencia ficción y como por arte de magia nuestros gustos se complementaron perfectamente.

Pasábamos tardes enteras en la sala de mi casa hablando sobre estrellas, planetas, cohetes y naves espaciales, viendo películas o leyendo cualquier cosa sobre el espacio sin importar si era verídica o recreativa. Una tarde lluviosa mientras veíamos un documental el me contó que hacía poco su madre había muerto de cáncer y su padre tuvo que vender la granja para poder pagar el tratamiento, que si no hubiera sido por mi abuelo probablemente no tendría un techo sobre su cabeza, incluso su abuelo estaba tratando de convencer a sus hermanos de ir a la universidad un par de días a la semana para que en un futuro pudieran cuidar de mi padre y de mi. Después de eso me sentí cómoda para contarle mi propia verdad, que desde que tenía uso de razón sentía que algo en mi faltaba, como un vacío en el pecho que sólo se aliviaba cuando veía el espacio a través de mi telescopio, que la única razón por lo que quería ser astronauta era porque sentía que algo allá afuera me llamaba, justo cuando termine de hablar escuchamos el sonido de platos cayendo, vimos a abuela en la puerta que conducía a la cocina, sus ojos parecían levemente empañados por las lágrimas y podía ver su mano temblar ligeramente mientras recogía los pedazos de porcelana rotos.

Desde ese día mis abuelos empezaron a actuar diferente, mi abuela parecía triste y ojerosa y mi abuelo siempre tenía una expresión de preocupación en su rostro, intenté preguntarles varias veces si todo estaba bien pero ellos eludían mis preguntas una y otra vez, hasta que simplemente deje de preguntar. Sin embargo una noche cuando me dirigía a la cocina a tomar un poco de agua los escuche hablar sobre mi, mi abuelo intentaba convencer a mi abuela de que ya era tiempo de que supiera la verdad, porque tarde o temprano mis padres volverían por mi, por otro lado mi abuela le contestaba que aun yo era muy pequeña para saber la verdad.

Como si una fuerza me empujara abrí la puerta de la habitación y mientras los miraba fijamente exigí saber de qué verdad hablaban, ellos primero se quedaron asombrados y me preguntaron que hacia despierta a esas horas, yo ignorando su pregunta volví a exigir que me dijeran de qué verdad hablaban, ellos compartieron una mirada y mientras las lágrimas corrían por el rostro de mi abuela mi abuelo con un suspiro empezó a contarme una historia.

Hace 13 años estábamos sentados en el porche de la casa cuando vimos una luz estrellarse en el campo, fuimos a ver que había sido y al llegar descubrimos algo parecido a una nave en forma de gota, de ella emergió una hermosa mujer con un pequeño bulto en los brazos, ella telepáticamente nos contó que era la reina de un mundo distante, dicho mundo estaba en guerra y el rey quería comprar la paz dándole a su única hija al enemigo, una criatura cruel que solo deseaba satisfacer su sed de sangre, la única forma de protegerte era ocultándote en un lugar distante hasta el momento que se ganara la guerra. Con ojos llenos de lágrimas nos suplicó que te acogieramos mientras estiraba sus brazos para mostrarte a nosotros, apenas nos viste sonreíste de la forma más dulce del mundo y estiraste tus pequeñas manitas hacia nosotros, al principio pensamos que era una alucinación pero al momento en que tu abuela te tomo en sus abrazos no solo supimos que era real, sino también que era imposible para nosotros negarnos.

Al principio pensé que era una broma, que en cualquier momento mi abuelo se empezaría a reír y luego me daría una pequeña reprimenda por escuchar conversaciones ajenas, pero fue la mirada de abuela, empañada aun por las lágrimas la que me confirmaron que todo era cierto, de repente todo tuvo sentido, las miradas expectantes, las sonrisas aliviadas, mi amor por el espacio y esa sensación de que me faltaba algo, todo encajó perfectamente como las piezas de un rompecabezas. Quise decir algo, pero mi mente aunque estaba en shock por la historia de mi abuelo, o mejor dicho del hombre que pensé que era mi abuelo, justo en el momento que el intento acercarse a mí una luz cegadora entró por la ventana, y la misma fuerza que me había llevado a empujar la puerta para descubrir la verdad me hizo correr escaleras abajo hasta la entrada de la casa, donde desde el porche pude ver la misma nave en forma de gota aterrizar frente a la casa.

Corrí tan fuerte como mis piernas me lo permitieron pero justo antes de llegar paré en seco y gire mi mirada hacia la casa, allí en porche con las macetas de flores a cada lado estaban los que me había criado estos 13 años, a pesar de las lágrimas que corrían por sus rostros me sonreían de la forma tan dulce y amorosa que lo había hecho a lo largo de los años y en ese momento supe que aunque me fuera, siempre tendría un hogar allí al cual volver.

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A star on the horizon

fantasy_g4cb960961_1920.jpgPixabayto darksouls1

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Since I can remember I have been a different child, I never knew my parents, but I am not exactly an orphan. The ones who take care of me are my grandparents, they have given me all the love in the world and have always strived to raise me in the best possible way, trying to make me feel safe and calm.

But despite everything, I feel different, there is something in me that feels incomplete and I'm not talking about the absence of my parents, it's more the fact that I don't feel comfortable on the earth under my feet. We live in a small farmhouse on the outskirts of a town, a 2 story dark blue house with a porch and potted flowers on either side of the entrance, surrounded by corn and wheat fields, we are close enough to town to see the glow of the lights when it gets dark, but far enough away that the glow doesn't keep me from seeing the stars.

I love to see the stars, these bright stars that from afar show us how small and fragile we are in this vast universe, when I was very little I would stay up until the wee hours of the morning looking out my window, trying to guess if those bright points were stars or planets, connecting dots with imaginary lines to create my constellations. I was paralyzed when I heard footsteps in the hallway, thinking that my grandparents would scold me for being awake at those late hours of the night, but that never happened and the next Christmas after my sleepless nights began I received my first telescope, I looked at my grandparents with surprise and they who were sitting on the couch looked at me with a melancholic smile on their faces, and with their sweet words, they only asked me not to stay awake during the school days.

That day something started in me, like a small flame that gradually grew into a big fire, I began to dream of becoming an astronaut, the idea of being able to go into space and maybe step on the moon or some other planet gave me a warm feeling in my chest as if my destiny was out there in the infinity of the universe. I started reading all the books about space in my school's small library, soaking up all the knowledge like a sponge soaks up water.

At night I dedicated myself to observing the sky with my telescope, cataloging stars, planets, and comets in a notebook, my grandparents always accompanied me from the porch sitting each one in a rocking chair with an expectant air, and it was not until I picked up my telescope and went to the house that their expression changed and with a smile and their looks full of love they asked me with a comical air that told me about space. Unlike others who would have thought my idea of becoming an astronaut was crazy, they gave me all the support possible, every time my grandfather went to town he would bring me some book or magazine about space, and every time we sat down to eat and I started some monologue about something I had discovered in my many hours of reading they always listened to me attentively with a smile.

I had no friends, it wasn't that the other kids were mean to me, it was just that I seemed very strange to them, while they preferred to play ball or ride their bikes I was always immersed in a book, so they just ignored me and I ignored them, and so it was until one afternoon when my grandfather came into the living room and announced that he had hired some people to help him with the farm, a family of 5 who had recently lost their farm. My grandmother was thrilled at the idea of having more people around.

I thought that the last person to get out would be the mother but what a surprise to see a boy about my age, he stretched a little and then looked at the house and when he saw me looking out the window he smiled at me and raised a hand in greeting, I smiled back and thought that maybe I had found my first friend.

That same night, while I was looking through my telescope I heard him sneaking up on me, I raised my gaze from the telescope and placed it on him which ended up shortening the distance between us, he directly asked me if I believed in life on other planets and when I answered him that it was something I would discover when I became an astronaut, he gave me another smile like when he discovered me peeping out the window and asked me if I could take him with me. From that moment on we became inseparable, we spent as much time together as possible, I discovered that he was a science fiction fan and as if by magic our tastes complemented each other perfectly.

We would spend entire afternoons in my living room talking about stars, planets, rockets, and spaceships, watching movies, or reading anything about space no matter if it was factual or recreational. One rainy afternoon while watching a documentary he told me that recently his mother had died of cancer and his father had to sell the farm to pay for treatment, that if it hadn't been for my grandfather he probably wouldn't have a roof over his head, even his grandfather was trying to convince his siblings to go to college a couple of days a week so that in the future they could take care of my father and me. After that I felt comfortable to tell him my truth, that ever since I could remember I felt that something in me was missing, like an emptiness in my chest that was only relieved when I saw space through my telescope, that the only reason I wanted to be an astronaut was that I felt that something out there was calling me, just as I finished speaking we heard the sound of dishes falling, we saw grandma in the doorway leading to the kitchen, her eyes seemed slightly misty with tears and I could see her hand shaking slightly as she picked up the broken pieces of china.

From that day on my grandparents started to act different, my grandmother looked sad and haggard and my grandfather always had a worried expression on his face, I tried to ask them several times if everything was okay but they would dodge my questions over and over again until I just stopped asking. However, one night when I was going to the kitchen to get some water I heard them talking about me, my grandfather was trying to convince my grandmother that it was time for me to know the truth because sooner or later my parents would come back for me, on the other hand, my grandmother answered that I was still too young to know the truth.

As if a force was pushing me I opened the door to the room and as I stared at them I demanded to know what truth they were talking about, they were first astonished and asked me what I was doing awake at that hour, ignoring their question I again demanded to know what truth they were talking about, they shared a look and as tears ran down my grandmother's face my grandfather with a sigh began to tell me a story.

13 years ago we were sitting on the porch of the house when we saw a light crashing in the field, we went to see what it was and when we arrived we discovered something like a ship in the shape of a drop, from it emerged a beautiful woman with a small bundle in her arms, she telepathically told us that she was the queen of a distant world, This world was at war and the king wanted to buy peace by giving his only daughter to the enemy, a cruel creature who only wanted to satisfy his thirst for blood, the only way to protect you was to hide you in a distant place until the war was won. With eyes full of tears she begged us to take you in while she stretched out her arms to show you to us, as soon as you saw us you smiled most sweetly in the world and stretched out your little hands towards us, at first we thought it was a hallucination but the moment your grandmother took you in her arms we not only knew it was real, but also that it was impossible for us to refuse.

At first, I thought it was a joke, that at any moment my grandfather would start laughing and then give me a little reprimand for listening to other people's conversations, but it was grandma's look, still blurred by tears that confirmed to me that it was all true, suddenly everything made sense, the expectant looks, the relieved smiles, my love for space and that feeling that I was missing something, everything fit perfectly like the pieces of a puzzle. I wanted to say something, but my mind although in shock from the story of my grandfather, or rather the man I thought was my grandfather, just at the moment he tried to approach me a blinding light came through the window, and the same force that had led me to push the door to discover the truth made me run downstairs to the entrance of the house, wherefrom the porch I could see the same drop-shaped ship land in front of the house.

I ran as hard as my legs would let me but just before I got there I stopped dead in my tracks and turned my eyes towards the house, there on the porch with the potted flowers on either side were the ones who had raised me these 13 years, despite the tears running down their faces they smiled at me sweetly and lovingly they had done over the years and at that moment I knew that even if I left, I would always have a home there to return to.

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Fotos editadas en Photoshop
Separadores hechos en Picsart

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