A brave woman from Louisiana, must survive in the city of Chicago to much more than the harsh working conditions, racial exclusion and poverty, facing something unknown
ESPAÑOL
A mediados del siglo XX la explosión industrial en los Estados Unidos, comenzaba a marcar el desarrollo de lo que hoy conocemos como la industria de la manufactura, grandes edificios se levantaban en las afueras de las ciudades más importantes para albergar a las grandes máquinas, que fabricarían todo lo necesario para impulsar la floreciente economía. Esto inevitablemente, atrajo la inmigración de las personas del campo a las zonas de desarrollo en busca de mejorar sus condiciones de vida, cosa que parecía ser algo más que un sueño y en muchos casos, pasó a transformarse en pesadillas aterradoras manifestándose no solo en el estilo de vida, sino también en las múltiples leyendas de cosas paranormales, que surgieron a partir de los hechos ocurridos durante las construcciones.
Whitney es una de esas tantas mujeres de color que trató de progresar, viajando a Chicago para conseguir empleo en una fábrica de costura, escapando de la atroz situación que vivía a diario en Luisiana, su estado natal, donde la exclusión racial y las persecuciones tan solo por su color de piel, la ponían prácticamente al mismo nivel de una esclava de la época colonial, algo que ella tenía la esperanza de cambiar por completo en las ciudades, donde los derechos humanos de las mujeres parecían mejorar según relataban los periódicos y panfletos de activistas de lucha que habían llegado a sus manos.
Durante horas de la noche en medio de un desolado terminal, abordó el autobús a la ciudad de la compañía Greyhound, estando obligada a subir por la puerta trasera y sentarse en el último puesto, alejada de todos los demás pasajeros, ya que era la única hora y asiento disponible que podía usar la gente como ella, mientras sentía las miradas de desprecio del resto de las personas que se consideraban superiores de alguna forma.
A pesar de eso, esta valiente mujer no amilanó ni por un momento sus ánimos de glorias y libertad, recorriendo el largo camino que le esperaba de más de 15 horas, alimentándose solo con un paquete de galletas y un recipiente de agua que llevaba oculto en un pequeño bolso, mientras veía por la ventana como quedaba atrás su pequeño pueblo desvaneciéndose igual que sombras entre la penumbra de la carretera. Su único equipaje para la aventura era una maleta cocida con sus propias manos, donde guardó lo que significaba su vida, lo cual era tan solo dos mudas de ropa, un álbum de recuerdos y un diario donde escribía todo de manera detallada.
Los rayos del sol iluminaron su asiento avisándole que estaba amaneciendo, reflejándose directamente en su cara desde la ventana del autobús observando las construcciones de la ciudad que jamás había visto, moles de concreto que eran mucho más imponentes de lo que siquiera había llegado a imaginar. En la estación de transportes la esperaba un amigo que tenía ya tiempo viviendo en la urbe, el cual además formaba parte de un famoso grupo de resistencia llamado las panteras negras, el oscuro personaje llevaba dos vidas paralelas, una pública como obrero de la construcción y otra como enlace entre las pandillas y la mafia de ese entonces, que controlaba todo el negocio de las grandes obras con los llamados sindicatos, los cuales que tenían especial interés en mantener la paz con los protestantes para evitar que interfirieran en sus actividades ilícitas.
Whitney, sin embargo, no estaba interesada en participar activamente en las organizaciones de derechos como su compañero, pero si fue indirectamente beneficiada con un favor que luego debería pagar cuando se lo solicitaran, cosa a la que accedió, sin otra alternativa para poder tener techo, comida y trabajo, en una época donde nadie sobrevivía sin el respaldo de alguna organización, mucho menos, viniendo de un lugar tan pobre como ella, que apenas sabía leer y que para lo único que era buena seria para coser ropa, gracias a los conocimientos que le transfirió su madre desde pequeña.
Casi de inmediato, comenzó sus labores en una famosa fábrica de una marca de pantalones como costurera. Su primer día de trabajo derrumbó por completo las expectativas de tener un mejor trato al que estaba acostumbrada, sumergiéndose en un ambiente hostil y corrosivo que aplastó sus sueños, bajo el látigo inclemente de las palabras ofensivas del capataz de la empresa, que le ubicó con desprecio como a todas las demás con su color de piel en el turno de la noche, donde solo algunas personas laboraban para disminuir el ruido de las máquinas, logrando así también, que no fuera tan evidente la cantidad de obreros en precarias condiciones que mantenían como empleados.
A pesar de lo duro, esta vida al menos le daba algunas mejoras con respecto al trato inhumano que recibía en Luisiana, acostumbrándose rápidamente a trabajar toda la noche, cosa que le permitió cubrir más horas de jornada cuando sus compañeras faltaban, ganando así unas pocas monedas adicionales.
Una de esas tantas noches la ciudad celebraba una festividad, cosa que hacía la mayoría de los creyentes estando con sus familias, pero ella sencillamente no tenía a nadie y su amigo no era precisamente la persona ideal para compartir un momento agradable. Por este motivo, se ofreció para trabajar su turno normalmente, aunque ella estuviera totalmente sola en la plenitud de la fábrica, cosa que poco a poco la sumergirá en un mundo aterrador con el cual nunca pensó en toparse.
Continuará…
Esta historia es ficticia y no representa a nadie en particular.
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ENGLISH
In the mid-twentieth century, the industrial explosion in the United States began to mark the development of what we know today as the manufacturing industry, large buildings were erected on the outskirts of major cities to house the large machines that would manufacture everything needed to power the booming economy. This inevitably attracted the immigration of people from the countryside to the development areas in search of better living conditions, which seemed to be more than just a dream and in many cases, turned into terrifying nightmares manifesting not only in the lifestyle, but also in the many legends of paranormal things, which arose from the events that occurred during the constructions.
Whitney is one of those many women of color who tried to progress, traveling to Chicago to get a job in a sewing factory, escaping from the atrocious situation she lived daily in Louisiana, her native state, where racial exclusion and persecution just because of her skin color, put her practically at the same level of a slave of the colonial era, something she hoped to change completely in the cities, where the human rights of women seemed to improve according to the newspapers and pamphlets of activists who had come into her hands.
For hours of the night in the middle of a desolate terminal, she boarded the Greyhound bus to the city, being forced to board through the back door and sit in the last seat, away from all the other passengers, as it was the only available time and seat that people like her could use, while feeling the looks of contempt from the rest of the people who considered themselves superior in some way.
In spite of that, this brave woman did not for a moment discourage her desire for glory and freedom, traveling the long road that awaited her for more than 15 hours, feeding herself only with a package of cookies and a container of water that she carried hidden in a small bag, while she saw through the window how her small town was left behind, fading away like shadows in the darkness of the road. His only luggage for the adventure was a suitcase cooked with his own hands, where he kept what meant his life, which was only two changes of clothes, a scrapbook and a diary where he wrote everything in detail.
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The sun's rays illuminated her seat warning her that dawn was breaking, reflecting directly on her face from the bus window, observing the constructions of the city that she had never seen before, concrete masses that were much more imposing than she had ever imagined. At the bus station a friend who had been living in the city for some time was waiting for her, who was also part of a famous resistance group called the Black Panthers, the dark character led two parallel lives, one public as a construction worker and the other as a liaison between the gangs and the mafia of that time, which controlled all the business of the big construction sites with the so-called unions, which had a special interest in keeping peace with the protesters to prevent them from interfering in their illicit activities.
Whitney, however, was not interested in participating actively in the rights organizations like her companion, but she was indirectly benefited with a favor that she would have to pay when requested, which she agreed to do, without any other alternative to have a roof, food and work, in a time when nobody survived without the support of any organization, much less, coming from a place as poor as her, who barely knew how to read and the only thing she was good at was sewing clothes, thanks to the knowledge that her mother had transferred to her since she was a little girl.
Almost immediately, she started working as a seamstress in a famous trouser factory. Her first day of work completely collapsed the expectations of having a better treatment to which she was accustomed, immersing herself in a hostile and corrosive environment that crushed her dreams, under the inclement whip of the offensive words of the foreman of the company, who placed her with contempt like all the others with her skin color in the night shift, where only some people worked to reduce the noise of the machines, thus achieving also, that it was not so evident the amount of workers in precarious conditions that they kept as employees.
Despite the harshness, this life at least gave her some improvement over the inhumane treatment she received in Louisiana, quickly getting used to working all night, which allowed her to cover more hours when her coworkers were absent, thus earning a few extra coins.
One of those many nights the city was celebrating a holiday, which most believers did when they were with their families, but she simply had no one and her friend was not exactly the ideal person to share a pleasant moment. For this reason, she volunteered to work her shift normally, even though she was all alone in the fullness of the factory, which will gradually plunge her into a terrifying world she never thought of encountering.
To be continued...
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Thank you for reading
This story is fictional and does not represent anyone in particular.
This is an Original Story written by @susurrodelmisterio for Hive
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