[ESP-ENG] Medicamentos

in #hive-1324102 years ago


Foto de Adrian Swancar en Unsplash

Si dudo, si me alucino, vivo. Si me engaño, existo. ¿Cómo engañarme al afirmar que existo, si tengo que existir para engañarme?

— San Agustín


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Me siento cansado y algo confundido. Mi cama es un calabozo con grilletes que no me dejan escapar. La luz pasa por mi ventana y se vuelve tenue, luego se esfuma dejando un gesto de gracia burlón para mi suerte. Todo es silencio. Imágenes traslúcidas y transparentes de rostros que no conozco pasan frente a mí como un desfile. Trato de romper mis grilletes, pero es inútil, soy como un cadáver atado a un féretro.

¿Este es el fin? No, no es el fin. Aún me quedan las últimas notas de mi guitarra.

Trato de levantarme de nuevo y esta vez lo logro despacio. Quiero llegar a ella; a mi fiel compañera musical, y tocar unas notas para este abismo traslúcido de bailes y sonrisas raras.

Un paso a la vez; una pierna hacia adelante y la otra después. ¡Dios! ¿Por qué todo tengo que pensarlo ahora?

—Cariño, ¿olvidaste otra vez tomarte tus medicamentos?

Finalmente, apareció; la ninfa de esta tortura onírica, la precursora de este escenario espectral lleno de sombras y transparencias inquietas. Ella fue mía alguna vez, pero se ha ido; ahora pertenece a otro lugar. Extrañé su cuerpo, pero su alma ha sido como navajas enterradas en mis pies.

—¡Sharon! —Murmuré su nombre, no debí hacerlo; lo olvidé por completo. ¡Maldita sea!

Intenté divisar su imagen cristalina y difusa, pero mis ojos me ardían. Aun así, pude contemplar su flequillo. Su pelo lacio, oscuro y largo hasta la cintura. Su rostro fino y ojos pequeños, aunado con su sensual cuerpo pronunciado y delgado. Esta vez vestía diferente; llevaba una blusa sin mangas ni tirantes, era tan corta que exponía su perfecto abdomen. Sus piernas estaban descubiertas, ya que solo tenía un short tipo jean bastante corto.

Estaba idiotizado y, como pude, volví a levantar la mirada. Parpadeé dos veces; y a la segunda, volví a estar tumbado en la cama, pero esta vez con los brazos y las piernas extendidas hasta el límite. Miré hacia mi izquierda y Sharon emergía del borde. La cama comenzó a hacerse tan ancha que parecía un enorme desierto de sábanas azules.

Sharon se arrastraba directo hacia mí, su cuerpo se estiraba y serpenteaba igual a un ser reptante. Cuando estuvimos cara a cara, me miró fijamente y volvió a susurrar:

—Cariño, ¿olvidaste otra vez tomarte tus medicamentos?

Un espasmo poderoso de miedo tocó desde la punta de mis pies hasta mis sienes. Mis ojos se abrieron hasta el límite y en un impulso desesperado comencé a gritar. La adrenalina de mi cuerpo, acelerada por el motor espantado de mi corazón, hicieron que reaccionara y logré levantarme de la cama. Corrí hacia la puerta y caí al pasillo. El camino se había transformado en un sendero vertiginoso y difuso. Anduve despacio, para no caerme de nuevo hasta llegar a la sala.

Mis amigos se encontraban allí; divirtiéndose, tomando licor y tocando canciones con sus instrumentos. Todos me observaban con rostros cambiantes y transparentes; como imágenes de una película vieja. Detrás de cada uno de ellos pasaba Sharon; tranquila y sensual, con un vaso con cerveza en la mano.

Me ofreció la bebida y yo la tomé desesperado como si tuviese una sed incorregible. La sala cambiaba. Los sillones se deformaban. Las luces eran absorbidas por las sombras que se agigantaban desde las esquinas. Las figuras de mis amigos se distorsionaban hasta solo quedar de ellos siluetas abstractas y mal compuestas. El vaso de cerveza en mi mano se hacía tan pequeño hasta conseguir el tamaño de una píldora.

Sharon me miró fijamente otra vez. Mis ojos se fusionaron con los suyos. Ella, aunque me daba miedo, no dejaba de atraerme su singular apariencia dispersa.

—Cariño, ¿olvidaste otra vez tomarte tus medicamentos?

En ese instante, hubo dolores insostenibles en mi cabeza, mi vista se nubló por completo y me desmayé.

Desperté horas después en el hospital. Una enfermera me ajustaba la inyección intravenosa, mientras yo abría y cerraba los labios lentamente. Los ojos me dolían, todo parecía haber vuelto a la normalidad: el tono de las luces, la forma de los objetos y las personas; Estaba nuevamente dentro de mis cabalidades lúcidas.

De repente, una mano se deslizó por mi mano izquierda, robando toda mi atención. Era Sharon otra vez, su imagen era completamente clara ahora. Me miró agitando su cabeza lentamente de un lado a otro. Intenté decirle algo, pero ella en un chasquido desapareció. Otra vez, he olvidado tomarme mis medicamentos.

FIN

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If I doubt, if I hallucinate myself, I live. If I deceive myself, I exist. How can I deceive myself by affirming that I exist, if I have to exist to deceive myself?

— St. Augustine

I feel tired and somewhat confused. My bed is a dungeon with shackles that won't let me escape. The light passes through my window and becomes dim, then fades away leaving a mocking gesture of grace for my luck. All is silence. Translucent and transparent images of faces I don't know pass in front of me like a parade. I try to break my shackles, but it is useless, I am like a corpse tied to a coffin.

Is this the end? No, it is not the end. I still have the last notes of my guitar left.

I try to get up again and this time I do it slowly. I want to reach her; my faithful musical companion, and play a few notes for this translucent abyss of dances and weird smiles.

One step at a time; one leg forward and the other after. God! Why do I have to think about everything now?

"Honey, did you forget to take your meds again?"

Finally, she appeared; the nymph of this dreamlike torture, the forerunner of this spectral scenario full of restless shadows and transparencies. She was mine once, but she's gone; she belongs elsewhere now. I missed her body, but her soul has been like razors buried in my feet.

"Sharon!" I mumbled her name, I shouldn't have; I forgot all about it, damn it!

I tried to make out his crystalline, fuzzy image, but my eyes burned. Still, I could see her bangs. Her straight, dark, waist-length hair. Her thin face and small eyes, coupled with her sensual body, are pronounced and slender. This time she was dressed differently; she was wearing a sleeveless, strapless blouse, so short that it exposed her perfect abdomen. Her legs were uncovered, as she only had on a pair of short jean shorts.

I was idiotic and, as best I could, I looked up again. I blinked twice; and by the second time, I was again lying on the bed, but this time with my arms and legs stretched out as far as they would go. I looked to my left and Sharon was emerging from the edge. The bed began to get so wide that it looked like a huge desert of blue sheets.

Sharon crawled straight toward me, her body stretching and wriggling like a crawling creature. When we were face to face, she stared at me and whispered again:

"Honey, did you forget to take your meds again?"

A powerful spasm of fear touched from the tips of my toes to my temples. My eyes widened to the limit and in a desperate impulse, I began to scream. The adrenaline in my body, accelerated by the frightened engine of my heart, made me react and I managed to get out of bed. I ran to the door and fell into the hallway. The path had turned into a dizzying and diffuse path. I walked slowly, so as not to fall again until I reached the living room.

My friends were there; having fun, drinking liquor, and playing songs with their instruments. They were all watching me with changing and transparent faces; like images from an old movie. Behind each of them passed Sharon; quiet and sensual, with a glass of beer in her hand.

She offered me the drink and I took it desperately as if I had an incorrigible thirst. The room was changing. The armchairs were deformed. The lights were absorbed by the shadows that grew larger from the corners. The figures of my friends were distorted until only abstract and poorly composed silhouettes remained. The glass of beer in my hand rose so small it was the size of a pill.

Sharon stared at me again. My eyes merged with hers. Though she frightened me, she never failed to attract me with her unique scattered appearance.

"Honey, did you forget to take your meds again?"

At that instant, there were unbearable pains in my head, my vision blurred completely and I fainted.

I woke up hours later in the hospital. A nurse was adjusting my intravenous injection, while I slowly opened and closed my lips. My eyes hurt, and everything seemed to have returned to normal: the hue of lights, the shape of objects and people; I was back inside my lucid head.

Suddenly, a hand slipped through my left hand, stealing all my attention. It was Sharon again, her image was completely clear now. She looked at me shaking her head slowly from side to side. I tried to say something to her, but she is a snap disappeared. Again, I forgot to take my meds.

THE END

Los logotipos y la imagen del título se tomaron de freepng y los separadores los creé yo en PowerPoint. | The logos and title image were taken from freepng and the separators were created by me in PowerPoint.

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I loved your story, the meds blew your mind and seeing Sharon. Have a happy day.

Thank you, I'm glad you liked it. Have a nice weekend.

Excelente relato; aderezado con una pizca de poesía. Los delirios forman un fantasía ante la realidad, al final supo que era todo falso.
Un gusto siempre poder leer contenido tan bueno por aqui.
Excelente tarde.

Gracias por leerme, es un placer contar con tu comentario y apreciación
¡Feliz noche!


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Los medicamentos más allá de ser nocivos para nuestro organismo, nos ayudan a mantener la lucidez en la presente realidad, pues sin ellos podríamos terminar siendo protagonistas de un delirio del que no sabríamos como lidiar.

Ni quisiera imaginar lo que uno es capaz de ver en esas circunstancias; momentos tan aterradores similares a cualquier espacio sombrío. La narrativa nuevamente es muy impactante, sumergiendo al lector en una sucesión de imágenes cargadas de adrenalina e intensidad.

Un gran gusto poder leer este tipo de contenido. Un gran saludo y excelente noche.

Son un mal necesario, especialmente para ciertas personas con trastornos fuertes como el protagonista.

Tu comentario es un placer, gracias por eso. Últimamente he estado falto de ideas, pero necesito cambiar eso rápido.

Saludos, amiga, un fuerte abrazo y feliz noche.

Un relato que nos sumerge en la locura del personaje para hacernos sentir la angustia en la que vive tras olvidar tomar sus medicamentos. Disfruté, como siempre, lo bien que describes las sensaciones, los personajes y el lugar. Excelente narrativa, amigo. Espero que lluevan más ideas pronto sobre tu escritorio, relajarse y no pensar en ello siempre ayuda. Saludos.

Gracias por tu comentario, amigo. Seguiré tú consejo. A veces es difícil tener, pero si llega aunque sea un minúsculo resplandor de la musa.
Mis mejores vibras para ti.