Ante todo envío un cordial saludo a la vez que los felicito por el estreno de la Comunidad La Colmena, deseándoles el mayor de los éxitos, en esta importante iniciativa de crear un sitio para la publicación de contenido en idioma español, de carácter general.
Desde hace algunos meses inicié la publicación de una serie de post, con motivo de haber recibido una significativa colección de muñecos, que había pertenecido a mi suegra Malú. El primer contenido lo publiqué en una comunidad que por tratar el tema familia no hubo incongruencia alguna, pero para las siguientes publicaciones se me presentó la complicación para definir dónde publicar, esto por tratarse de muñecos que en su mayoría no son para jugar, sino souvenirs de uso ornamental y que, por lo tanto, no existía una comunidad específica para ese tema. Ahora me complace saber que cuento con este espacio, y que puedo continuar con la mencionada serie, sin ningún contratiempo. Así qué, con mucho cariño va mi primera publicación para La Colmena.
Mi pincel Heinrich
Cada día que pasa, descubro y me sorprendo más y más, con todo la riqueza cultural contenida, en este caso concreto, en cada una de las piezas que conforman la colección Las Muñecas de Malú, porque lo que podríamos catalogar solo como un artículo ornamental, se convierte en una inmensa fuente de aprendizaje, con tan solo poner la atención en uno de ellos y es que si reflexionamos en esto último, concluiremos en que todo en esta vida es algo más que lo que vemos.
Después de este preámbulo les cuento que en esta oportunidad, captó mi atención un curioso muñeco que a primera vista tuve la ligera impresión de que pudiera tratarse de un detective, por el tipo de traje y el uso de bigotes, lentes y sombrero. Sin embargo, aún no estaba convencida, pues debía pensar en alguna pista, por medio de la cual pudiera partir una investigación, que me llevara a descubrir quien sería ese personaje representado por el muñeco en cuestión.
De modo que en la búsqueda de la anhelada pista, por mi cabeza circulaban innumerables historias producto de mi imaginación. Hasta que me di cuenta de que aquel muñeco llevaba un pequeño folleto sujetado en una de sus manos.
Seguidamente, con muchísimo cuidado, procedí a retirar aquel folleto de la mano del muñeco y cuál sería mi sorpresa cuando me topé con un desplegable que contenía la información que tanto buscaba: el muñeco es una réplica de Rudolf Heinrich Zille, quien fuera un famoso dibujante y fotógrafo de origen alemán, (1858 - 1929), cuyos dibujos eran muy divertidos porque contaba con una especial habilidad para reflejar los caracteres típicos del pueblo berlinés, al punto que muchos de sus dibujos eran publicados en un semanario satírico alemán de nombre Simplicissimus de amplia circulación para la época.
Características del muñeco
Es un muñeco de unos 15 centímetros de altura, está elaborado con alambre y mecate, su traje está confeccionado en gamuza muy fina y al parecer su cabeza es de anime forrado en tela, trae un sobrero de fieltro negro.
El folleto del cual le hablé anteriormente, en realidad representa el cuaderno de dibujo con el que Rudolf Heinrich Zille siempre andaba y en este caso es un desplegable que viene con algunos de sus emblemáticos dibujos impresos y unas palabras escritas por su hija Margarete Köhler-Zille.
El texto comienza con un saludo de su hija dirigido a todos los Berlineses, amigos e invitados de Berlín, dice que en sus manos ahora tienen a un Pincel Heinrich, como popularmente era conocido. También expresa que la figura fue elaborada y puesta a la venta en Alemania con motivo de cumplirse 40 años del fallecimiento del famoso dibujante y fotógrafo, dice que aunque su papá está muerto su obra sigue tan viva como en los tiempos cuando él andaba por el norte de Berlín y por el este con su sombrero, sus lentes y su cuaderno de dibujo, dice que aunque Berlín no es como el Berlín que conoció su papá. Los tiempos han cambiado y seguramente él también estaría feliz de ver esos cambios, con los cuales también contribuyó a través de sus dibujos y que eso la hace a ella sentirse muy feliz, por ser hija de él y exclama: Ahora usted carga a un Pincel Heinrich, alégrese usted cada vez que lo vea,él realmente se lo ganó, ¿verdad?
al final está la firma de Margarete Köhler-Zille, hija de Rudolf Heinrich Zille
Hasta aquí mi reseña acerca del muñeco Rudolf Heinrich Zille, el mismo que ahora con gran alegría sostengo en mis manos, consciente de quién se trata y de la energía que, a través de este muñeco, su hija nos brindó como un hermoso homenaje a su famoso padre.
Espero que esta publicación haya sido del agrado de todos. Por ahora me despido hasta una próxima oportunidad. Chao, chao
Todas las fotografías son de mi propiedad, tomadas con un celular Samsung A03, y los collages fueron realizados con la aplicación gratuita Canva.
English
First of all, I send a cordial greeting and congratulate you for the recently launched La Colmena Community, wishing you the greatest success in this important initiative to create a site for the publication of general content in Spanish.
A few months ago I started publishing a series of posts, because I received a significant collection of dolls, which had belonged to my mother-in-law Malú. The first content was published in a community that dealt with the family theme, so there was no incongruence, but for the following publications I had the complication to define where to publish, because most of the dolls are not for playing, but souvenirs for ornamental use and, therefore, there was not a specific community for that topic. Now I am pleased to know that I have this space, and that I can continue with the mentioned series, without any setback. So, with much affection goes my first publication for La Colmena.
My Heinrich brush
Every day that passes, I discover and I am more and more surprised with all the cultural richness contained, in this particular case, in each of the pieces that make up the collection Las Muñecas de Malú, because what we could classify only as an ornamental article, becomes an immense source of learning, just by paying attention to one of them, and if we reflect on the latter, we will conclude that everything in this life is something more than what we see.
After this preamble, I tell you that this time, a curious doll caught my attention and at first glance I had the slight impression that it could be a detective, because of the type of costume and the use of mustaches, glasses and hat. However, I was still not convinced, because I had to think of some clue, through which I could start an investigation that would lead me to discover who the character represented by the doll in question might be.
So, in the search for the longed-for clue, countless stories circulated in my head, the product of my imagination. Until I realized that the doll was holding a small booklet in one of its hands.
Then, with great care, I proceeded to remove the brochure from the doll's hand and to my surprise I came across a foldout that contained the information I was looking for: the doll is a replica of Rudolf Heinrich Zille, who was a famous German cartoonist and photographer, (1858 - 1919), whose drawings were very funny because he had a special ability to reflect the typical characters of the Berlin people, to the point that many of his drawings were published in a German satirical weekly called Simplicissimus of wide circulation for the time.
Characteristics of the doll
It is a doll of about 15 centimeters high, is made of wire and rope, his costume is made of a very thin fabric and apparently his head is made of anime lined with fabric, brings a black felt hat.
The booklet I told you about earlier actually represents the sketchbook that Rudolf Heinrich Zille always walked around with and in this case it is a foldout that comes with some of his iconic drawings printed and a few words written by his daughter Margarete Köhler-Zille.
The text begins with a greeting from his daughter addressed to all Berliners, friends and guests of Berlin, she says that in their hands they now have a Heinrich Brush, as he was popularly known. She also says that the figure was made and put on sale in Germany on the occasion of the 40th anniversary of the death of the famous cartoonist and photographer, she says that although her father is dead his work is still as alive as in the times when he walked around the north of Berlin and the east with his hat, his glasses and his sketchbook, she says that although Berlin is not like the Berlin that her father knew. Times have changed and surely he would also be happy to see those changes, with which he also contributed through his drawings and that makes her feel very happy, being his daughter and exclaims: Now you carry a Heinrich Brush, rejoice every time you see him, he really earned it, didn't he?
At the end is the signature of Margarete Köhler-Zille, daughter of Rudolf Heinrich Zille.
So much for my review of the Rudolf Heinrich Zille doll, the same one that I now hold in my hands with great joy, aware of who it is and of the energy that his daughter gave us through this doll as a beautiful tribute to her famous father.
I hope this publication has been to everyone's liking. For now I say goodbye until next time. Bye bye
All photographs are my own, taken with a Samsung A03 cell phone, and the collages were made with the free Canva application.
Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)
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By @ylich