Hoy ha sido un bello día, de mucho trabajo y diversión.
¡¿Qué?! ¿Trabajo en Navidad?
Pues sí, así es la cosa cuando uno trabaja con la Tierra, cuando no se trabaja exclusivamente por recompensas materiales, sino que por lograr una vida en que sabes de donde viene tu alimento, de donde vienen los materiales con los que levantas tu refugio, de donde viene el agua que te quita la sed.
Cortando y pelando varas de sauce
Pero en la medida en que avanzas, se siente menos como un trabajo y más como una relación amorosa, de cuidado mutuo. No es fácil llegar a verlo así porque nos entrenaron desde chiquititos para competir. Para dominar a la Naturaleza y alzarnos sobre ella. Así nos dijeron que seríamos personas de bien, mientras más lejos estuviesen nuestras manos del suelo.
Creando estructuras para sostener las habas que van creciendo irregularmente para buscar la luz
Para mi el regalo ya está y no viene envuelto en plástico bajo un árbol de plástico, adornado con más plástico. El regalo es este bello planeta y todo lo que nos ofrece. Hay que ir abriendo los ojos cada día un poquito más para poder percibir de cuanto hay por agradecer.
¡Una flor de arveja fucsia! Nunca había visto una así.
Tampoco me parece mal que hayan celebraciones y que las personas se reunan a compartir un buen momento. Solo llamo la atención a vivir cada día con un poco más de consciencia. Cada día un poco menos atrapados en el juego del consumo y mejorando nuestra relación con el entorno (no solamente humano).
Qué disfruten las festividades 🌱