Es- A través del visor de mi Canon 60D, me encontraba inmerso en un mundo de emociones y momentos efímeros mientras capturaba a mis dos hijas. En el rincón de nuestro hogar, su madre peinaba con ternura el cabello de una de ellas, creando un instante de conexión única entre madre e hija.
El suave clic de mi cámara resonaba en la habitación mientras ajustaba mi lente 50mm f1.4, buscando el equilibrio perfecto entre la nitidez y el desenfoque. Quería capturar no solo la imagen física, sino también la esencia de ese momento especial. La luz natural se filtraba suavemente, iluminando sus sonrisas y la complicidad entre las dos.
Mientras una de mis hijas disfrutaba del cuidado maternal, la otra se sumergía en un mundo digital, jugando con un teléfono. La modernidad se mezclaba con la tradición, y mi cámara se convertía en un testigo silencioso de esa amalgama de momentos cotidianos.
Cada fotografía se volvía una ventana al pasado, un recuerdo congelado en el tiempo. Los tonos suaves y el bokeh cautivador del lente añadían un toque poético a la escena, elevando la simple rutina familiar a una obra de arte visual.
A medida que revisaba las imágenes en la pantalla de mi cámara, me di cuenta de la magia que se había tejido en ese rincón hogareño. La fotografía no solo documenta, sino que también eterniza, convirtiendo lo ordinario en extraordinario. En cada clic, encontré la belleza en la simplicidad de la vida diaria, transformando un instante efímero en un recuerdo imperecedero para nuestra familia.
Eng-
Through the viewfinder of my Canon 60D, I found myself immersed in a world of emotions and fleeting moments as I captured my two daughters. In the corner of our home, their mother tenderly styled the hair of one of them, creating a unique connection between mother and daughter.
The soft click of my camera resonated in the room as I adjusted my 50mm f1.4 lens, seeking the perfect balance between sharpness and blur. I wanted to capture not only the physical image but also the essence of that special moment. Natural light filtered gently, illuminating their smiles and the complicity between the two.
While one of my daughters enjoyed maternal care, the other immersed herself in a digital world, playing with a phone. Modernity blended with tradition, and my camera became a silent witness to this amalgamation of everyday moments.
Each photograph became a window to the past, a frozen memory in time. The soft tones and captivating bokeh of the lens added a poetic touch to the scene, elevating the simple family routine to a visual work of art.
As I reviewed the images on my camera's screen, I realized the magic that had unfolded in that homey corner. Photography not only documents but also immortalizes, turning the ordinary into the extraordinary. With each click, I found beauty in the simplicity of daily life, transforming a fleeting moment into an everlasting memory for our family.
| Camera | Lens |
|---|---|
| Canon 60d | ultrasonic 50mm f1.4 |
Muchas gracias por llegar hasta aquí... Espero que hayan sido de su agrado las fotos... saludos a todos y tengan un excelente dia...
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