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Tengo una terrible situación con mis archivos fotográficos. Resulta que mis dos discos, en los que guardo las fotografías de toda mi vida tienen problemas. Uno se niega a abrir aquí en mi laptop (en la vieja Mac tampoco quería). Un día lo llevé a la Revista donde trabajo e hizo como que quería mostrarme algo, pero se quedaba como mareado. El otro funciona un poco mejor, aunque muchas carpetas reaccionan también como si estuvieran en un limbo. He estado desconsolada con ese tema por mucho tiempo. Para colmo, encontré una secuencia de imágenes con las que gané una mención especial en un Concurso de Fotografía Deportiva, y por más que las busco en la web tampoco están. No lo entiendo. Iré en busca de la edición en papel a ver si por casualidad existe en la Revista Bohemia.
Por lo pronto, me tomo el atrevimiento de mostrárselos aquí, con la certeza de que, al menos en Hive, no será borrado.
Esta es mi entrada en el #Monomad Challenge.
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En mi mano sigue bailando
La primera vez que mostré estas fotografías alguien dijo que sintió el hormigueo del trompo en la palma de su mano. Y es que este fue uno de los juegos con los que crecimos. Viendo bailar al trompo, danzaba también nuestra imaginación.
Ciertamente muchos pasatiempos, han quedado relegados ante peligrosas golosinas tecnológicas. Éramos tan felices entonces jugando al pon, las bolas, las escondidas, el veo-veo, empinando papalotes o chiringas, bailando trompos…
Hoy vemos con tristeza a muchos niños y adolescentes desperdiciar ese hermoso tiempo que no vuelve, ¿escuchando? música inapropiada, vanagloriándose, ellos y hasta sus padres, de saberse sus letras al dedillo. Los videojuegos cada día se apoderan de la imaginación de los más pequeños de casa y a no dudarlo algunos prefieren que sus hijos estén “seguros” frente al Tablet o la PC, o quizás ganar algo del escaso tiempo de ese modo, porque de otro, implicaría supervisarlos o llevarlos al parque, la excursión o al museo, por citar otras opciones más educativas.
Junto a las anteriores reflexiones, me place compartir esta serie de imágenes y algunas remembranzas: aquella sensación del trompo sobre mi mano, no la olvido. También recuerdo que la primera vez lo solté, mientras reía con algo de temor, no lo niego. Pero volví a tenerlo ahí en el centro de mi mano y lo miré largamente mientras duró su baile.
I have a terrible situation with my photographic archives. It turns out that my two disks, on which I keep my life's photographs, are having problems. One refuses to open here on my laptop (on the old Mac it didn't want to either). One day I carried it to the magazine where I work and it made like it wanted to show me something, but it kept getting dizzy. The other one works a little better, although many folders also react like they're in limbo. I've been heartbroken over that issue for a long time. To top it off, I found a sequence of images with which I won a special mention in a Sports Photography Contest, and no matter how hard I look for them on the web they are not there either. I don't get it. I will look for the paper edition to see if by any chance it exists in Bohemia Magazine.
For now, I take the liberty of showing them here, with the certainty that, at least in Hive, it won't be deleted.
This is my entry in the #Monomad Challenge.
In my hand it still dances
The first time I showed these pictures someone said they felt the tingling of the spinning top in the palm of their hand. And this was one of the games we grew up with. Watching the spinning top dance, our imagination danced as well.
Certainly many pastimes have been relegated to dangerous technological treats. We were so happy then playing pon, balls, hide-and-seek, peek-a-boo, or we had flying kites or chiringas, dancing that things of spinning tops..
Today we sadly see many children and teenagers wasting that beautiful time that never comes back, listening to inappropriate music, boasting, they and even their parents, of knowing their lyrics. Video games are taking over the imagination of the little ones at home every day and, without a doubt, some prefer their children to be "safe" in front of the Tablet or the PC, or perhaps gain some of the scarce time that way, because otherwise, it would imply supervising them or taking them to the park, the excursion or the museum, to mention other more educational options.
Along with the above reflections, I am pleased to share with you this series of images and some memories: that sensation of the spinning top in my hand, I do not forget it. I also remember that the first time I let go of it, while laughing with some fear, I do not deny it. But I had it there again in the center of my hand and I looked at it for a long time while it danced.
Camera | NIKON D300S |
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Location | Havana, Cuba |