Hola querido hiver.
El pasado viernes esperábamos lluvia abundante durante toda la jornada. Sin embargo, la borrasca nos tenía preparada una agradable sorpresa: tras llover sin descanso desde primera hora de la mañana, al poco de pasar el mediodía comenzaron a caer del cielo tímidos copos de nieve.
Al estar las superficies tan mojadas era difícil que la nieve cuajara. Pero no dejó de nevar durante horas y se fue depositando una capa blanca que se espesaba poco a poco.
Cuando se hizo la hora de salir a dar el paseo de mi perrito Rocky llovía de nuevo, por lo que hice algunas fotografías pensando que el agua disolvería pronto la nieve. Para estar haciendo equilibrios sosteniendo un teléfono, un paraguas y con un perrito asustado tirando de la correa me conformo y las doy por buenas, jeje.
La lluvia cesó en seguida y el frío aumentó durante la noche. Al despertar el sábado disfrutamos de un bonito paisaje nevado y, evidentemente, salí a capturarlo.
Me encaminé al parque cercano a mi casa, pues no había tenido oportunidad de verlo con nieve hasta ahora. Qué bonitas imágenes construye sobre los elementos que acostumbramos a ver.
En un lado del parque está la piscina pública del barrio. Allí nadie había podido acceder a la nieve que se extendía sobre el césped. Ni un rastro de huellas.
La mayor parte de los caminos estaban accesibles, se podía transitar con relativa seguridad. Me dirigí al jardín inglés, en busca de los elementos que quiero usar como guía para comparar la evolución de las estaciones del año en el parque.
Me encanta la imagen de la palmera. Esa foto me recuerda a una novela preciosa que leí hace años: Palmeras en la nieve, de Luz Gabás. Se hizo realidad ante mis ojos. En esta zona había gente disfrutando de la nieve haciendo lo típico en estos casos como muñecos de nieve, guerras de bolas y deslizarse con trineos por las pendientes.
Traté de capturar detalles como esas hojas secas atrapadas por el hielo. En el estanque, sin embargo, no estaba la capa helada que esperaba. Por una vez me decepcioné al ver nadar a los patos.
Rodeé el estanque para emprender el camino de regreso. Por esta zona la nieve estaba menos pisada y logré algunas imágenes más.
El camino de regreso siempre se me hace más corto. La mente se relaja, el cuerpo se despierta y de forma inconsciente ando más deprisa. Quizás es porque se hace la hora de tomar un café.
Hasta la próxima publicación. Mientras tanto, ¡cuídate!
Herramientas: Cámara iPhone 13 Pro, editor de fotos Mac.
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©️Copyright 2024 Paloma Peña Pérez. Todos los derechos reservados.
Hi, dear hiver.
Last Friday we were expecting heavy rain throughout the day. However, the squall had a pleasant surprise in store for us: after raining non-stop from early in the morning, just after midday timid snowflakes began to fall from the sky.
As the surfaces were so wet, it was difficult for the snow to set. But it didn't stop snowing for hours and a white layer gradually thickened.
When it was time to go out for Rocky's walk it was raining again, so I took some pictures thinking that the water would soon dissolve the snow. To be balancing holding a phone, an umbrella and with a scared dog pulling the leash, I'm satisfied and I'll take them for good, hehe.
The rain stopped soon and the cold increased during the night. When we woke up on Saturday, we enjoyed a beautiful snowy landscape and, of course, I went out to capture it.
I made my way to the park near my house, as I hadn't had the chance to see it in snow until now. What beautiful images you build on the elements we are used to seeing.
On one side of the park is the neighbourhood's public swimming pool. No one had been able to access the snow on the lawn. Not a trace of footprints.
Most of the paths were accessible and relatively safe to walk on. I went to the English garden, looking for the elements I want to use as a guide to compare the evolution of the seasons in the park.
I love the image of the palm tree. That photo reminds me of a beautiful novel I read years ago: Palmeras en la nieve, by Luz Gabás. It came true before my eyes. In this area there were people enjoying the snow doing the usual things like snowmen, snowball wars and sledging down the slopes.
I tried to capture details like those dry leaves trapped by the ice. On the pond, however, there was not the icy layer I expected. For once I was disappointed to see the ducks swimming.
I went around the pond to start my way back. In this area the snow was less trodden down and I managed to get a few more images.
The way back is always shorter for me. My mind relaxes, my body wakes up and I unconsciously walk faster. Maybe it's because it's time for a coffee.
Until the next post. In the meantime, take care!
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