Aunque ya @fermionico les contó parte de nuestra travesía hacía la capital de Perú 🇵🇪, Lima, yo aún no les he contado ciertas cosas porque sí, pasaron muchísimas cosas de este lado que quizá ustedes no sepan porque yo hice mucho silencio esos días para poder contarles bien por acá el chismecito completo.
El día lunes 5 de junio me monté en un taxi a las 4am con destino al Aeropuerto Internacional La Chinita para comenzar mi larga travesía de ese día la cual contó al menos con mucha gente genial que me conseguí en el camino, sobre todo mi compañero de viaje, los cuales me hicieron el viaje menos pesado. Tomando en cuenta que salí a las 4am, eso quiere decir que me desperté mínimo 1h antes para estar lista pero no les conté que me tocó terminar la maleta sin electricidad porque en Venezuela pasan esas cositas.
Ya una vez en el aeropuerto, pasé a hacer check-in y volaría por primera vez con la Aereolinea Laser pues eran los únicos que tenían disponibilidad de viajes a esa hora y ese día en especifico que debía estar mínimo 4h antes en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, o Maiquetía como le decimos acá, y así fue, la aereolinea fue muy puntual en la salida de Maracaibo y la llegada en Caracas. Lo gracioso es que, ¿les conté que la maleta de mano se me cerró y no la podía abrir? Bueno, además de eso, tenía casi 2kg de más y como no abría, me lo dejaron pasar y un buen samaritano me ayudó a abrirla (en Lima le compré un candadito pero eso lo cuento más adelante).
Ya en Caracas, en Maiquetía, comenzó el merequetengue (como decimos acá) porque pasaron una serie de eventos desafortunados (me gusta decir mucho esta frase, ¿ok?) que nos hicieron estar en el aeropuerto más tiempo del que esperabamos debido a que nosotros no tenemos visa en Panamá pero en el momento justo se resolvió y pudimos salir en el siguiente vuelo sin problema... o al menos eso creía yo porque cuando llegamos a migración se cayó el sistema 😢 estuvimos muchos más o menos hora y media esperando, casi nos deja el vuelo de nuevo, andabamos con hambre (no les conté que no había comido nada porque entre el corre corre pues, no comí, y ya me sentía sin energías a ese punto), así que varios en la cola de espera nos echamos al piso a esperar.
Después de una larga espera en la cual las esperanzas de muchos estaba perdidas porque tenían conexiones (otro vuelo) en Panamá, así como nosotros, de minutos (cosa que aprendí ese día porque ¡Hola! Era mi primer viaje internacional en avión) a comparación de nosotros que teníamos una relativa holgura que se disminuyó a 1h por el retraso porque sí, salimos, pero primero teniamos que correr porque nos tocó la última puerta de embarque y adivinen quién tenía el teléfono descargado en ese momento y no grabó esa carrera (la primera del día) ¡Exacto! ¡Yo! Pero no me importó en el momento porque salió el avión, nos tocó un avión bien lindo con pantalla tactil y como buena geek que soy pasé que si las dos horas del vuelo viendo todo lo que tenía ahí, ¿les dije que era mi primer vuelo internacional?
Una vez en Panamá tocó correr de nuevo porque teniamos menos de 1h para la conexión y mientras el avión acomodaba todo para abrir la puerta pareciamos los carros de la F1 acelerando para salir corriendo todos ¡Habían personas con conexiones de 20 minutos! La cosa es que llegamos, mostramos el pasaporte y los boletos (los tengo por ahí, más adelante se los muestro), y pa' dentro.
Llegamos con el atardecer en Panamá pero ya era de noche cuando salimos a Lima, así que no vi mucho cuando salimos, gracias a Dios me tocó ventanilla en los vuelos de ida. En el vuelo anterior y este nos dieron comidita (pronto les haré un review de la comida del avión, promesa de scout), con eso sobreviví hasta llegar a Lima. Al bajar todo fue relativamente rápido (en comparación a lo que conozco), mi compañero de viaje siempre me ayudó con la maleta que pesaba más que yo todas juntas, pedimos un taxi y fuimos al hotel, ya nos estaban esperando (desde las 8:30pm más o menos que nos tocaba llegar, jiji) y nuestras habitaciones estaban listas.
Lima nos recibió con un ligero frío, nuestro taxista era un paisano y nos habló de cómo era Lima en todo el camino, hablamos de cómo estaba Venezuela y nos anticipó que en Lima TODO es lejos, para todo son muchos minutos o caminando o en vehiculo.
¡Tremendo primer día! Dormí cansada pero feliz porque llegamos. Mañana seguimos con este cuento.
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