Viví en Caracas entre los años 2010 y 2014, en aquella época cierto hado me condujo por senderos religiosos y me llevó fuera de mi ciudad y mi casa. La capital fue el lugar que me brindó hospedaje, también, amistades, experiencias y lugares. Hace poco tuve la oportunidad de volver a Caracas después de un año, aunque la vez pasada fue en noviembre, y no tuve la oportunidad de recobrar senderos y paisajes urbanos.
En esta oportunidad, tuve la suerte de recorrer tan solo un pedacito de la ciudad, pero, lo suficiente para reconectar rutas neuronales que produjeron recuerdos, buenos recuerdos. En esta ocasión tuve la oportunidad de acompañar la agrupación Cuatro Larense estos grabaron y documentaron sus pasos por la capital. También pude conocer a Madefrance una hiver que admiro un montón y que aprecio mucho. Y fue un enorme placer conversar y reír con ella por los senderos de la ciudad.
Caracas, es por un lado caos (cómo toda capital) pero, a su vez posee magia, contiene claros de bosque. Por ejemplo, uno de los lugares que visitamos es el Parque los Caobos. Cerca de Bellas Artes y lo atravesamos hasta Plaza Venezuela.
Aunque no visité la zona por dónde viví, una zona llamada "El Paraíso" al oeste de Caracas, de igual modo poder pasar por la plaza Francia desempolvó recuerdos de cientos de mañanas que atravesaba la plaza para ir a clases de filosofía y teología en el Instituto de Teología para Religiosos (ITER).
Deseaba compartir este momento caraqueño hace unos días, pero como buen venezolano siempre dejo las cosas para el final. Ya que no quería dejar pasar la iniciativa promovida por @hivecss
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