Estos días he tenido unas tardes llenas de nostalgia dónde han venido a mí viejos y alegres recuerdos de mi infancia, pues recientemente he estado trabajando duro en un pequeño proyecto personal; la restauración de mi viejo futbolito de mesa.
Mi padre nos regaló a mi hermano y a mí hace más de 20 años este imponente juguete que nos trajo mucha diversión cuando éramos niños (y no tan niños).
El futbolito tenía las barras oxidadas, los jugadores estaban súper sucios y las arquerías estaban casi destruidas. Lo primero que hice fué remover el óxido de las barras usando una lija, retiré a todos los jugadores y les de un buen baño con agua y jabón, utilizando pegamento reconstruí las arquerías todo lo que pude y finalmente apliqué grasa a las barras para que giren que suavidad y no rechinen.
Mientras hacía todo esto recordé las risas, el sonido de la pelota hiendo de un lado a otro del campo, a mi papá cantando gol, a mis primos y amigos que venían a jugar (hoy en día muchos de ellos se han ido del país) y recordé esas reuniones familiares donde una buena partida de futbolito nunca estaba de más... Que tiempos aquellos.
Inclusive ya de adulto llegué a jugar con mi primera novia (que hoy en día es mi esposa) y con varios de mis viejos amigos que nunca se cansaron de girar las barras.
Reviví muchos momentos de mi vida que había olvidado y ahora mi viejo futbolito está reluciente, no puedo decir que casi como nuevo, pero sí con buena parte de su vieja gloria restaurada y listo para seguir siendo el protagonista de muchos más momentos felices.
These days I have had some afternoons full of nostalgia where old and happy memories of my childhood have come to me, because recently I have been working hard on a small personal project; the restoration of my old foosball.
More than 20 years ago, my father gave my brother and me this impressive toy that brought us a lot of fun when we were children (and not so children).
The footsball had rusty bars, the players were extremely dirty and the goal posts were almost destroyed. The first thing I did was remove the rust from the bars using sandpaper, I removed all the players and gave them a good bath with soap and water, using glue I rebuilt the arches as much as I could and finally I applied grease to the bars to make them rotate How soft and do not squeak.
While I was doing all this I remembered the laughter, the sound of the ball going from one side of the field to the other, my dad singing a goal, my cousins and friends who came to play (today many of them have left the country). and I remembered those family gatherings where a good game of foosball was never too much... What those times.
Even as an adult I got to play with my first girlfriend (who is now my wife) and with several of my old friends who never got tired of turning the bars.
I relived many moments of my life that I had forgotten and now my old foosball is shining, I can't say almost like new, but with a good part of its old glory restored and ready to continue being the protagonist of many more happy moments.
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