Hoy me animo a hablar de las emociones de sentirse como un niño, desde el punto de vida de un adulto. La idea provino de la comunidad #Empowertalent y yo me atreví a dejar estos pensares en video.
Hay personas adultas que están en su proceso de volver a ser niños. Ese proceso no es tan sencillo, porque a mi criterio consiste en estar siempre desprevenido y no conocer tanto del mundo.
Nadie puede dudar de la energía que parece inagotable de los niños. Uno los ve correr, como que nunca se cansan, como que pueden hacerse amigos de cualquier persona sin juzgarlos, como sin que importasen las culturas, religiones o aspectos.
Yo envidio esa capacidad de no razonar tantas cosas, de no tener miedo a conocer el dolor, sobre todo el no haber le visto la cara a la decepción.
Vestirse de niño es un ejercicio para valientes, porque tenemos una conciencia y una experiencia que no nos deja tener la misma talla de los zapatos de los más pequeños de la casa.
Sin embargo, somos capaces de lograrlo, quizás más que todo a nivel del espíritu y fuerza, simulando que poseemos esa fuerza extraordinaria.
Ser niños es una forma de elegir la felicidad. Obviamente la diferencia es como administramos nuestra inocencia y desobedecemos al miedo que nos han dejado los tropiezos, las heridas y los corazones rotos.
Amén puedan lograrlo. Yo siento que existen días en que puedo tener esa alma de Peter Pan y soy invencible.
Música
Music by Sergii Pavkin from Pixabay
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Today I dare to talk about the emotions of feeling like a child, from an adult's point of view. The idea came from the #Empowertalent community and I dared to put these thoughts on video.
There are adults who are in the process of becoming children again. That process is not so simple, because in my opinion it consists of always being unprepared and not knowing so much about the world.
Nobody can doubt the seemingly inexhaustible energy of children. You see them running, as if they never get tired, as if they can make friends with anyone without judging them, as if no matter the cultures, religions or aspects.
I envy that ability not to reason so many things, not to be afraid to know pain, especially not to have seen the face of disappointment.
Dressing as a child is an exercise for the brave, because we have a conscience and an experience that does not allow us to have the same shoe size as the youngest in the house.
However, we are able to achieve it, perhaps mostly at the level of spirit and strength, pretending that we possess that extraordinary strength.
Being children is a way of choosing happiness. Obviously the difference is how we manage our innocence and disobey the fear that stumbles, hurts and broken hearts have left us.
Amen you can make it. I feel that there are days when I can have that Peter Pan soul and I am invincible.
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