El pasado 26 de enero se cumplieron ocho años de la muerte del escritor mexicano José Emilio Pacheco, poeta al que siempre leí con gran afecto e interés, pues me sentí identificado con su estilo y sus temas. Fue un versátil escritor, ya que ejerció diversos géneros literarios: el cuento, la novela, el ensayo, la crítica –y además la traducción–, aunque la poesía (en el sentido de género) fue en el que más logró destacar y ser conocido. Recibió varios reconocimientos oficiales, entre ellos el Premio Internacional de Poesía García Lorca en el 2005, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2009 y el Premio Cervantes en el mismo año.
Despuntó en la década de los 60 con una poesía caracterizada ya por los rasgos que continuarán hasta sus últimos libros: lo directo y coloquial, lo irónico, lo epigramático, entre los principales. Y sobre temas como el tiempo, la vida cotidiana, la poesía, el pensamiento, etc. Pacheco fue un lector de la mejor poesía de su época y anterior, y de allí esos rasgos que su obra potencia y actualiza.
Como dije, a José Emilio Pacheco (entre otros poetas) le debo gran parte de mi modo de acercarme a la escritura poética. Lo leí por primera vez en un libro publicado por la editorial venezolana Monte Ávila (en sus buenos tiempos) en 1978. He debido leerlo a comienzos de los 80, cuando yo comenzaba a incursionar en la escritura literaria. Ese libro se titula Ayer es nunca más. Luego seguí leyéndolo, más cuando logré acceder a la edición hecha por el Fondo de Cultura Económica (México) bajo el título Tarde o temprano, en la que se reúnen sus poemas desde 1958 hasta 2000. Y otros libros… Pero quise rendir este modesto homenaje al poeta con textos de ese primer libro suyo que leí: Ayer es nunca más.
Crítica de la poesía
He aquí la lluvia idéntica y su airada maleza.
La sal, el mar deshecho…
Se borra lo anterior, se escribe luego:
Este convexo mar, sus migratorias
y arraigadas costumbres
ya sirvió alguna vez para hacer mil poemas.
(La perra infecta, la sarnosa poesía,
risible variedad de la neurosis,
precio que algunos pagan
por no saber vivir.
La dulce, eterna, luminosa poesía).Quizás no es tiempo ahora:
nuestra época
nos dejó hablando solos.
Le nouveau mythe de Sisyphe
Respira hondo
Ya
Bueno ahora empuja
como hombre
con fibra
sin desmayo
tu granito de arenaY cuando al fin
te encuentres en la cima
y lo veas que rueda cuestabajo
dedícate a buscarlo una y mil veces
en la pluralidad de este desierto
Enigmas
Como el pasado ya pasó
no sabes
qué es
en realidad
lo que ha pasado
Manifiesto
Todos somos poetas
de transición
La poesía jamás
se queda inmóvil
Garabato
Escribir
es vivir
en cierto modo
y sin embargo todo
en su pena infinita
nos conduce a intuir
que la vida jamás estará escrita
En lo dicho anteriormente se sintetiza, en gran medida, los rasgos que podemos observar (y disfrutar) en todos los textos poéticos de Pacheco, donde su concepción crítica, mediante la ironía y la intertextualidad (la primera es propia de esta), se dirigen a la vida y el tiempo, la tradición cultural y la poesía. Además, hay que resaltar el tipo de escritura, también indicado antes, de formas breves, un lenguaje prosaico y coloquial. Son esos los caracteres que catapultarán su poesía, en identificación con otros contemporáneos, para renovar la literatura hispanoamericana. Son esos algunos de los valores que le debemos reconocer. Ojalá lo leamos.
Referencias:
Pacheco, José Emilio (1978). Ayer es nunca jamás. Caracas: Monte Ávila Editores.
Pacheco, José Emilio (2000). Tarde o temprano (Poemas 1958-2000). México: Fondo de Cultura Económica.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Emilio_Pacheco
https://elpais.com/cultura/2018/06/30/actualidad/1530361345_766899.html