Huancache viewpoint - Mirador Huancache

in #hive-1503293 years ago

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Gualjaina is a small town immersed in the Patagonian steppe, barely 2,000 inhabitants live and struggle to subsist on a daily basis in that place far from almost everything, just 50 kilometers from Route 40, the longest and most legendary route that connects the extreme north with the inhospitable south of Argentina always bordering the Andes Mountains.

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Gualjaina is close but also far from the beautiful landscapes and tourist centers that attract thousands of visitors every year.

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I remember that a few years ago my friend Horacio, a resident of the city of Esquel, took me to fish in a small stream overflowing with vital and colorful trout, we took Route 40 and then Route 12, completely paved and marked, a real luxury to travel along with it; we went through the detour towards Gualjaina that totally contrasted, a dirt and gravel road was observed, the fear of shock absorbers and covers, but we did not take that road but continued for a few kilometers along the smooth and uniform road until suddenly he ended up at the base of a small hill, in nothingness itself. There were no other roads or a town, not even a farmhouse or a farmhouse. My friend, as well as several that he himself consulted, do not know why that neat and shiny route does not get anywhere. It worked for us because we were a few hundred meters from the stream we were looking for.

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On my last vacation that ended a few days ago, we had decided to go to Gualjaina to make an excursion to La Caldera, something I have already talked about in several previous posts.

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The same neat and well-signposted route, although this time we take the detour to the town, as I said before, just a dusty dirt and stone road. It caught my attention to observe that a few hundred meters further on from the detour, the route that goes nowhere is closed, it is no longer possible to travel along with it to our fishing spot, perhaps that decision was made to prevent people from commenting over an unnecessary and ridiculous expenditure of money, it would have been preferable a thousand times that the road to Gualjaina be paved, it would help the economy and the well-being of its inhabitants and promote tourism. Mysteries of a country lost in its contradictions.

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We stop at the inn/vineyard whose name is Mirador Huancache. It was something surprising and unexpected, an oasis in the middle of a modest town that doesn't even have a pharmacy.

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Its owners, Daniel and Laura, are extremely cordial and work from sunrise to sunset to maintain and improve this inn that is the pride of the entire area and one of the few places with the potential to attract, accommodate, and serve tourism as it should.

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Daniel is also the only certified guide in the place and makes amazing excursions to several nearby places in his modern and gleaming 4x4 truck with excellent features and fully equipped. There are many places to visit, the Saltillo, the Caldera, and the now famous Piedra Parada are the most common, I suspect that there are other places as beautiful and incredible as those mentioned.

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For some time now, they have added vine plantations and processing sheds to their very complete and comfortable property to turn those grapes into excellent wines, as is the custom now, it is a small boutique winery with scarce but careful production.

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I could go on talking for a long time about all the benefits of the inn and its owners, but I prefer that the photographs speak for me.



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Gualjaina es un pequeño pueblo inmerso en la estepa patagónica, apenas unos 2.000 habitantes viven y luchan por subsistir a diario en ese lugar alejado de casi todo, apenas a 50 kilómetros de la ruta 40, la más larga y legendaria ruta que une el extremo norte con el inhóspito sur de Argentina siempre bordeando la Cordillera de los Andes.

Gualjaina está cerca pero también lejos de los bellos paisajes y centros turísticos que atraen a miles de visitantes cada año.

Recuerdo que hace algunos años mi amigo Horacio, residente de la ciudad de Esquel, me llevó a pescar a un pequeño arroyo rebosante de vitales y coloridas truchas, tomamos la ruta 40 y luego la 12, totalmente asfaltada y marcada, un verdadero lujo transitarla; pasamos por el desvío hacia Gualjaina que contrastaba totalmente, se observaba un camino de tierra y ripio, el temor de los amortiguadores y cubiertas, pero nosotros no tomamos ese camino sino que continuamos por unos cuantos kilómetros por el liso y uniforme hasta que de pronto se terminó en la base de un pequeño cerro, en la nada misma. No había otros caminos ni un pueblo, ni siquiera un caserío o un casco de estancia. Mi amigo, así como varios a los que el mismo consultó, no saben porqué esa prolija y reluciente ruta no llega a ningún lado. A nosotros nos sirvió, porque quedamos a unos cientos de metros del arroyo que buscábamos.

En mis últimas vacaciones que culminaron hace pocos días, habíamos decidido ir a Gualjaina para hacer una excursión a La Caldera, algo de lo que ya hablé en varias publicaciones anteriores.

Misma ruta prolija y bien señalizada aunque esta vez tomamos el desvío hacia el pueblo, como dije antes, solo un polvoriento camino de tierra y piedra. Llamó mi atención el observar que unos cientos de metros más adelante del desvío la ruta que no va a ninguna parte está clausurada, ya no se puede transitar por ella hasta nuestro lugar de pesca, quizás se haya tomado esa decisión para evitar que la gente comente sobre un gasto de dinero innecesario y ridículo, hubiera sido preferible mil veces que se asfaltara el camino hasta Gualjaina, ayudaría a la economía y el bienestar de sus pobladores y promovería el turismo. Misterios de un país perdido en sus contradicciones.

Paramos en la hostería/viñedos cuyo nombre es Mirador Huancache. Fue algo sorprendente e inesperado, un oasis en medio de un pueblo modesto que ni siquiera tiene una farmacia.

Sus propietarios Daniel y Laura son extremadamente cordiales y trabajan de sol a sol para mantener y mejorar esa hostería que es orgullo de toda la zona y uno de los pocos lugares con posibilidades de atraer, alojar y servir como se debe al turismo.

Daniel además es el único guía certificado del lugar y realiza excursiones sorprendentes hacia varios lugares cercanos en su moderna y reluciente camioneta 4x4 con excelentes prestaciones y totalmente equipada. Lugares para conocer hay y muchos, el Saltillo, la Caldera y la ahora famosa Piedra Parada son las más comunes, sospecho que hay otros lugares tanto o más bellos e increíbles que los mencionados.

Desde hace un tiempo han agregado a su muy completo y confortable predio las plantaciones de vides y los galpones de procesamiento para convertir esas uvas en vinos de excelencia, como se estila ahora, es una pequeña bodega boutique con escasa pero cuidada producción.

Podría continuar hablando por un largo rato de todas las bondades de la hostería y sus dueños pero prefiero que las fotografías hablen por mi.


Las fotografías son de mi propiedad excepto las que menciono la fuente.
The photographs are my property except those mentioned by the source.

Héctor Gugliermo
@hosgug


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Sin duda es un lugar hermoso y acogedor , esta foto me encanta , el reflejo de los árboles en el agua , da una sensación de tranquilidad y provoca beber un buen vino

Es un lugar sorprendente amigo @lupega. Sinceramente no esperaba algo así en ese pequeño pueblo.
Volveré.