My coffee business || Mi negocio del café (ENG/ESP)

in #hive-1525242 years ago
(English)

My coffee business

Author: @nachomolina2

The center of the county consisted of just a lonely street where hardly a car passed by every hour raising a great dusty curtain that came clumsily through the window of my house.

The dirt completely covered the empty shelves in the warehouse with that annoying granular fraction coming from the same Sahara.

Nothing happened in that town. A place without boom or commercial activity where the only lucrative thing was to feed the sleeping ego of the community.

The premises looked like summer resorts where gentlemen stopped to escape from the sun while they sleepily read the newspapers before retiring to their homes waiting for some, I don't know what, fallen from heaven that could start their stagnant economy.


image source: pexels

Apart from a post office and a night bar, there was nothing else that could attract the attention of the inhabitants, who were slow to undertake any initiative and in their rare occurrence they only thought of lazing around and barely eating a bite.

For my part, I was a seller of amulets and cheap handicrafts brought from the East. I made a living as a garment merchant in my own house which was located on the side of the main road.

Some pendant of strange provenance never seen before, depending on its size and age, it could cost a few cents. Chinese porcelain and goblin figurines were also sought after.

No less important were the engraved leather pieces, the bone sculptures, the ivory emblems or the soul-catching daggers, however, the latter two were sold as contraband as were liquor and opiates.

For those lands condemned to austerity, life was hard and hostile, the least advisable thing for any mortal would be to take unnecessary trouble with the law.

At the end of the day, I was making a paltry profit on my merchandise. Fewer and fewer people were interested in changing their luck through superstition using costume jewelery from the last century, or hanging fetishes on the doors of their houses, or buying scapular stamps.

I too had fallen into the vicious circle of conformism and saw my life in the simplest regression.

I was trying to come up with a sustainable business but the very system of things wouldn't let me think big, a business powerful enough to detonate a stagnant mind once and for all.

Maybe it would be good to install a water purification plant or a credit agency, too, a construction company or a community project.

Either way, that society needed a change. Although my plans were ambitious because they were things that needed extensive financing and were difficult to undertake on their own.

Something was missing from that town, it was necessary to revive the spirit of its people and activate the sleeping neuron, something that would make them wake up from that accommodating inherited dream that kept them asleep on their laurels and me, one more.

"On the verge of bankruptcy, I checked my junk with reluctance, hesitant to take out the suitcase full of cheap necklaces, fake gems and anti-fright phylactery. I checked all that capriciously seeing it as a reluctant trade that took away my opportunities for emergence. Wrapped in a tablecloth at the bottom of the trunk, I got four small flagstone cups, one of which was broken, plus a package of napkins, some crocheted folders, and an old-fashioned set of silver utensils. A great find that would change my luck; The ancient pre-strainer of an old coffee pot and a grinder, both forged in bronze, all accompanied by a couple of bags of apparently high-quality Arabica coffee and a cinnamon stick."


image source: pexels 1, 2, 3, 4

Perhaps someone can think of the incalculable value that this find represented for a disenfranchised merchant who needed to reinvent himself. But, my cunning was greater than my ambition and I started a new business in which luck would play me.

I began to sell the most delicious cinnamon coffee that had ever been tasted in that county where everyone was used to simply sipping canteen drinks and killing time with their drunkenness.

In this way I got a large clientele that left me solid profits, since the frequency of clients was increasing almost obsessive throughout the day.

I no longer had to sell old jewelry or superstitious and incredulous products, which only kept everyone away from reality, living in a fictional world that only laughed at them.

Now everyone wanted to do something, they thought about progress, something like, if my coffee with cinnamon was the engine that started the machinery of a society that was asleep longing to wake up from its lethargy.

Thus, not only did I find the business of my life, but I also managed to awaken the sleeping neuron that the inhabitants of the town had, incorporating them into a more positive rhythm of life with the desire to project their ideas into new things that were worthwhile, always stimulated. for a cup of coffee with cinnamon as the activating element of your day to day.

END

[Original Content]
@nachomolina2

venezuela
2023

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(Spanish)

Mi negocio del café

Autor: @nachomolina2

El centro del condado consistía en tan solo una calle solitaria donde apenas se veía pasar un coche cada hora levantando una gran cortina polvorienta que entraba torpemente por la ventana de mi casa.

La suciedad cubría totalmente los anaqueles vacíos de la bodega con aquella molesta fracción granular proveniente del mismo sahara.

Nada pasaba en aquel poblado. Un lugar sin auge ni actividad comercial donde lo único lucrativo era alimentar el ego dormido de la colectividad.

Los locales parecían estaciones de veraneo donde se paraban los caballeros a evadirse del sol mientras leían la prensa soñolientos antes de retirarse a sus casas en espera de un, no sé qué, caído del cielo que pudiera echar a andar su atascada economía.


fuente de imagen: pexels

Aparte de una agencia de correos y un bar nocturno, no había nada más que pudiera atraer la atención de los pobladores, quienes tardaban en emprender cualquier iniciativa y en su poca ocurrencia solo pensaban en holgazanear y en apenas probar bocado.

Por mi parte, yo era un vendedor de amuletos y artesanía barata traída desde el oriente. Me ganaba la vida como comerciante de prendas en mi propia casa la cual estaba ubicada a un lado de la calzada principal.

Algún dije de extraña procedencia jamás antes visto, dependiendo de su tamaño y antiguedad, podía costar algunos centavos de dólar. Las estatuillas de duendes y porcelana china también eran cotizadas.

No menos importante, eran las piezas de cuero prenzado con grabados, las esculturas de hueso, los emblemas de marfil o las dagas atrapa almas, sin embargo, estas dos últimas se vendían por contrabando al igual que el licor y los opiáceos.

Por quellas tierras condenadas a la austeridad la vida era dura y hostil, lo menos recomendable para cualquier mortal sería cargarse un problema innecesario con la ley.

Al final del día, obtenía una miserable ganancia por mi mercancía. Cada vez menos personas se interesaban en cambiar su suerte a través de la superstición usando bisutería del siglo pasado, ni colgando fetiches en las puertas de sus casas, ni comprando estampitas de escapulario.

También yo había caído en el círculo vicioso del conformismo y veía mi vida en el más simple retroceso.

Trataba de idear un negocio sustentable pero el mismo sistema de las cosas no me dejaba pensar en grande, un negocio lo suficientemente poderoso para detonar la mente estancada de una vez por todas.

Tal vez vendría bien instalar una planta purificadora de agua o una agencia de crédito, también, una empresa de construcción o un proyecto comunitario.

De cualquier modo, aquella sociedad necesitaba un cambio. Aunque mis planes eran ambiciosos por tratarse de cosas que necesitaban amplio financiamiento y eran difíciles de emprender por cuenta propia.

Algo le faltaba a aquel pueblo, necesario era avivar el espíritu de su gente y activar la neurona dormida, algo que les hiciera despertar de ese sueño heredado acomodaticio que los mantenía dormidos en los laureles y yo, uno más.

"Al borde de la banca rota, revisaba mi quincalla con desgano, indeciso de sacar la maleta repleta de collares baratos, gemas falsas y filacteria anti espantos. Revisaba todo aquello caprichosamente viéndolo como un oficio renuente que me quitaba las oportunidades de surgimiento. Al fondo del baúl envuelto en la tela de un mantel, conseguí cuatro tasas de losa, pequeñas, una de ellas estaba rota. Adicionalmente, un paquete de servilletas, algunas carpetas tejidas a crochet y un anticuado juego de utensilios de plata. Por último, el gran hallazgo que cambiaría mi suerte; El vetusto precolador de una vieja cafetera y una molienda, ambos forjados en bronce, todo acompañado de un par de sacos de café arábigo aparentemente de gran calidad y una ramas de canela."


fuente de imagen: pexels 1, 2, 3, 4

Tal vez alguien pueda pensar en el valor incalculable que representaba este hallazgo para un mercader desbancado que necesitaba reinventarse. Pero, mi astucia fue mayor que mi ambición y emprendí un nuevo negocio en el cual me jugaría la suerte.

Comencé a vender el más delicioso café con canela que jamás hubieran degustado en aquel condado donde todos estaban acostumbrados simplemente a libar las bebidas de la cantina y a matar el tiempo que les producía su embriaguez.

De esta forma me hice de una gran clientela que me dejaba ganancias sólidas, ya que la frecuencia de los clientes era cada vez mayor casí obsesiva durante todo el día.

Ya no tuve que vender más bisutería antigua ni productos supersticiosos e incrédulos, que solo mantenían a todos alejados de la realidad viviendo un mundo de ficción que solo se reía de ellos.

Ahora todos querían hacer algo, pensaban en el progreso, algo así como, si mi café con canela fuera el motor que echaba a andar la máquinaria de una sociedad que se encontraba dormida ansiando despertar de su letargo.

Así, no solo dí con el negocio de mi vida, sino que también logré despertar la neurona dormida que tenían los habitantes del pueblo incorporandolos a un ritmo de vida más positivo con ganas de proyectar sus ideas en cosas nuevas que valieran la pena, siempre estimulados por una taza de café con canela como el elemento activador de su día a día.

FIN

[Original Content]
@nachomolina2

venezuela
2023

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Sort:  

Mi prima dice que el café es el motor de la vida, y aquí estamos. Muy buen relato. Saludos.

Gracias estimado @edujo muy amable! Sí, hay registros históricos los cuales indican que el auge del café tuvo un efecto positivo sobre el entusiasmo de los trabajadores en la jornada laboral, lo cual se tradujo en mayor rendimiento y mayores soluciones al mundo.

Interesante dato, no lo sabía.

I'm going to learn Spanish just so I can read you in that. 👍🏻

You've got something. Your writing. Really good!

Wow! thank you for such a motivating message, it's really great, I really appreciate your words

And I really appreciate your words :)

Happy Monday!

Hey, this is a good story, however, it's advisable to write such fiction stories in the writing communities (such as The Ink Well, Writers Inc, or Free Writers), as this is not a coffee story.
The only fiction stories that we curate in Cinnamon Cup Coffee are those that are in response to the community prompt that is highly coffee-focused.
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All images belong to millycf1976

Que mal! lo lamento...

Sorry, community moderators only speak English!

Incredible