English Version
Immersing oneself in a stroll by the sea is always a gratifying experience to relax the mind with its infinite view. However, this pleasure is even greater when walking along a large avenue surrounded by abundant vegetation and unique architecture, as is the case of La Alameda de Paula in Old Havana. Walking along this avenue is an opportunity to contemplate a landscape full of history and beauty.
This wide promenade is lined with trees that provide pleasant shade, which I have read in other historical accounts were originally poplars. There are also a number of stone benches strategically placed under the trees. Some of these benches overlook the sea while others face the avenue and the elegant buildings that recall the refinement of Havana in bygone eras. Personally I am an admirer of the architecture of Old Havana and find in this place as in many others a connection to its rich history.
In the centre of the Alameda we find a beautiful fountain with a large obelisk which is adorned with lion head figures that act as water spouts, adding a touch of grandeur to the surroundings.
At the end of the promenade, in a large square, stands the Church of San Francisco de Paula, the name by which the place is known. This sober building is not only of historical value but also of architectural and heritage value.
Despite the changes over time, the Alameda de Paula still retains its former splendour. It is easy to imagine what life was like here in former times, with women wearing elegant long dresses and sun umbrellas, accompanied by gallant gentlemen, while children played happily.
Today the promenade also houses several works of art and sculptures, such as the one at the entrance, which pays homage to Cuba's national poet Nicolás Guillén. There are also others with a more modern touch that continue to adorn this space, making it a meeting place and an obligatory reference point in the city.
An additional charm is the view of the sea, just across the avenue you can visit the large esplanade of the promenade, where you have a close-up view of the large ships and freighters in the bay. It's like having a front row seat to enjoy the spectacular view across the inlet.
The Alameda de Paula is undoubtedly a wonderful and peaceful space that combines history, art and nature in the same corner of Old Havana.
Versión en Español
Sumergirse en un paseo junto al mar siempre es una experiencia gratificante para relajar la mente con su vista infinita. Sin embargo, este placer es mayor al recorrer una gran avenida rodeada de abundante vegetación y una arquitectura singular, como es el caso de La Alameda de Paula en la Habana Vieja. Caminar por aquí es una oportunidad para contemplar un paisaje lleno de historia y belleza.
Este amplio paseo está bordeado por árboles que brindan una agradable sombra, los cuales según he leído en otros relatos históricos, eran originalmente álamos. Cuenta también con una serie de bancos de piedra estratégicamente situados bajo la arboleda. Algunos de estos bancos tienen vistas al mar mientras que otros miran hacia la avenida y las elegantes edificaciones que recuerdan el refinamiento de La Habana en épocas pasadas. Personalmente soy una admiradora de la arquitectura de La Habana Vieja y encuentro en este lugar como en muchos otros una conexión con su rica historia.
En el centro de la Alameda encontramos una hermosa fuente con un gran obelisco el que está adornado con figuras de cabezas de leones que actúan como surtidores de agua, lo que añade un toque de grandeza al entorno.
Al final del paseo en una gran plazoleta, se erige la Iglesia de San Francisco de Paula nombre por el cual se conoce el lugar. Esta sobria edificación no solo aporta valor histórico sino también patrimonial y arquitectónico.
A pesar de las modificaciones a lo largo del tiempo la Alameda de Paula sigue manteniendo su antiguo esplendor. Es fácil imaginar cómo era la vida aquí en otros tiempos, con mujeres vistiendo elegantes trajes largos y sombrillas de sol, acompañadas por caballeros galantes, mientras los niños jugaban alegremente.
Actualmente el paseo también alberga varias obras de arte y esculturas, como la que está a la entrada, que rinde homenaje al poeta nacional de Cuba Nicolás Guillén. También hay otras con un toque más moderno que continúan adornando este espacio, lo que lo convierte en un lugar de encuentro y referencia obligada dentro de la ciudad.
Otro encanto adicional es la vista al mar, con solo cruzar la avenida se puede visitar la gran explanada del paseo marítimo, donde se tiene una vista cercana de los grandes barcos y cargueros que se encuentran en la bahía. Es como tener un asiento en primera fila para disfrutar la espectacular vista que ofrece el otro extremo de la ensenada.
La Alameda de Paula es sin duda un espacio maravilloso y apacible que combina historia, arte y naturaleza en un mismo rincón de La Habana Vieja.
Espero que hayan disfrutado de este hermoso paseo.